—Nikolai, el amo solicita su presencia en su oficina.
El joven volteó a ver al siervo, que mantenía la mirada fija en sus propios pies, como temiendo a que se rehusara. O temiendo al castigo que su padre le impondría sino iba voluntariamente.
Asintió y siguió a su súbdito.
Su casa, para el promedio, era inmensa, pese a pertenecer a un simple burgués acaudalado gracias a la suerte.
Nikolai Morozov dejó que el sirviente lo presentara y luego entró.
Su padre lo esperaba sentado frente a un caro e inútil escritorio, y ya por el gesto de su rostro supo no le daría una buena noticia.
—Sabes que estamos en quiebra —habló sin rodeos, de forma directa y cruel, como lo caracterizaba y el hijo no pudo más que afirmar con la cabeza, dócil y atento—, pero nos puedes salvar.
Una sonrisa surcó la boca de Nikolai, que se apresuró a preguntar como, al fin podría redimirse por tantas decepciones y disgustos dados a su progenitor. Se sentía extasiado.
—Un noble, el duque de Quilcur, tiene una hija que aún no ha encontrado un marido, y ya está algo vieja. Tú te casarás con ella, Nikolai —La sonrisa se fue, por supuesto—. Ya está todo pactado, dije que serías un gran esposo, y que tan feo no eras —agregó.
El chico sintió como su estómago daba un vuelco, y masculló un casi inaudible "Si"
Y el menor de los Morozov, el siempre servicial y obediente Nikolai, se decidió.
Se largaba de esa mierda, donde solo era una moneda de cambio.
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Crónicas de Siberchimania
Science FictionLa tierra ha vuelto a los inicios. La era oscura de la humanidad vuelve a estar en su apogeo. Y las personas comienzan a notarlo. Seis jóvenes se verán envueltos en la revolución más importante, la definitiva, que decidirá el futuro de la humanidad...