Iris Sirkon

52 2 2
                                    

La chica de cabello colorido se encontraba caminando por las concurridas calles. 

La gente no le gustaba demasiado, pero desde que era una sin hogar más tuvo que aprender a soportarlo. 

Paró unos minutos a acariciar al gato negro que la acompañaba siempre.  Lo había llamado Zarrapastroso. Arregló su harapiento abrigo y aquella bufanda que tuvo tiempos mejores.

Reanudó su camino a la posada de segunda que vendía café barato Y sin sabor, aunque ¿que importaba eso ahora? Un café era un café, y necesitaba del calor proporcionado por aquel adictivo líquido para capear el intenso frío que azotaba la ciudad ese día. 


Horas más tarde, Iris Sirkon se encontraba corriendo con una bolsa de tela en la mano, dentro de la que venía su robada cena. 

Así era la vida, pensó.

Así era.

Crónicas de SiberchimaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora