Capítulo 6

154 10 3
                                    

Me quedo helada, paralizada, esto es demasiado para mí.

Recapitulemos: después de un día más en la escuela, estresante como siempre, Bruno me hizo creer que iba a besarme para después burlarse de mí. Acabo de toparme frente a frente con mi ex novio que hace poco más de un año me rompió el corazón. Y ahora, al voltear me encuentro con la novia del chico al que besé demasiadas veces y hoy casi lo hago de nuevo. Tenía semanas sin verla, desde que fue por Bruno a mi casa, el día que... Una gruesa lágrima cae por mi mejilla, la limpio con la mano al tiempo que esquivo a Mel.

-Hey Aly, ¿adónde vas?-Melissa me sostiene del brazo.

-No tengo nada que hacer aquí.

Corre detrás de mí y me hace voltear para mirarla.

-¿Tienes una mínima idea de lo que acabas de hacer?-Le pregunto en un susurro.

-Aly, estoy cansada de que nunca aprecies lo que hago por ti.

-Y yo estoy cansada de que siempre hagas por mí lo que quieras sin preguntar si es lo que yo quiero, y definitivamente no quiero volver con él.-Intento avanzar pero me detiene de nuevo.

-Oh no, Aly, no tienes de qué preocuparte, él ya te ha perdonado, es por eso que lo traje.

Un minuto... ¿Qué?

-¿Perdonado? ¿a mí?-Me dirijo hacia él.-¿Qué tanto has mentido a los demás?-Casi grito.

Me mira estupefacto.-Tú... Tú sabes lo que hiciste.

-¿Lo que yo hice? ¡Por favor! Yo no hice nada, si no lo recuerdas todo fue culpa tuya, fue...-Me detengo. Respiro.

No lo vale.

Llega Melissa desde atrás y con su voz chillona lo defiende. Mis ganas de llorar están llegando a su límite. Ya fue suficiente. Me voy.

-¡Alicia!-Grita Mel.

-No quiero nada que ver con él, nunca más.-Sollozo y sigo alejándome.

-¡No volveré a ayudarte en nada nunca más!

-¡Perfecto!

Doy un par de pasos.

-¡Alicia!-Repite él.

No mires hacia atrás. No mires hacia atrás. No mires hacia atrás.

Alguien me sostiene del brazo. Giro y es él. Seguro me veo ridículamente roja por tanto llorar. ¿Lo peor? Ni siquiera sé exactamente por qué estoy llorando. Lo miro. Sus ojos negros siguen siendo los mismos; llenos de mentiras. Enseguida mi vista se nubla, ¿por qué tengo que ser tan sensible? Y lo que es peor, ¿por qué justo hoy? Justo hoy ya he tenido suficiente con Bruno. ¿Por qué no llegó hace un mes cuando Bruno aún no aparecía en mi vida, cuando podría soportar cosas como esas y no estaba tan débil como ahora? Me mira. Trago saliva. Su mirada sigue siendo penetrante. La mano que sostenía mi brazo se desliza hasta tomar mi mano, y la sujeta, fuerte. Como si tuviese miedo de que me fuera otra vez. Una gruesa lágrima corre por mi mejilla y enseguida la limpia con su mano libre. Desliza su mano hasta mi cuello y me acerca a él. Y me besa.

Imposiblemente destinado TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora