Imposiblemente destinado TERMINADA

Capítulo 12

Me quedo sin respirar unos segundos.

-¿Qué... qué dices?

-Tu ex novio, bueno, cuando te fuiste le dije que era un tonto por hacerte llorar, y que el plan era sólo que tú te pusieras feliz de verlo, se besaran y volvieran, pero como no fue así, bueno... Él dijo no quería volver contigo, y que la realidad era que sólo quería un pretexto para verme... a mí... porque le gusto...-Trago saliva fingiendo que esa confesión no me ha destrozado.-Y nos... besamos, fue rápido, me sentí muy mal por hacerle eso a Bruno.-Alzo una ceja.-Lo sé, lo sé, igual le hice algo peor... Pero creo que más que sentirme así por Bruno fue por ti, Aly, eres mi amiga, eres distinta a todas esas hipócritas que se hacen pasar por mis amigas, y sólo hablan mal de mí, me quieren por mi dinero y se acuestan con mis ex novios en cuanto terminamos, tú sí vales la pena.

Su comentario es como una patada en la cara y considero por un minuto en confesarle todo lo de Bruno y yo, pero no creo que sea buena idea decírselo justo después de que me ha dicho que soy su única ''verdadera" amiga. Además podría encajarme su bota de tacón en la cara y no quiero que todos los habitantes del centro comercial lo vean.

Me mira como esperando a que diga algo pero aparece mamá diciendo mi nombre. Gracias madre, por fin haces algo bien.

-Aly, hija, ¿por qué tardas tanto? ¡Melissa!-La saluda alegre.-Hace tanto que no te veía, estás tan diferente, el rojo te queda bien.

-¡Gracias!-Dice Mel con voz-demasiado-aguda-para-el-oído-humano.-Oh, oh, se me acaba de ocurrir, ¿por qué no vienen a comer a mi casa? Puedo pedirle a la muchacha que cocine algo para ustedes, ¿qué dicen?

-¡No!-Grito y ambas se giran hacia mí.-Gracias, pero estamos muy ocupadas con los preparativos ¿verdad, mamá?-Le guiño un ojo.

-¡Oh no! No, no, no, claro que no, ya casi hemos terminado, pero si vamos tendrás que venir a comer a nuestra casa después.

-¿¡Quéeeee!?-¿Soy la única persona que cuando quiere gritar en su mente, grita en realidad?

Retiro lo dicho, mamá siempre hace todo mal. Le tendré que volver a dar ''la charla'', donde especifico todo tipo de indirectas, señales clave, y le incluiré ahora el capítulo ''Señales para saber cuando no debe aceptar ir a comer con personas que no quiero ver.'' Le digo a Mel por fin que me siento mal y que debemos irnos, pero que le llamaré más tarde (mentira) para confirmar si iremos. Y nos vamos. Cuando pagamos tengo que regresar por las benditas cebollas que no traje.

***

La cena de navidad fue muy tranquila, divertida y cariñosa. Después de comer jugamos algunos juegos de mesa, caras y gestos, adivina la película, y por primera vez subimos todos juntos a la azotea a ver los fuegos artificiales. Fue bastante agradable, no muchos tienen lo que yo y me doy cuenta de lo afortunada que soy. Y aunque todo el mundo prefiere la navidad, yo definitivamente prefiero Año nuevo, porque significa que un año más ha quedado atrás, y que uno nuevo empieza; que no tienes ni idea de qué pasará, de quiénes se irán, quiénes se quedarán y quiénes aparecerán. Es un nuevo comienzo, y es la oportunidad perfecta para hacer todos los cambios que hayas pensado. También fue una cena muy emotiva, pero lo mejor fue cuando contamos la cuenta regresiva y gritamos ''¡feliz año nuevo!". Nos acostamos juntos apretujados en su cama y vimos todas las películas de Resident evil, y como terminamos con la sensación de que fuera del cuarto había un grupo de zombies, dormimos juntos. Sí, tengo diecisiete años y dormí con mis padres.

***

Mel me ha llamado tres veces hoy, pero no contesté, y tras la última llamada apagué el celular. No quiero verla, pero no porque esté molesta, porque no lo estoy, sólo no me importa en lo más mínimo que sea mi amiga, ni yo ser la suya. También recibí un mensaje suyo donde me deseaba un feliz año nuevo, pero tampoco le respondí. Es el primer día del año, debería de estar planificando mis metas y propósitos, disfrutando de las vacaciones y descansando, pero por el contrario paso todo el día limpiando y recogiendo los restos de la cena. El resto del día lo uso para leer uno de los libros que me ha regalado mi papá en navidad, buenos regalos.

Mamá toca la puerta y entra.-Te traje algo.-Me incorporo al tiempo que ella me tiende una caja con un moño navideño.-¿Muy tarde para un regalo de navidad?

Sonrío y lo abro, es un bonito suéter gris, lo saco para medirlo y bajo el papel y confeti sobresale la esquina de un libro. Me emociono automáticamente pero al sacarlo de la caja no puedo evitar gritar, "Pregúntale a Alicia", mi favorito. La primera vez que lo leí fue en la biblioteca que está a unas calles, y también las otras veces que lo releí. Nunca había podido comprarlo, pues cuando compraba libros siempre escogía otros que no hubiese leído. Al fin lo tengo, mío, para releerlo por milésima vez cuantas veces quiera. Me levanto para abrazar a mamá y después de decir ''gracias, gracias, gracias'' un millón de veces se va del cuarto. Coloco el libro en el estante y abro el cajón para guardar el suéter pero algo llama mi atención. Saco la chamarra de Ían, y sonrío. El cuarto está iluminado sólo por la luz de la lámpara de la mesita. Me acuesto mirando al techo, me cubro con ella como si fuese un cobertor, recreando cada uno de los segundos de cuando lo vi en el puente por primera vez y de cuando me salvó...

Un ruido me despierta y me cubro los ojos de la luz mientras apago la lámpara. Miro la hora, 12:47 a.m. Jalo la colcha para taparme con ella y cierro los ojos para seguir durmiendo. Ruido. Abro los ojos. Ruido. Me siento en la cama. Ruido. Me levanto y prendo la lámpara de nuevo. El ruido viene de la ventana y por un momento considero en agarrar algo para defenderme antes de ir a investigar pero no encuentro nada. Me acerco lentamente y levanto la cortina.

Me cubro la boca con las manos mientras Ían me sonríe.

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