Capítulo 11

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Imposible...

Me deposita suavemente en el piso y se pone en cuclillas frente a mí. Mi respiración es irregular, no siento nada. Quiero decirle algo, hablarle, pero qué debería decirle ¿''gracias por salvarme, chico con el que he soñado desde hace meses"? No puedo ni siquiera decir ''hola''. Estoy bien, gracias a él. Y no es cualquier él, es él, el chico del puente. Coloca dos dedos en mi cuello y mi piel se eriza ¡respira Alicia!

-¿Estás bien? ¿necesitas algo?-Me pregunta, son las primeras palabras que he escuchado de él. Su voz es ronca, suave, increíble.

¡Di algo!

Quita los dedos de mi cuello y los pone ahora en mi muñeca.-Sigues muy asustada, ¿quieres que te lleve al doctor?

Niego con la cabeza lentamente. Él frunce el ceño y yo jamás había visto nada más perfecto. Sigue revisando mi pulso y yo me muerdo el labio.

-Eres... Eres tú...-Digo por fin en un susurro.

-Soy yo.

-No puede ser que seas tú, justo tú...

Me mira directo a los ojos y yo siento mi corazón latir a mil por minuto.-Estuvo cerca, ¿no?-Sonríe.

Sonrío.-Sí, supongo.

Creo que no me recuerda...

Intento levantarme pero mis rodillas se doblan. Él me sostiene en sus brazos, y yo me siento segura.-Te diré algo, si te sientas me sentaré junto a ti, así no te sientes obligada a levantarte, ¿bien?-Dice y de acto seguido nos sentamos en la banqueta.-¿Cómo te llamas?-Pregunta.

-¿De qué tengo cara?

-De princesa.-Sus dulces palabras me toman por sorpresa.-Ahora tienes cara de tomate.-Ríe y me cubro mi sonrojada cara con las manos.

Sus manos tocan las mías y siento una chispa, algo que jamás había sentido. Me descubre la cara y siento como el color rojo va abandonando mis mejillas. Sonríe ampliamente y yo me debilito por dentro. Es increíblemente perfecto. Esto es tan imposible. La sola idea de que éste sea uno más de todos los sueños que he tenido con él me mata del miedo. Lo quiero cerca de mí, siempre. En un segundo lo abrazo y él parece sorprendido por mi acción, pero después de unos segundos me rodea con los brazos. Mi corazón late demasiado deprisa, estoy muy nerviosa, y asustada, y acabo de caer. Un fuerte sollozo sale de mi boca y las lágrimas amenazan con salir. Me suelta para mirarme.

-Hey, está bien si quieres llorar, no te quedes con el susto.-Asiento lentamente y el llanto llega sin parar. Me abrazo las rodillas y en ellas pongo la cabeza. Un momento después siento sus brazos rodeándome, y sus manos haciendo delicadas caricias en mi hombro.

¿Por qué tengo que ser tan sensible? Si pudiera quitar algo de mí quitaría el llorar de todo, porque no puedo evitarlo, y menos ahora que estoy tan asustada... Y lastimada. Después de un rato el llanto cesa y me doy cuenta de que él no me ha soltado, y ahora mi cabeza está recargada en su pecho.

Me limpio la cara y lo miro avergonzada. Él sonríe.-Que bonitos ojos tienes.-Pasa su mano por mi mejilla sonrojada.-Por cierto, aún no sé tu nombre.

-Alicia.-Digo.

-Alicia.-Repite.

Mi nombre viniendo de él, de su boca, dicha con su hermosa voz es como un poema.

-¿Y tú?

-¿De qué tengo cara?-Me guiña un ojo.

De príncipe.

-No lo sé, no estoy para pensar ahora.-Digo y él ríe.

-Ían.-Dice.

-Ían.-Repito.

Imposiblemente destinado TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora