Los Teletubbies

3.2K 172 125
                                    

Los Teletubbies es el único programa infantil que no tiene un fin educativo. Esta falta de mensaje o moraleja podría ser algo que agradecerles, pero este punto positivo deja de serlo cuando nos damos cuenta de que el programa tampoco divierte ni entretiene. Los guiones brillan por su ausencia y los argumentos son del tipo: "Un día en el país de los Teletubbies apareció un muro" o "Un día en el país de los Teletubbies era la hora de las Tubbinatillas". Ambos ejemplos (reales) demuestran que aquí no interesa contar historias ni, por supuesto, chistes.

Los personajes no tienen una personalidad definida y actúan como autómatas bajo las órdenes del narrador. Tal vez el ejemplo de comportamiento que promueven y al que estaremos sometidos en poco tiempo. ¿Serán los seguidores de la serie, los próximos Teletubbies que servirán a un futuro Narrador-Tirano-Dictador? Pronto lo veremos.

Los nombres de los personajes no pueden ser más absurdos: Tinky Winky, Dipsy, Laa-Laa, Po y Nu (la aspiradora que emite sonidos obscenos). Estos nombres no quieren decir absolutamente nada, y unido al poco sentido que tiene todo lo demás, dejan un vacío perfecto para introducir sus mensajes subliminales que van directos al subconsciente del niño.

REPETICIÓN E HIPNOSIS.

La forma de dominar la mente del espectador es mediante la hipnosis. El niño recibe dosis de ultraviolencia psicologica.

La estructura del programa es repetitiva y eso es quedarse muy, muy corto. El narrador dice una frase, un Teletubbie la repite y obedece, esto a su vez se repite cuatro veces (los Teletubbies son 4) y de vez en cuando, un Teletubbie dice: ¿Cómo? Para que tengan que repetirle la frase.

En la despedida, el narrador despide a los personajes de uno en uno. Cuando ha terminado, ¡¡vuelven a salir y los despide de uno en uno otra vez!!

Uno de los mejores ejemplos de hipnosis colectiva se pudo ver en un episodio en el que comían sus Tubbinatillas:

Narrador: - Tinky Winky comió sus tubbinatillas muuyy leentameente.

Tinky Winky: - Tinky Winky come sus tubbinatillas muuyy leentameente.- A continuación absorbe de una pajita súper larga enroscada al recipiente de las tubbinatillas, hace un ruido asqueroso y eso sí, lo hace muy lentamente.-

Esto se va repitiendo con cada uno de los personajes, el mismo diálogo y cada vez más lento. Cuando llega el turno de Laa-Laa es aterrador:

Narrador: - Laa-Laa (silencio) comió sus tubbinatillas (silencio) muuuyyyy leeentaameeentee.

- Laa-Laa repite la frase de forma aún más lenta y se gira hacia su comida como un robot y tan lentamente que resulta totalmente siniestro. La expresión y, en especial los ojos de los personajes, son también escalofriantes.

Los que vieron la escena aún tienen pesadillas.

EL VIDEO DE LA MUERTE.

Es el momento culminante del programa, cuando la sutileza y el disimulo dan paso al terrorismo psicológico puro y duro.

De repente aparece un remolino que suelta una especie de polvos (algún tipo de droga alucinógena). Como consecuencia a los Teletubbies les sale una pantalla de TV en la tripa y ponen un vídeo. El vídeo es igual de surrealista que todo lo demás y puede tratar sobre niños que recogen hierba, niños que recogen piedras (normalmente recogen cosas) o que observan a un pájaro. Todo en ambientes campestres. Por supuesto, el vídeo no enseña nada ni tiene mensaje, ni es divertido, pero ahí no está lo fuerte. El vídeo dura un huevo y cuando por fin termina, aparecen de nuevo los Teletubbies y dicen: ¡¡Otra vez, otra vez!! y ponen el mismo vídeo otra vez desde el principio (!)

(Los últimos estudios desvelan que en la repetición del vídeo hay un pequeño cambio imperceptible para el espectador medio como por ejemplo, que un niño diga una palabra más. Éste cambio no da más información ni afecta en nada al resto. Es simplemente un misterio más).

AMBIGÜEDAD SEXUAL.

Está claro que uno de los objetivos del programa es crear confusión en el espectador para así introducir más fácilmente sus mensajes subliminales. Esto también afecta a la inclinación sexual de los personajes.

Un telepredicador americano se quejó de que Tinky Winky era gay por el hecho de ser morado y tener un triángulo en la cabeza. Pues bien, si este razonamiento os parece extraño, la reacción del programa no se queda atrás.

En primer lugar a Tinky Winky le cambian la voz y le ponen una voz de macho que da todo la hombria comparado con las vocecillas de sus compañeros, pero en otros programas Tinky Winky luce un flamante tutú, y su objeto favorito es un bolso de mujer.

Por último, en un programa ya más avanzado nos sorprenden con la siguiente escena:

El tema del programa era "Los Teletubbies soplan por un matasuegras", pues bien, uno sopla tan fuerte que no para de alargarse y llega donde está Tinky Winky agachado. ¿A que no sabéis dónde le meten con el matasuegras? Sí amigos, la imagen del fálico matasuegras introducido en el recto de Tinky Winky, y éste moviendo el culo y riéndose era enfermiza y altamente pornografica, sin duda.

UN FUTURO ATERRADOR.

Como se veía venir, los Teletubbies se han convertido misteriosamente en un fenómeno social. A nadie le llama la atención sus obscenos movimientos de barriga, los conejos vivos que pululan por los escenarios y que parece que los van a pisar, ni el sol con cara de niño poseído que grita de forma extraña. ¿Dónde están ahora los padres que censuraron Pokemon o Dragon Ball? Menudos ignorantes. Ellos no saben qué dicen o qué hacen esos personajes tan graciosos (segun ellos) que aparecen en las camisetas, mochilas y demás merchandising que compran a sus hijitos. Y la realidad es que ni dicen ni hacen nada, toda esa atracción está en sus pequeñas y torturadas mentes, y ya no hay marcha atrás. Nos espera una futura generación de asesinos en serie-nazis-sodomitas-adoradores de Satán homosexuales. Y sus padres no podrán hacer nada porque ya será tarde.

Mitos Terroríficos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora