×Ghost× -Quincest-

¿A dónde vas?

"¿Cuando comenzamos con todo esto?"

Esto de tener estos encuentros a escondidas, esto de sufrir por no poder gritarle al mundo lo mucho que sé que nos necesitamos la una a la otra, esto de sentirme constantemente al borde de la devastación sin poder hacer nada al respecto por lo mucho que me fascina de cierta manera.

Pensaba para mi misma mientras abotonaba mi camisa, esa negra que a mencionado que le gusta, me levanté de la cama de este cuarto de hotel de 2 estrellas que fue testigo de lo que hace unos minutos pasó, caminé hacia el baño intentando reprimir el deseo de verle, ella se terminaba de arreglar en el espejo del lavamanos e ignoraba totalmente mi presencia, ¿cómo puede ser tan cruel?, de pronto dirigió su mirada hacia mi con cierta frialdad a través del espejo mientras acomodaba los cabellos rebeldes en su frente.

-Recuerda que mañana tenemos la entrevista para el programa matutino más visto en los ángeles, así que necesito que seas puntual, es algo muy importante y no me gustaría quedar como una diva o algo así...-

Sin reacción alguna más que la de sentarme en borde de la tina y mirarle.

-Esta bien, Sara...-

Ella giró ligeramente, con la delicadeza un ángel podría decirse y fijó su mirar en mi, quedando totalmente en silencio por unos segundos.

-Tegan, enserio no quiero que llegues con aliento alcohólico como la última vez -

-Vale, lo prometo... Y lo siento, no era mi intención la enamorarme de ti y tener que afrontar el hecho de que solo me corresponderás cuando te sientes aburrida en la habitación de un hotel, no es mi intención necesitarte tanto Sara, no es mí intención tener que embriagarme todas las malditas noches ...para dejar de sentir el como me deshago por ti y tu solo... Solo me miras, como lo haces ahora...-

Sentí mis mejillas humedecerse mientras le miraba fijamente, y ella, con una expresión tan vacía y helada simplemente salió de la habitación, dejandome sola.

Salí de aquel hotel, subí a mi auto y conducí escuchando sus canciones hasta que llegue a los limites de la ciudad, realmente no quería sentir que la necesitaba, no de esta manera, era obvio que siempre iba a estar dependiendo de su presencia, por que después de todo somos hermanas, pero, ¿por qué ella tenia que ser tan fría y cálida al mismo tiempo?, ¿por qué terminé con estos sentimientos tan desalentadores en mi?, el pensar siquiera en ella me hace querer llorar y sonreír por lo mucho que la amo y detesto.
Me detuve en un punto alto, la ciudad se veía hermosa con todas esas luces brillando a lo lejos, y la noche era fría, me recordaba a ella, saqué una botella de tequila de bajo del asiento del copiloto y subí al techo del auto, comencé a beber y gritar al viento.

-...¡Sara!...Te necesito...-