De por vida

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Los acontecimientos del día pasado me había dejado pensando en un esencial momento de esta extraña relación, mientras intentaba conciliar el sueño y acariciaba la delicada muñeca de mi ahora profundamente dormida hermana.
Sara y yo teníamos 17 años, y como todo adolescente teníamos las hormonas más alborotadas que madres en una oferta del 60% en su tienda favorita al igual que los deseos de ser más y más rebeldes contra lo que se nos imponía, ya nos habíamos hecho perforaciones y los tatuajes eran lo siguiente en nuestra lista además de un corte radical de cabello, comenzábamos a escribir y tocar algo de punk que no sonaba como punk pero en fin, mi hermana había hablado con mamá sobre su preferencia sexual, las cosas estaban realmente turbias, y ella deseaba cada vez con más ansias ese tatuaje, o más bien hacer enojar a nuestra madre, cosa que le encantaba, si lo recuerdo no teníamos dinero pero si amigos imprudentes los cuales nos consiguieron una maquina casera para tatuar y tinta, ella lo tenía planeado todo, desde que se tatuaría, el día en que lo haríamos y quien lo haría, y yo como buena hermana no hice más que asentir a todo lo que ella quería hacer.

El día había llegado, mamá no estaría en casa el fin de semana así que un amigo llegaría después de dos horas de su partida, para estar seguras, y nos haría los tatuajes, él tenía experiencia haciéndolo y confiábamos en eso.
Las horas pasaron, pasaron y pasaron, pero él nunca llegó, Sara estaba furiosa gritando al teléfono mientras caminaba en círculos por la sala de estar, yo me encontraba tumbada en el sofá individual mirando la manera en la cual su rostro se enrojecía y unos cuantos cabellos necios escapaban de su coleta para caer sobre este, cuando terminó su llamada se recargo en el sofá donde me encontraba maldiciendo en voz baja.

-¿Qué pasa Sasa?...-

Sin mirarme fijamente apretó sus pequeños puños y golpeó el suelo fuertemente.

-El idiota de James no podrá venir, se rompió la mandíbula o algo así, dime, ¿qué haremos con una máquina para tatuar sin un tatuador?, esto es increíble, las cosas no pueden salirme peor...-

Solté un largo suspiro mientras buscaba su mirada, luego de esto tomé un mechón de su cabello y comencé a enredarlo entre mis dedos.

-Yo puedo hacerlo, después de todo siempre e tenido mejor letra que tu y buen pulso, no debe ser difícil-

Ella se quedó callada profundamente mientras me miraba fijamente para después soltar palabras apenas desifrables.

-Vale, pero si lo haces mal te mato...-

Así que me levanté y nos dirigimos a el baño, limpiamos lo mejor que pudimos, Sara lavó su muñeca y con un marcador de agua dibujo sobre esta, encendí la máquina y con más miedo del que había tenido hasta ese entonces, tomé firmemente la maquina y comencé a trazar líneas, en cuanto la aguja tocó su piel ella se estremeció un poco y apretó sus ojos, mas luego de unos segundos se encontraba perforándome con su mirada atenta, me hacía sentir algo extraño, los mensajes que me transmitía su mirada eran algo confusos, era como si deseará lanzarseme encima y ... Vale, creo que me explique, al terminar limpié bien su muñeca y la cubrí con una capa de vaselina, me sentía orgullosa a pesar de que el tatuaje no era complejo, seis simples líneas que para ella tenían algún significado importante, apagué la maquina y el temblar de mis manos se detuvo.

-¿Te gusta Sasa?...-

Ella tenia sus ojos fijos en mi, sin darme una pista concreta de lo que pensaba, su rostro se encontraba tan neutro y libre de cualquier expresión que podía sentir un pequeño miedo creciendo dentro de mi, ya que para mi era fácil leerla la mayoría del tiempo.

-Sara...¿esta todo bien?-

Dejé todo lo que hacia y me senté junto a ella, a lo cual reaccionó levantándose y tomando mi mano, nos dirigió a la habitación que compartíamos y se sentó sobre la que era mi cama, soltó su cabello y revolviendolo encendió dentro de mi una luz, una que había intentado apagar a través de los años, esa luz que me llevaba a verla, a veces a escondidas, mientras dormía, la que hacia que me dieran celos incomprensibles de su primera novia, y toda mujer que haya tenido la dicha de siquiera haber merecido una mirada por parte de ella, la que en ese y este momento me hacen querer tenerla solo para mi a pesar de lo incorrecto que se que es todo esto, sin embargo en ese momento no supe controlarme, para ser honesta aun no lo sé, recuerdo que me dirigí hacia ella, tomé su rostro con delicadeza entre mis manos y deposite un nervioso beso en sus labios entre abiertos, esperando un gran golpe como respuesta sin embargo ella subió a mis piernas, rodeó mi cuello con sus brazos y un cálido susurro entró por mi oído dejando algo que nunca podré olvidar en lo que me queda de vida.

-Deberías encontrar una manera de hacerme sentir bien antes de que mamá regrese, no te gustaría que supiera que me lastimaste, ¿o si?-

Y sí, básicamente encontré la mejor manera de hacerla sentir bien, y la luz dentro de mi fue temporalmente saciada.
Cuando terminó el fin de semana ella hizo como si nada hubiese pasado nunca, incluso comenzamos a pelear más por razones realmente estúpidas y sin sentido, a los dos meses volvimos a hacerlo, y a ella continuaba sin afectarle o al menos eso reflejaba en su vacío rostro por un tiempo realmente largo.

...

Ella continuaba durmiendo recargada en mi hombro, sujetaba mi cintura como si temiera por que algo nos separara, lo cual era realmente un motivo para que mi sonrisa se mantuviese, yo simplemente me enfocaba en delinear esas simples seis líneas con mis dedos, Sara tendría estas lineas y yo la antología de los besos que me a dado de por vida.

×Ghost× -Quincest-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora