No puedo encontrarte

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-L..lo siento...-

Ella me miró un poco desconcertada, mas no le dio mucha importancia al momento que le otorgué una pequeña risa nerviosa, ella sonrió y tiró de mi cabello para que siguiese, lo cual hice.
Lamí mis labios y nuevamente recorrí su vientre dando pequeños besos, ella solo tiraba su cabeza a un lado mientras dejaba que los pequeños choques viajaran por su cuerpo, en ese momento me detuve nuevamente, solo podía pensar en Sara, esto hacia que mi pecho doliera, me alejé, sentándome a un lado de ésta, cubrí mi rostro con mis manos y sin poder contenerlo dejé escapar un ligero sollozo, ella se alarmó un poco y se dirigió hacía mi con rapidez.

-Babe...¿te encuentras bien?...-

Dijo mientras acariciaba mi cabello y buscaba que nuestras miradas se conectarán.

-Lo siento, estoy más ebria de lo que pensé...-

Ella rodó los ojos seguido de soltar una carcajada, luego se levantó y se dirigió a su habitación para más tarde regresar con una camisa mía puesta y una frazada.

-Vamos a dormir entonces...-

Dicho esto, me sacó el resto de la ropa, me hizo recostarme en el sofá, cubriendome con la frazada para después deslizarse bajo esta abrazandome fuertemente a lo cual correspondí besando su frente y embarañando su cabello en mis dedos, después de unos minutos hablando de tonterías ella se quedó dormida, y yo me quedé despierta la madrugada entera pensando en Sara, en lo que estará haciendo y sé bien que esta haciendo ya que esta con Stacy, pero, ¿realmente estará pensando en ella?, ¿realmente este tipo de sentimientos amargos no le afectan en lo más mínimo? ....

La mañana llegó rápidamente y los delicados rayos de sol comenzaron a filtrarse por las cortinas, le miré, por alguna razón comencé a buscar esas hermosas siluetas que había visto el día anterior, sin embargo no las encontré, delineé el contorno de sus labios de la misma delicada manera, mas su tacto no era delicado y un tanto seco por la manía de lamerlos o morderlos a cada rato, le estudié detenidamente e indudablemente era hermosa, pero no era Sara.

Decidí controlar un poco los pensamientos que me atormentaban como las pequeñas sombras que se formaban con la luz de la luna en nuestra habitación a la cuales les temía secretamente de niña, me levanté sutilmente del sofá tratando no despertarle, me vestí nuevamente, tomé mis llaves y salí del departamento con un dolor ligero de cabeza, subí a mi auto y me dirigí hacía la casa de Emy, a pesar de ser la ex de mi hermana siempre me a ayudado cuando tengo un problema que no puedo contarle a Sara, cuando planeo cosas, o cuando simplemente necesito alguien con quien hablar.

Me estacioné unas casas antes de la suya, no es que quisiera que no supiera de mi llegada, solo quería hacer sutil mi llegada, caminé hasta su casa y toqué su puerta un par de veces, a los segundos ella abrió con su particular sonrisa iluminando su rostro.

-Tegan, hola, pasa estoy haciendo galletas-

Asentí con la cabeza y entré tras suyo, nos dirigimos a la cocina, la cuál al instante de cruzar la puerta que la separaba de la sala, inundaba el ambiente con un delicioso aroma a galletas de vainilla recién hechas, me senté en un banco y me acerqué a la pequeña barra que se encontraba repleta de tazones sucios y bandejas con galletas humeando.

Emy acercó un plato lleno de galletas decoradas a mi y me hizo una señal para que tomase una, lo cual hice, el gusto de estas era simplemente encantador, la masa de vainilla y el glaseado se deshacían en la boca.

-Dios Emy, están deliciosas...-

Ella giró sobre sus tobillos y me miró sin dejar de decorar sus galletas.

-Sé que no vienes solo a alagar mis galletas, vamos, cuéntamelo, ¿qué pasa?-

Tragé de golpe, y la temperatura de mi cuerpo bajo a -10 grados, ¿cómo iba a poder contarle esto sin que sintiera asco de mi?.

-Yo...tengo que contarte algo muy serio, y necesito que seas una caja fuerte con lo que te voy a decir, no puedes contárselo a nadie, ni siquiera Sara...-

Ella solo asintió con la cabeza, y yo deshice el nudo que se había formado en mi garganta.

-Estoy enamorada de otra mujer... Y realmente me esta afectando bastante, ayer ni siquiera pude estar con lindsey sin poderme quitar de la mente a esta... Otra mujer, incluso le mencioné su nombre, y no sé que hacer -

Ella solo me miró.

-Bien, ¿y como comenzó todo eso?-

Desmoroné los restos de la galleta que se encontraba en mi mano.

-Comenzó como un desenfreno de borrachera, pero luego seguimos encontrándonos, y ahora simplemente no puedo sacarla de mi...-

Para ser totalmente honesta, esto había empezado hace mucho tiempo atrás, pero el contarlo de esta manera haría que no se levantaran tantas sospechas.

-Tegan, no sé quien es esa otra mujer, y realmente no me interesa saber más de ella, mas creo que debes dejarla, alejarte, y desconectarte de ella...-

Sentí mi cejas fruncirse mientras le escuchaba.

-Emy, yo simplemente no voy a hacer eso...-

Apreté mis manos hasta sentí las migas de aquella galleta casi desaparecer contra la palma de mi mano, mis nudillos comenzaban a tomar un tono blanquecino.

-No es que te diga que hacer pero no puedes estar tantos años con alguien y simplemente hacerle esto, no después de todo el tiempo que han pasado juntas haciéndole creer que la amas-

Sentí un hormigueo recorrer mi frente, esto me puso demasiado ansiosa, me levanté y alejé los más que pude de ella.

-Basta, no puedes decirme que no amo a lindsey, y tampoco puedes decirme que olvide lo que siento, creí que podías solo escucharme...-

-Tegan lo siento, no era mi intención hacerte sentir peor, pero sabes que estas haciendo mal, y no puedes pedirme que simplemente te escuche, te quiero y quiero lo mejor para ti...-

Tenía razón, mas sus palabras me adentraban más en esta realidad tan miserable de la cual estoy demasiado harta, tal vez mi comportamiento no fue el más adecuado por que simplemente salí y azoté la puerta lo más fuerte que pude.






×Ghost× -Quincest-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora