Me acabo de despertar...estoy más tranquilo y ya me decidí, voy a estudiar los manuales durante un día y luego iniciare el proceso de orbitacion, no me sentio listo, pero es lo que debo hacer.
Ya estoy listo, dormí bastante, estudie todo paso a paso y ya me considero preparado...Pero aún así estoy aterrado, el más mínimo error me llevaría directo hacia ese agujero Negro, me destruirá, sería aplastado como un escarabajo, todos mis componentes serían destruidos, la nave y yo quedaríamos reducidos a una nada.
Encare a Mukōmizuna, sentía que mi sangre sangre se enfriada, mi pulso se elevó y la adrenalina empezó a correr por mis venas... Eleve los motores al máximo, no podía permitir hacercarme demasiado al agujero, debía ser perfecto...no hay margen de error.Empeze a sentir la fuerza gravitatoria que ejercía Mukōmizuna sobre la nave, la endereze, parecía que iba bien...
Todas las computadoras indicaban que todo iba bien, sin problemas...Increíble, es...es...algo indescriptible, un punto negro, rodeado por una estela negra, pareciera como si la estuviera emanado.Esta estela parecía estar intentando desprenderse de este punto pero, a su vez está estela parecía ser la misma que absorbia todo...Este monstruo tiene algo que se asemeja a un alma y esta está peleando para escaparse de su cuerpo. Era un baile de fuerzas y oscuridad, peleando entre ellas...
La fuerza que ejercía este cuerpo me exigía tener que estar en una continúa batalla para que la nave no se desestabilice.Luego de 4 arduas e interminables horas logre ganar la batalla y que la nave quede orbitando a Mukōmizuna de una forma perfecta y todo esto sin la ayuda de Octavius...Pero todavía quedaba la parte más difícil, llegar al futuro y salvar a la humanidad...
-Luego de perderlo todo, ya nada te importa...ni siquiera el futuro de tu propia raza-