Capítulo 9: Quédate conmigo

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Takano no consiguió que las cosas salieran como él las esperaba. Después de la primera vez juntos, Ritsu se había vuelto mucho más prevenido, no era fácil de seducir, no era fácil que cediera a las caricias del pelinegro y de una u otra forma siempre encontraba la manera de escapar. Mientras Takano debía cumplir con tareas por sus bajas calificaciones, Onodera pasaba mucho tiempo estudiando en la biblioteca y con sus padres, así que dejaron de tener suficiente tiempo para estar juntos.

Paso un mes sin que existiera nada de intimidad sexual entre los dos chicos, Onodera siempre se levantaba más temprano para salir huyendo de la habitación mientras Takano aún dormía. Pero una mañana las cosas fueron algo diferentes.


El castaño ya había ordenado todas sus cosas, estaba bañado y listo para salir a tomar sus clases, pero antes de poder abrir la puerta Takano lo tenía abrazado con fuerza por la espalda.

-¿Porqué huyes tan temprano?
-¿Eh? ¿Porque demonios finges estar dormido?
-Yo no estaba fingiendo...yo estaba dormido, pero hoy pude escucharte y por eso trato de detenerte.
¡¿Detenerme?! ¿Y para qué?
-Creo que es bastante obvio. Ya es un mes que tu no me has permitido hacer nada de nada, te la pasas huyendo.
-Ja Ja Ja...no digas tonterías, yo no estoy huyendo- intento sonar realista, pero ni el mismo creía en su propia voz.
-Si lo haces y lo sabes.
-¡No lo hago!- Menciono Onodera ahora viendo de frente a Takano, quien no desaprovecho su oportunidad y le tomo el rostro para iniciar un apasionado beso. Era un beso húmedo y desesperado, parecía que besarse en ese momento era un necesidad inmediata, el castaño rápidamente perdió toda su energía de resistencia, la falta de aire les ocasionaba cierta sensación de mareo pero ninguno era capaz de romper con la intensidad de ese momento. Takano abrazo a Onodera poniendo un poco más de fuerza en sus brazos, tratando de buscar un mayor acercamiento, él castaño colocó sus manos en el cuello de pelinegro atrayéndolo hacia si mismo.

"Era como lo pensaba, Onodera necesita esto tanto como yo, él me necesita, él deseaba esto, lo logré"

Los pensamientos de Takano estaban llenos de entusiasmo, él tener a Ritsu de esa forma entre sus brazos lo hacía sentirse completo. Poco a poco lo fue llevando hacia la cama, logró recostarlo, comenzaba a meter la mano bajo su ropa para acariciar la suave piel de su torso, pero entonces un fuerte golpe se escuchó en la puerta.

-¡Ricchan! ¡Ricchan! ¿Estás ahí?- gritaba su amiga An-can del otro lado de la puerta, despertando la molestia de Takano, quien dejo de besar los labios de Onodera para verlo a los ojos.

-¿Quién demonios es?
-Ah eh mmm, es An-chan- respondió Ritsu algo sonrojado y con la respiración agitada.
-¿Y qué quiere? dile que se vaya.
-Ricchan, se que estas ahí- menciono la chica.

-Lo siento Takano yo había quedado que le ayudaría con una tarea hoy por la mañana, ya me voy, te veo más tarde- menciono Onodera levantándose de la cama, acomodando su ropa y tomando sus cosas para salir del dormitorio.


Takano se sintió realmente frustrado pero no tenía alternativa. Ritsu había huido de nuevo, el pelinegro se fue a sus clases sin poder concentrarse del todo como siempre pasaba. Cuando las clases terminaron, Chiaki y Tori invitaron como siempre a su amigo Takano a ir a su habitación, él sabía que lo más seguro era que Onodera se encontrará en la biblioteca así que accedió a ir con ellos, sus amigos eran un par de chicos locos, siempre pensando en la forma de satisfacer algunas de sus fantasías de adolescentes; sacaron algunas revistas de chicas desnudas y las empezaron a ver llenos de emoción, ante lo que Takano permanecía indiferente.

-En serio que estúpidos son- menciono en tono un poco fastidiado.
¡¿Qué?! ¿Qué tienes Masamune?- preguntó Tori.
-Creo que es estúpido emocionarse con una revista.
-Masamune antes solías emocionarte con este tipo de revistas también ¿Qué te paso de repente?- menciono Chiaki
-Bueno, pues yo...estoy saliendo con alguien- ante esa revelación los amigos de Takano abrieron sus ojos sorprendidos, parecían incapaces de cerrar la boca y después comenzaron a preguntar como locos.

-¿Qué qué? No nos habías contado que tenías novia- decía Tori.
-¡Es cierto! ¿Quién es ella? ¿En qué clase va?- cuestionaba Chiaki.
-Tiene que ser de esta escuela, porque tu no sales los fines de semana.
-Tori tiene Razón, es de la escuela ¿es linda?

-¡Ya! ¡Ya! cálmense un poco....yo no les diré quién es. confórmense con saber que estoy con alguien.
-Oye Masamune y.....¿Ya lo hicieron?- Cuestiono Tori, ante lo que Takano respondió en automático con un gran suspiro y una sonrisa en su rostro.

-Ah- dejo salir un suspiro realmente profundo-. Lo hicimos hace un mes...pero...después de eso ¡Nada! no me ha permitido nada más.
-¡¿Eh?! ¿Cómo que hace un mes? ¿Que clase de monstruo es esa chica?- menciono el ingenuo Chiaki.
-Si lo sé, pero...¿Qué debería hacer?
-Escucha esto amigo, tal vez, ella esté esperando que seas más agresivo- aconsejo su amigo Tori.
-No yo no puedo forzar las cosas, si no terminaría perdiendo su cariño.
-¡Wow!- la boca de Tori se quedo bien abierta ante la inesperada actitud de su mejor amigo-. Oye amigo, eso debe ser lo que se conoce como amor verdadero.
-Si creo que si.
-Bueno Masamune, lo único que podemos hacer es desearte suerte Ja Ja Ja- mencionaron sus amigos al mismo tiempo y se echaron a reír sin remedio.

Takano regresó a su habitación y antes de llegar se encontró con Onodera en el pasillo, llevaba una pequeña maleta en sus manos.

-Onodera ¿A dónde vas?
-¿A caso eres tonto? hoy es viernes, me voy a mi casa para el fin de semana.
-Lo olvide. Te extrañare ¿Sabes?

El rostro de Onodera se enrojeció y se sintió avergonzado sin razón. Takano comenzó a caminar y Onodera lo detuvo.

-¡Takano!- menciono con voz fuerte provocando que el pelinegro se detuviera y volteara.
-Creo que... yo también te extrañaré- dijo Ritsu y salió corriendo del lugar, a lo que Takano solo sonrió.

El fin de semana termino. Onodera llegó el lunes por la mañana junto a su padre y no tuvo tiempo de ir a su habitación, se fue directo a su salón donde ya estaban la mayoría de sus compañeros, entró el profesor y comenzó con la clase. Minutos más tarde apareció corriendo Chiaki.

-No pensará que lo dejaré a entrar a mi clase después de 15 minutos ¿Verdad?- dijo el profesor.
-Profesor lo siento!! es que...una chica arrojó a mi amigo por las escaleras cuando venía para acá, así que lo tuvimos que llevar a la enfermería- explico Chiaki-. Puede hablar a la enfermería para que vea que es cierto, ahí está mi amigo Takano Masamune.


En cuanto Onodera escuchó ese nombre pudo sentir como una sensación de desesperación se apoderaba de él, apartó su mirada de su cuaderno y quedó aterrorizado, mientras el profesor le permitía pasar a Chaiki. Se sentaban muy lejos así que no había forma de que Ritsu le pudiera preguntar algo.

Cuando la primera clase termino, el cuerpo de Onodera actuó por sí solo. Salió del salón y se dirigió directo a la enfermería, cuando llegó no había nadie así que decidió entrar sin autorización, cuando lo hizo y abrió la puerta vio a Takano durmiendo, estaba realmente lastimado, tenía raspones en todo el rostro y en sus brazos, se acercó y antes de darse cuenta le estaba tomando una mano.

"¿Pero quién te hizo esto? ¿Porque te arrojaron por las escaleras? no quiero que te pase nada malo, no a ti"

Pensaba algo nostálgico el castaño y comenzó a acercar su rostro hacía el de Takano, cuando acercó demasiado sus labios de pronto el pelinegro abrió los ojos y Ritsu se sobresalto y se echo para atrás.

-¿Qué pasa? ¿Que no ibas a besarme?- preguntó algo burlesco Takano ocasionando el sonrojo de las mejillas de Ritsu.
-¿Eh? ¡No! Claro que no...yo no iba hacerlo- respondió nervioso.
-Ah. Que lastima, pensé que si lo harías por eso fingí estar dormido.
-En serio que no te soporto, eres insoportable, mejor me voy- menciono el castaño tratando de salir pero Takano lo tomo por la muñeca.
-No te vayas. Por favor quédate un momento, después de todo viniste a ver como estoy ¿No?

Ritsu, no sabía que responder pero se daba cuenta que se sentía más tranquilo de ver que Takano seguía actuando tal y como siempre lo hacía, así que volteó su rostro para no ver directamente sus ojos color miel. Una vez que reunió el valor suficiente para hablar, lo hizo de una forma un tanto silenciosa.


-Takano...cuando Chiaki dijo que te arrojaron por las escaleras bueno...yo...me preocupe un poco y me preguntaba si- lo pensó un poco más-. A caso... ¿Lo hizo la chica con la que te estabas besando hace un tiempo?

Takano sonrió. Estaba feliz de saber que Onodera se preocupaba por él -. Si fue esa chica- respondió-. Pero fue algo sin importancia, así que no te preocupes.
-¡¿Que no me preocupe?! ella podría hacerlo de nuevo, yo se lo diré a mi padre.
-Ya te dije que no importa...¡Ah!... ¿Qué debo hacer? estoy tan feliz....¡Ondera besame!

¡¿Qué?! estás loco. Alguien podría entrar.
-No lo harán, la enfermera salió de la escuela, tardará mucho tiempo.

En un acto sorpresivo el castaño se inclino y besó la mejilla de Takano, mientras su muñeca aún se encontraba sujetada con fuerza, se puso tan rojo como un tomate, pero la alegría de Takano era evidente, ese beso no era suficiente.

-Es un avance, pero quiero besarte con mis labios- menciono el pelinegro.
-No, no, no, no...eso no pasará- decía Ritsu nervioso.
-Esta bien, tú no me beses, estoy muy débil así que solo inclínate de nuevo y yo te besaré.

El castaño no tenía alternativa, él deseaba tanto los labios de Takano como Takano los de él, apretó sus ojos con fuerza y se inclino nuevamente, Takano levantó un poco su mano y la posiciono en la nuca de Ristu para atraerlo, sus labios al fin se encontraron y al fin era un beso, un beso donde sus lenguas se rozaban aumentando poco a poco la intensidad hasta el momento en que la separación fue necesaria.

Takano estaba muy lastimado, el golpe había sido demasiado fuerte y tenía varias lesiones, sería dado de alta hasta el viernes. Durante toda la semana Onodera fue a visitarlo, pero lo hacía por poco tiempo para no ser descubierto, fue una semana larga pero al fin termino.

El viernes por la mañana Onodera fue a ver a Takano para ver si lo darían de alta, pero no lo harían hasta la tarde.

Una vez en su habitación, el castaño tomo su maleta para salir del dormitorio e ir a su casa. Abrió la puerta y ahí estaba Takano.

-¡Takano! ya estas mejor- menciono Ritsu inconsciente de su gran sonrisa.
-Si por fin me dejaron salir...¿Ya te vas?
-Si, me voy a mi casa, espero que estés bien, te veo el lunes.
-Antes de que Onodera pudiera alejarse Takano lo jalo por el brazo y lo hizo entrar de nuevo a la habitación, cerró la puerta con fuerza y lo atrapo entre sus brazos, el castaño no se opuso coloco sus manos en la espalda del pelinegro respondiendo a aquella acción.

-Onodera- le hablo al oído, con esa suavidad que caracterizaba cada uno de sus actos cuando estaban juntos-. No vayas este fin de semana a tu casa- lo abrazo más fuerte-. Por favor, quédate conmigo.

CONTINUARA...


Amor de secundaria (TakanoxRitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora