Amor de secundaria (TakanoxRitsu)

Capítulo 3: Confiando en tí

-Gracias Takano, ya me pude levantar del suelo ahora te puedes ir- decía el lastimado Ritsu soltando la mano de Takano y comenzó a caminar. Inmediatamente el pelinegro se dio cuenta de la debilidad del castaño y se le acercó por la espalda y levanto uno de sus brazos para apoyarlo en su propio cuerpo y así ayudarlo a caminar.
-Anda, apóyate en mí, vamos a la misma habitación así que me queda de paso- menciono el pelinegro amablemente y Ritsu sin decir nada solo acepto la ayuda. Durante el camino a la habitación camino apoyado en Takano, aunque trataba de ocultarlo se sentía realmente nervioso con su cabeza apoyada en el pelinegro podía percibir el sutil olor de su perfume y se daba cuenta que el latido de su corazón aumentaba.

Cuando llegaron al dormitorio Takano no dijo ni una sola palabra, solo lo ayudo a sentarse en su cama y él se acomodó en la suya quedando frente a frente, se vieron a los ojos durante unos minutos hasta que el pelinegro rompió el silencio.

-Tú ¿te encuentras bien?
-Sí, la verdad no es nada que te importe, estoy bien.
-Sabes... no tienes que ser tan hostil conmigo, después de todo yo te ayude.
-Yo no te pedí que lo hicieras- respondió el castaño con su habitual expresión molesta
-Creo que yo no hubiera ayudado a cualquier chico, te ayude porque eres tú.

El escuchar eso, sin duda provocó que una de las barreras de Ritsu se rompiera y mostrará un poco de esa parte de su personalidad que muy pocos conocían, de pronto mostró un rostro más amable y el tono de su voz cambió a uno más sutil.

-¿En serio?- cuestiono nervioso mientras sus mejillas se tornaban algo rojizas.
-Por supuesto, yo te ayude porque sentía que debía hacerlo- respondió el pelinegro con una amable sonrisa.
-Bueno pues gracias.
-Y.... ¿Quisieras decirme porque te golpearon de esa manera?
-Esos chicos, solían ser estudiantes de esta escuela, pero comenzaron a molestarme se lo dije a mi padre y fueron expulsados, pero....ellos querían vengarse y me seguían a todas partes así que papá los mando a prisión. Al parecer salieron en libertad ayer y vinieron a cumplir su promesa de vengarse de mí, por eso me golpeaban.
-¿Eh? ¿Pero porque no te defendiste?
-No es necesario gastar mis energías con esos estúpidos que se creen poderosos por ser más fuertes físicamente.
-Pero entonces, podrías pedirle ayuda de nuevo a tu papá.
-¡Nooo! eso no lo haré.
-¿Porque?
-Aunque te resulte difícil creerme, yo estoy harto de que todos digan que mi papá me resuelve la vida, me lástima que se alejen de mi solo por ser el hijo del director, es por eso que no quiero pedirle nada.

"Ahora lo entiendo un poco más, este chico se aleja de los demás por temor a ser rechazado, él es solitario porque nadie quiere acercarse a él, debe ser difícil estar solo en una escuela tan grande" Pensaba Takano, mientras veía como la sangre de Ritsu seguía escurriendo por las heridas de su rostro y su cuerpo. Se puso de pie y regreso con una pequeña caja entre sus manos.

-Muy bien Onodera, ahora quítate la ropa.
-¡¿Qué?! ¿Para qué? eres un pervertido.
-Claro que no, solo quiero curar tus heridas, vamos quítate la camisa.

Ya que él castaño no podía moverse muy bien aceptó que Takano le quitara la camisa y dejo su torso al desnudo, el pelinegro se posiciono en su espalda para comenzar a limpiar las heridas con algunas gasas, cuando pudo sentir el calor del cuerpo de Ritsu, se sobresaltó y ahora se sentía un poco nervioso.

-En verdad sabes hacer esto- menciono el castaño
-¿Ehhh?- cuestiono nervioso
-Te estoy diciendo que eres bueno en esto, ya casi no me duele.
-Ahh si, lo que pasa es que el año pasado, participe como voluntario en un hospital para niños golpeados y pues ahí aprendí.
-Ya veo.
-Sabes Onodera, tu piel es realmente suave.

Ritsu, solo abrió sus ojos sorprendido y sus mejillas volvieron a enrojecer, pero no dijo nada.

-Listo terminé con tus brazos, tu pecho y espalda ahora solo falta tu rostro, cierra los ojos para poder curarte- explicó el pelinegro y tomo el rostro del castaño de la barbilla cuando limpió toda la sangre, no podía moverse, el tener tan cerca a Onodera y el verlo con los ojos cerrados ocasiono que no se pudiera controlar por mucho tiempo, se acercó y dio un beso sutil en una herida cerca del ojo, otro en la oreja y otro en la mejilla, el castaño se sorprendió.

-¿Qué...que haces?- pregunto nervioso.
-Trato de curar tus heridas- menciono Takano y siguió con los besos por el rostro de Ritsu, en un acto inesperado el castaño volvió a cerrar los ojos, casi de forma automática Takano poso su labios sobre los de su compañero quien cerró la boca con fuerza impidiendo que metiera su lengua, así que el pelinegro lamió suavemente una de las heridas junto a los labios de Onodera. Ante eso de inmediato abrió los ojos y se vieron directo por algunos segundos.
Ritsu lo empujo y limpiando su boca dijo:

-¿Pero que fue eso? tú acabas de lamerme- decía aterrorizado y rojo hasta las orejas
-Lo siento, lo siento, lo siento, es que tenías una expresión rara en tu rostro, cerraste los ojos y te veías tan lindo, discúlpame- explicaba Takano.
-¡¡Ahhhh!! Eso me pasa por confiar en ti- dijo el castaño y se fue al baño para ponerse ropa limpia.

Continuará...