—¿Hola? ¿hola? Soy Philip Marston... transmitiendo en la frecuencia de emergencia, desde Fort Hope... ¿Alguien me copia?
—¿Hola? Aquí Fort Hope, transmitiendo desde la frecuencia de emergencia ¿Alguien ahí?
—Fort Hope... ¡¿Alguien me recibe?!
—¡Alguien responda maldita sea!
—Aquí Fort Hope...
¿Hay alguien vivo...?Llegó un momento en el cual las transmisiones de radio simplemente dejaron de sonar. Excluidos de toda civilización cercana, todos los sobrevivientes debieron adaptar un nuevo modo de vida, en el cual, el mantenerse encerrados era la prioridad.
Con la llegada del invierno, el exterior se volvió solitario y desolador, el salir, se convirtió prácticamente en sentencia de muerte, ahora con el paradero desconocido de los muertos, el invierno solo amenzaba con acabar con los últimos y aparentes sobrevivientes.—Respira, apunta lentamente y...
dispara —susurró en su oído. Lily tensó el arco y disparó, la flecha salió volando para finalmente dar justo en el blanco, un ciervo que buscaba alimento entre la nieve—. ¡Gran disparo, Lily! —exclamó Sam dándole unas suaves palmadas en la espalda. Ambos salieron de su escondite y se acercaron para revisar la presa, la flecha atravesó de lleno el cuello de aquél ciervo. Sam se agachó y le cortó las hastas, lo montó en su espalda para regresar.—¿Cómo es que sabes cazar? —preguntó ella. Limpió su flecha y suspiró, el vapor cálido salió de su boca como el humo de un cañón.
—Mi padre me enseñó todo lo que sé... él y yo éramos recolectores —ambos caminaron, hasta ver unas grandes puertas de metal oxidado, con un gran letrero de pintura corrida que decía Fort Hope.
Tocó la gran puerta de metal y sin más, se abrió. Un vigilante recibió la caza de ese día dejando a Lily y a Sam vagar por el lugar.
Todas y cada una de las casas que ahí se encontraban estaban cubiertas hasta el tope de una fría nieve.
No había mucha gente caminando por las calles, pues el frío y cierto sentimiento de miedo recluía a todos en sus hogares.Los muertos se habían extinguido desde hacía bastante tiempo, pero la gente aún vivía con paranoia. Al igual que Sam, todas las noches se la pasaba implorando para que los enfrentamientos no ocurrieran otra vez. Pues la seguridad de su grupo ahora era lo esencial, y más con la presencia de sus seres queridos en la comunidad.
—¡Papá! —escuchó un grito eufórico y lleno de felicidad. Volteó y alcanzó a ver a un risueño niño de pelo castaño claro corriendo hacia él.
—¡Hola, campeón! —respondió con una felicidad rebosante en sus palabras, se agachó y abrazó con fuerza a su niño, lo cargó con fuerza—¿Te portaste bien?
—Sí.
—¿Hiciste todas tus tareas? —sacudió su cabello y le tumbó la escarcha. El niño no guardó su sonrisa.
—Sí, papi.
—¡Muy bien! Y... ¿dónde está tu madre?
—En casa, preparando la cena.
—¡Que bien! Muero de hambre, imagino que tú también —le hizo cosquillas, el niño lanzó una ráfaga de carcajadas que contagiaron a ambos.
Caminaron por las solitarias calles hasta llegar a una casa de dos pisos, abrió la puerta y un cálido y agradable aroma lo recibió, dejó a su hijo y él corrió a la cocina.—Ya volvieron —habló Ann mientras agregaba un poco de sal a la olla que cocinaba—. ¿Cómo les fue?
—Cazamos un ciervo —respondió él, se le acercó y besó su mejilla.
—Que bien
—Si. Ésta niña tiene ojos de halcón.
—Sí que sí . ¿Qué cocinas? —se acercó a la olla y observó el contenido.
—Arroz, y un poco de pollo, pero —cerró la olla—. Aún no está listo.
—Como sea, despiértenme a la hora de la cena —dijo mientras subía las escaleras.
Horas mas tarde después de haber cenado, Sam estaba sentado en su sillón, mientras veía jugar a su hijo.—Oye, ¿no crees que es hora de dormir?
—Por favor papá, cinco minutos más.
—Adam, hazle caso a tu padre —Ann llegó con ellos.
—Solo si me cuentas una historia. Por favor, ¿si? —Sam no pudo resistirse ante la mirada del pequeño.
—Tu ganas, siéntate —el pequeño se sentó el la pierna de su padre y Ann aun lado de él—. ¿Que historia quieres que te cuente?
—Una sobre los monstruos...
—Adam... Sabes que te dan pesadillas—reclamó su madre.
—Fue solo una vez y era muy pequeño, ya no volverá a pasar, además, no sé cómo son.
—Eran, los monstruos murieron hace mucho tiempo —aseveró seriamente.
—¿Llegaste a verlos, papá?
—Más de lo que me hubiera gustado...
—miró al fuego de su chimenea y fugazmente recordó, cuando el niño lo sacó de su ensimismamiento.—¿Cómo eran?
—Pues horribles, demasiado como para describirlos.
—¿Quien más los vio?
—Pues, tu madre, Lily, él tío Noah, tu abuelo...
—¿Cómo era el abuelo?
—Él era —sonrió con nostalgia—. Él era muy fuerte y valiente, muy amoroso, siempre me cuidaba, y mucho más, recuerdo que una vez él...Las historias fueron contadas y Adam ya sentía sueño, comenzó a subir las escaleras, pero se detuvo un instante, regresó la vista a sus padres.
—Papá.
—¿Si, Adam?
—¿Los monstruos ya no existen, verdad? —Sam volteó a ver a Ann, y después a su hijo.
—Así es hijo, ya no existen —la sonrisa que le dedicó fue un tanto forzada, sin embargo el niño asintió y sin más, subió.
Sam suspiró y se rascó la cabeza.—No creo que sea lo mejor el contarle esas ''historias''.
—Tú y yo sabemos que no son solo historias.
—Aún así, es muy pequeño para escuchar esa clase de cosas, lo único que haremos será que crezca con miedo.
—Creo que no hay otra forma de que crezca, así no estará vulnerable.
—Lo que sea —sonrió, se aproximó a él y se sentó sobre sus piernas, rápidamente se apoderó de sus labios—. Sabes, Lily y Adam estarán dormidos en unos minutos, ¿qué tal si tú y yo nos ponemos cómodos?
—Creo que paso, me me siento muy cansado —articuló mientras ella se despegaba de sus labios.
—Está bien —se levantó del sofá y subió sin más.
Sam se quedó mirando directamente al fuego, como si las llamas le recordaran todo lo que había vivido, en ese momento los gritos resonaron en su cabeza como un eco espectral, cerró sus ojos y luego de unos segundos, regresó a la normalidad, el sudor frío le recorrió la frente, respiró.
—Ya pasó... ya pasó...
_________________________________________
Aquí el primer capítulo de, "DEGENERACIÓN".
Espero y lo hayan disfrutado, pues se pondrá muy interesante.
Recuerda...
Si te gustó por favor deja un voto y un comentario.
En verdad te lo agradecería.
Y si te gustan mis historias por favor sigueme.Gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
LA CEPA: DEGENERACIÓN
Science FictionTercera parte de LA CEPA. Seis años han pasado desde que los habitantes de Fort Hope lograron recuperar su hogar. Un mortal invierno ha llegado, el cual a logrando exterminar a los infectados, pero en proceso de erradicar a los vivos por igual. Per...