Siempre sin amor (Sevmione)

Capítulo 8

CAPITULO 8

Soledad te seguirá sin descansar,

Tienes la maldición de no encontrar a quien amar

Llevas escondidas abiertas tus heridas

Y sentirás que el dolor no sanará,

Sobre tu espalda irá el peso por querer soñar,

Y pagas con tu vida, por ser la malquerida...

Severus Intentaba observar la chimenea, mientras las llamas iban consumiendo poco a poco los troncos de madera que seguramente los elfos habían puesto antes de que ellos llegaran, se aferraba a su mínima cordura que le quedaba, estaba perdiéndolo todo al observarla en esa posición tan erótica, una que él nunca imagino verla.

Una succión más y mandó al carajo la chimenea, bajó la vista y observó como tanto deseaba, su cabeza bajando y subiendo sobre su erección, mientras su lengua hacía estragos con su lucidez, con movimientos circulares condujo la velocidad con su mano sobre su cabeza. En el momento en que comenzó a empezar a ver al abismo sobre sus ojos, la incorporó lentamente al mismo tiempo que él se reprochaba la falta de atención que estaba recibiendo segundos antes, ella se mordió los labios y sus ojos brillaron de deseo y placer.

Por una milésima de segundo pensó en parar y obliviarla, pero en cuanto se mordió el labio inferior provocándolo se escapo cualquier loca idea de detenerse.

- ¿Por qué has parado? Quiero que termines.

- Lo haré, pero no en tu boca sino dentro de ti, mientras hago que te quemes de placer por dentro, te dejaré temblando, saciada como nunca en la vida has estado, – le siseó mientras idolatra el cuerpo de su amante, recorriendo con la yema de sus dedos su pequeña cintura y sus piernas – Hay algo que quiero hacer.

- ¿Qué es? – preguntó ella extasiada de cumplir las fantasías de aquel hombre.

- Besarte, – Hermione se sorprendió sin lugar a dudas, se imaginaba atada a la cama cumpliendo algún tipo de fantasía donde él la dominaría y la haría sumisa a él solamente, o quizá una fantasía más erótica pero un beso nunca paso por su mente, él la acercó a su cara al mismo tiempo que rozaban sus labios haciendo de sólo un beso un juego erótico, cuando la vio desesperada porque unieran sus labios la poseyó con rudeza y pasión, llevando sus manos a su espalda mientras volvía a acomodarse a horcadas sobre él, una vez que succionaba y mordiera sus labios hasta dejarlos rojos la separó de él –, en el beso todo comienza, nunca lo desvalorices ni le minimices en un acto como este. – Su mano viajó a su intimidad, haciendo una intromisión que le dejo los ojos en blanco a ella.

- Ahhhh... – gimió sosteniéndose de sus hombros.

- Mira... – le mostró sus dedos mojados de su esencia –. Lo que un beso puede provocar... mmmh... dulce como me lo imagine, – corroboró lamiendo sus dedos.

En ese momento lo único que pasaba por la cabeza de ella era ser tomada por él, que la embistiera tan rápido hasta hacerla gritar, pero tal parecía que él tenía toda la paciencia del mundo, lo peor era que ella buscaba sorprenderlo y sin embargo la impactada era ella.

Hermione veía frente a ella a un hombre, uno que sabía lo que hacía y que podía satisfacerla, Severus ve a la mujer, una chica a la que habían lastimado porque ninguno supo tratarla como lo que era.