Capítulo 12.

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Y ahí me encontraba yo, yo y Alex, Alex y yo, en su gran coche negro.

-¿Nuevo coche?-Pregunté burlona. Oh si, Vicky a vuelto.

Parece ser que este no se esperaba esta reacción por mi parte a lo que se dedico a reír y a bajar la mirada para abrir la puerta del copiloto para que pudiera sentarme.

-Nuevo coche.-Dijo con una sonrisa en sus labios tras sentarse en el asiento del piloto y cerrar la puerta de su coche.

Y en ese momento supe que al igual que yo, Alex había vuelto.
No podía evitar mirarlo de reojo, el camino era silencioso, posaba sus verdes ojos en el asfalto de la carretera, se le veía concentrado.

Esos 10 minutos en coche fueron los mas largos y desesperantes de mi vida, una vez llegamos a mi UNI me dispuse a abrir la puerta del copiloto para salir, aún no entendía como podía saber que vivía en esta universidad.

Una voz masculina hizo que bajara de mis pensamientos, y sí era la de Alex.

-Aay Vicky, Vicky...-Dijo con media sonrisa divertida.

-¿Perdona?- Genial estúpida Vicky, ahora creerá que en este tiempo te has puesto mas tonta de lo normal.

El chico soltó una risa rasposa a la vez que sexy.

-Sigues siendo la misma de siempre eh.-Sonrió como si estuviera recordando los momentos vividos.

Bastó con decir eso para que los dedos se entrelazarán con las mangas de mi camiseta, no sabia que hacer o decir, me quedé inmóvil durante unos segundos.

¡Lo tenia ahí! ¡Tenia al chico por el que me pasé horas, días y semanas llorando, buscando una explicación lógica del porque me dejo!

-Bueno, supongo que ya hablaremos otro día.- Me miró directo a los ojos.- Si quieres, claro.- hizo una mueca.

Me giré hacia la puerta de la UNI y pude divisar que aun podían entrar visitas.

-Si quieres puedes entrar.-Dije sin apartar la vista del guardia de seguridad. -Hablaremos un rato si quieres.- Me giré Encontrándome con sus verdes ojos.

En menos de 5 minutos caminaba con Alex por los pasillos de la universidad hasta encontrar mi habitación, la 123.
En mi bloque solo vivían chicas, algo de lo que me alegraba.

Una chica con una toalla blanca enrollada en su cuerpo salió de una habitación posando su mirada en Alex. Sí, hay mucha zorra suelta.

-Vaya, vaya, bonito lugar para vivir.- Dijo mientras se giraba para ver como habría la puerta.

-No hace falta que me cuentes.- Dije burlona y señalé con mi barbilla a unos chicos del equipo de fútbol que pasaban de vez en cuando ya que el despacho de la directora estaba cerca.

Abrí la puerta de color blanco y pase antes que Alex.

-vaya, no te recordaba así.- Dijo sentando se en el sillón con una sonrisa pervertida.

-Asi ¿Como?- Me movía de un lado para otro recogiendo cosas.
-No sabía que vendría visita.

Alex se levantó y dio unos pasos hacia mí.

-Así no.- señalo el mogollón de ropa que tenía en mis manos.
-Así.- Señaló la puerta de la entrada recordando el comentario que dije anterior de que entráramos a la habitación.

-Oh, eso.- Hice una mueca divertida. -Creí que hablabas de mi perfecto desorden.-Dije mientras caminaba había la habitación para dejar las cosas.

Alex río.

-Tranquila, para mi esto esta demasiado recogido.- acarició su pelo.

-Esta echo un desastre.- mi comentario hizo que otra vez retumbara por toda la habitación esa risa que tanto amaba.

-Tu novia debe estar arta de recoger.- Caminé hacia la pequeña cocina.

El chico caminó hacia mí hasta que pudo contemplarse unos segundo antes de contestar.
-¿Novia?

-La chica que apareció el otro día en el gym.-No podía mirarlo a los ojos, solo me dedicaba a echar en los dos vasos de cristal un poco de coca-cola.

-Ella no es mi novia, bueno, no eso, somos algo, pero- lo corté.

-Ese algo se llama novia.

Vuelve a mi. (2temporada de ECDG.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora