12 - Homecoming

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Antes que nada y primero que todo, quisiera dar los créditos de este capítulo al señor Ignacio Roure por su ingeniosa idea y magnífica actitud. ¡Un abrazo!

El Sábado 10 de Octubre se celebró la fiesta de bienvenida al colegio, y ya que ésta sería mi primera (y probablemente última) debía ir.
La temática de la fiesta (al menos en mi High School) varía cada año. El año pasado fue algo con ciudades (no me acuerdo jiji) pero este año el tema fue Cenicienta.

Juntarse con amigos, arreglarse para luego irse a tomar fotos y cenar es lo que tradicionalmente se hace, y no hay motivo para que yo rompa esa tradición, así que les contaré qué tal todo.

Luego de un horrendo problema con mi vestido que encargué especialmente para la fiesta (nunca llegó a tiempo), mi salvación la encontré en la casa de mi amigo argentino (sí, ha hice un amiguito ¡yay!). Su "hermana" tenía unos 5 vestidos para prestarme y una señora el día anterior me había prestado otro en caso de que no me cupieran. Entonces fui, me los probé todos para que solo 2 me quedaran bien (al parecer soy un poquito más grande. oops).
Afortunadamente, uno de ellos era ¡¡HERMOSÍSIMO!! Era morado com un listón negro en la espalda y vuelito en la parte de abajo.

Luego de que me arreglara en 10 minutos (maquillaje y peinado incluidos) me dejaron de apurar y fuimos a la casa de mi amiga italiana para juntarnos con el resto del grupo. Cuando llegamos lo único que hicimos fue darnos cuenta que ¡recién se habían empezado a arreglar! Después de lo que se me hizo como 10 mil años, nos fuimos a un lindo parque en el que nos tomaron mil fotos: locas, actuando como príncipes y princesas, posando como modelos, etc.
Parecía una de esas sesión que te toman cuando eres chiquito y que todos tenemos en las murallas y/o veladores de nuestros abuelos/tíos jajaja. En el fondo nos dejamos llevar por le emoción del momento, y no nos dimos cuenta que ¡¡ya eran las 5:15pm!! Nosotros teníamos una reservación en un restaurante japonés a las 5 en punto y corriendo con tacones y afirmándose los peinados es como todas las niñas salimos corriendo a los autos, seguidas por nuestros 2 amiguitos y los padres (alias fotógrafos) que nos iban a llevar al restaurante.

15 minutos de viaje y ya nos encontrábamos saludando al resto de nuestros amigos que nos estaban esperando en el lugar. Entre saludos y cumplidos, nos sentamos en una mesa gigantesca y la infaltable demostración de lo profesional que era el chef haciendo malabares, jugando con comida y fuego apareció. Esta actuación nos dejó (obviamente) a toooodoos con muchísima hambre, ya que podíamos oler y mirar toda la comida que él estaba preparando en frente de nosotros.
¡Oh, y qué decir de ésta! Estuvo muy deliciosa, sin mencionar que tuvimos una sopa, ensalada, el plato de fondo y postre si lo deseábamos (cosa que no sucedió jajaja).

Luego de una larga charla, risas, bromas y aún más cumplidos nos dirigimos a pagar la cena y nos dimos cuenta que aún teníamos 1 hora antes de que comenzara la fiesta, entonces nos fuimos a los baños y los bailes chistosos comenzaron. Música electrónica y pop sonaron por los parlantes de los celulares y los infaltables videos de snapchat aparecieron.

Después de todo este show, nos fuimos en autos hacia el parque que está al lado del colegio (literalmente) y estuvimos ahí conversando, riendo, quejándonos del frío hasta que por fin nos fuimos a hacer la fila para entrar a la fiesta. Lo divertido de esperar casi 15 minutos afuera del gimnasio mientras todos pasaban sus entradas fue que ¡olvidé mi ticket! Se me había quedado en el velador. Lo bueno es que no fui la única y habían personas preparadas para esta situación. 5 o 6 eran el total de hojas con los nombres de las personas en listados y probablemente este ha sido el ÚNICO momento en mi vida (que tampoco es tanto, solo he vivido 16 años lol) que he estado feliz de tener un apellido tan largo, porque fue fácil de encontrar.

Terminada esta incómoda situación, caminamos hasta el comedor y habían mil tipos de galletas con decoraciones distintas y distintos bebestibles. La fiesta en realidad era dentro del gimnasio y pareciese que en vez estuviéramos dentro de un castillo con tantas decoraciones que tenían.
En resumen, ignorando el hecho de que habían canciones que ni los mismos gringos sabían como bailar, fue una buena noche: llena de tonteras, comida deliciosa, bailes divertidos y mil fotos capturadas.

Esta fue MI realidad de Homecoming, y de seguro entre otros niños de intercambio ocurrieron miles de cosas entretenidas también.

Gracias a todos por leer y votar🌟, son los mejoressss👑💖 Espero que tengan un lindo día 🌸

pd: quiero dar nuevamente los créditos a Ignacio Roure por darme la ingeniosa y única idea para este capítulo, ¡gracias loquito! ✨😜

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