Capítulo 14.
No valía la pena. Definitivamente no valía la pena.
Después de la charla con mi hermano Thomas, al consultar con la almohada mi respuesta, lo vi todo claramente: un chico no me iba a arruinar mis calificaciones, ni mi buen humor, solo por querer descargar conmigo sus problemas. Thomas tenía razón: que se fuera a freír espárragos.
Tal vez no tenga amigos, y mucho menos un novio, pero estoy segura que no quiero amigos (ni novios) si me tratarán igual que Zed.
Vale, tal vez si fueran Zed pero con la parte más linda... Esa parte de la que sólo me dejó dar un vistazo...
¡BASTA LILY! ¡ÉL NO VA A CAMBIAR ASÍ LA TIERRA SE PARTA EN DOS! ¡SUPERALO!
Y bueno, creo que después de mi regaño mental, podemos entender que muchas veces no queremos aceptar las cosas como son porque la realidad es más dura que nuestras fantasías.
Afortunadamente pude mantener a mi mente distraída, lejos del tema Zed Wallet, toda la semana de exámenes. Incluso podría decirse que lo estaba ignorando olímpicamente. Lo cual era mucho más duro ahora que era plenamente consciente de su presencia (o ausencia) en clases. Sin embargo, me las arreglé para no fijar mi mirada en él ni por un segundo.
Gracias a Dios la señorita Oliver calificó los trabajos de forma individual y no tuve que volver a juntarme con Zed ni con Rebecca de nuevo. Y aunque me moría de ganas de saber qué había pasado con la calificación de ambos, decidí que lo mejor era mantener mis distancias por mi bien emocional.
Mi rutina escolar volvió a su ritmo natural en la semana, a excepción de unas cuantas veces en las que Thomas se veía a escondidas con Lucas y me abandonaba en la biblioteca por unos cuantos minutos. Pero realmente no importaba; Thomas era feliz, y eso me hacía feliz a mí también. Solo esperaba que con el tiempo las cosas no se complicaran en vista del secretismo.
En fin. Me encontraba en la biblioteca el jueves durante el receso, cuando el apocalipsis llegó, el día del juicio, el fin del mundo como lo conocemos: Rebecca Woods se acercó a hablarme.
─Hola, Lily.
Casi me caía de mi asiento, casi perdía la página del libro que me encontraba leyendo e incluso casi creí que era la virgen María quien me hablaba. Pero ahí estaba: Rebecca Woods en la biblioteca. Hablándome. A mí.
Su voz incluso sonaba diferente a la voz que hacía cuando estaba junto a Julie. Era todo tan irreal que seguía sin creérmelo del todo. Pero de algún modo, me las arreglé para hablar.
─Hola...
Sonó como una pregunta, pero toda yo era un signo de interrogación gigante.
Rebecca se acomodó en su asiento y agachó la mirada viendo sus manos. Jamás la había visto así. Jamás la había visto tan... vulnerable.
Se tomó su tiempo para hablar y cuando lo hizo, sus palabras me dejaron el doble de sorprendida.
─Quería agradecerte ─Hizo una pausa, su cara tornándose color carmesí. ─, ya sabes, por lo del trabajo. Me pareció muy valiente que hayas pasado a explicar tú sola todo el tema después de que Zed se fuera hecho un demonio. Y, no sé, gracias de nuevo.
Parpadeé un par de veces para diluir la marea de pensamientos que flotaban en mi cabeza. Y tras unos segundos sin responder, lo único que logré articular fue un débil "no hay de qué". Y al siguiente segundo, Rebecca ya se había ido.
Me quedé observando mi libro sin verlo realmente hasta que sonó la campanilla. Y caminando cual zombie, me dirigí a mi clase. Creo que choqué con alguien, y creo haber murmurado un perdón, pero después de la declaración de Rebecca todo era tan irreal como decir que la luna era de queso.
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El Rey del Hielo.
Fanfiction¿Lily Monroe y Zed Wallet en la misma oración? ¡Já! JAMÁS... ¿Cierto?