R21.

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La ruta que la llevaría a quién sabe dónde.

No, no lo sabía.

Yo sólo estaba recogiendo a un hombre que rondaba los treinta años, el pobre tuvo un accidente.

Estaba haciendo lo mío, cuando la vi.

Me gustaron sus botas.

Y su cabello.

Se dio la vuelta y pareció verme, pero era mi imaginación.

Sus ojos, mierda, eran preciosos.

Nunca había visto a alguien así.

Y nunca más veré a alguien así,

con los ojos que ella tenía

ni la mirada que yo tenía.



Tren perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora