Eme aquí, de nuevo en el cubículo de la orientadora, creo que es la tercera vez esta semana.
Mi nombre es Edrik Nava, estudiante de primero de secundaria y catalogado como un "niño problema", cada semana (por no decir diario) los maestros se quejan de mi en cada clase, pero son bastante exagerados, esta vez solo me mandaron por un reporte por quemar un simple cuete en el salón ¿Puedes creerlo? Lo se, son bastante intensos los profesores. Solo me queda esperar y ver como mi mamá llegaba a la oficina de la orientadora y se sentaba a lado de mi, mostrando una expresión de enojo en su rostro, imagino que debe estar harta de mis acciones, pero no es algo malo, sí no lo hago ahora que soy joven ¿cuándo será?
-Señora me temo que ya no podremos admitir a su hijo en nuestra escuela.
Cuando escuché esas palabras de la orientadora solo pensaba en los meses que estaría castigado si me expulsaban.
-A menos que este dispuesto a ir al psicólogo.- anexo la orientadora.
¿Qué? yo no estoy loco para estar ahí, pero es mejor a que me castiguen-pensé.
Ese día me fuí suspendido y toda la tarde solo estuve escuchando los regaños de mis papas, me enoja tanto que no entiendan que solo es un juego, a puesto a que ellos de niños igual hacían travesuras.
-¡Pegar el portafolio de un maestro en el escritorio no es un juego Edrik!.- dijeron mis papás.
Hace un par de días fue eso, estaba aburrido y para la clase de ciencia nos pidieron pegamento industrial y como el maestro de Matemáticas dejó su maleta se me hizo fácil pegarla al escritorio.
Al recordar esto comencé a reír con solo recordar la cara del profesor al ver su maleta pegada,pero tras esto en solo un instante sentí un fuerte golpe en mi cabeza.
-¿Qué no entiendes? -dijo mi papá con un tono bastante fuerte, creo que esta vez si lo saqué de sus casillas.
-¡Solo es un juego!- dije, defendiendo mis actos como siempre.
-Eso no es un juego, tu ya vas mas allá de eso ¿qué no lo notas?, ojala que el psicólogo te de sedantes para que estés controlado a ver si así te comportas.-me gritó esta vez.
-!Yo no iré al psicólogo,ya les dije que no estoy loco!- En este punto ya había perdido la calma así que tras gritar eso me fui corriendo a mi cuarto.
Solo me quedó irme a acostar, solo desearía que ellos me entendieran, ya hasta de loco me tachan. Sin nada que hacer poco a poco me quedé dormido.
A la mañana siguiente cuando baje a desayunar, sentí el ambiente mas pesado de lo normal, mis padres estaban callados yo me senté y comencé a comer un plato de cereal. El silencio era tan marcado que hasta podía escuchar el crujido al masticar mi cereal, pero mi mamá rompió el hielo en el que estuvimos todo el desayuno.
-Ya no te llevaremos al psicólogo.
No puedo creer que mi mamá dijera eso "¿A caso al fin me habrían comprendido?" Pensé, pero antes de que pudiera soltar una palabra o al menos una sonrisa ella agregó...
-Decidimos llevarte a un internado así que ve haciendo tu maleta por que mañana mismo entrarás.
Al oír esas palabras de mi mamá mi mundo se derrumbó, ni siquiera pude acabar de desayunar. Yo en un internado? Prefiero mil veces al "loquero".
Por la tarde intente convencerlos pero su decisión ya estaba tomada, y como siempre, ni siquiera tomaron en cuenta mi opinión. Esa noche por la situación no pude dormir.
A la mañana siguiente solo vi como mi papá subía mi maleta al auto ¿Qué más quedaba por hacer?
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Regreso A Casa
Teen Fiction¿Te has preguntado realmente que se siente vivir un secuestro? Y aún peor, si un niño se ve envuelto en esta situación. Edrik es un niño que con tan solo 14 años experimentó el ser separado de su familia, siendo llevado a un lugar que desconoce y d...