Narrado por Kevin:
Tuve que dejar a Edrik, no quiero arrastrarlo en mis problemas, esto es algo que debo solucionar yo solo. Tengo que pensar en algo, pero como terminar algo que ni siquiera se como ocurrió..
Aun recuerdo cuando llegué a este maldito lugar, no era nada de lo que soy ahora, no era nada mas que un tímido niño que no sabia cuidarse solo, ¿Cómo no iba a estar devastado después de que me quitaran lo poco y mas importante que tenia?
Se que este no es un lugar para socializar pero no tenia nadie con quien juntarme, alguien que me hiciera distraer mi mente e imaginar que no estuviera en este infierno, alguien a quien pudiera considerar un amigo, por lo cual, no tenia de otra más que estar solo. Siempre en este maldito lugar se han dedicado a la siembra de la misma basura, pero hay zonas a donde no se nos permite el acceso, y para asegurarse de esto están escondidas en la parte de monte antes de llegar a los limites, yo un día vagando por aquí me encontré un cuarto grande y amplio, no pude controlar mi curiosidad, así que decidí entrar, ¿Qué más podía perder?
Me quedé pasmado con lo que vi. Había muchas mesas donde se encontraban más drogas para variar, tanto en su proceso de preparación como ya empaquetadas. Se me hizo extraño que no hubiera guardias, aun así para evitar que me ocurriera algo fui en sigilo. Vi cantidades inmensas de todo lo que nos hacían cosechar, ¿De cuanto dinero se estarían haciendo estos bastardos? al pasar a otra sala encontré algo increíble... un cuarto lleno de armas, desde cuchillos hasta poderosas armas de fuego, como esas que solía ver en películas de policías, pero... ahí vi mi pase de salida.
*sonaban pasos* escuché que alguien se acercaba, tenía que salir de ahí, solo me dio tiempo de tomar una navaja que estaba en el piso y salí por una ventana que estaba cerca.
Corrí hasta quedar sin aliento al dormitorio. Pensé que todo había resultado bien por ese día pero al llegar a mi litera vi que alguien estaba sacando cosas de mi casillero.
-Oye ¿Qué te pasa? esas son mis cosas!!.-grité aunque las palabras no salieron mucho tiempo de mi boca pues al instante sentí un golpe en mi mejilla.
- ¡Cállate marica! yo puedo tomar lo que quiera de tus cosas, y tienes una playera que me gustó mucho.-me dijo.
Esas frases que salieron de su boca me hicieron sentir mas impotente que nunca, ni siquiera podía pelear, por el trabajo en los invernaderos estaba muy lastimado de mis manos y mi estatura y físico delgado no me ayudaban. Pensé seriamente en enterrarle la navaja con el coraje que tenia, pero supe permanecer paciente y no me quedó de otra que llorar de impotencia y ver como me quitaba mis cosas.
En la madrugada de esa noche prendieron las luces como cada mañana, pero aun no era hora de levantarse.
-Haber pendejos, alguien entro al almacén y robó armas, vamos a revisar sus cosas y al autor de esta chingadera no dudaremos en darle una lección.- dijo Román.
Maldición, mi corazón latía más fuerte que nunca, tenia miedo a lo que me pudiera pasar, todo se me iba a derrumbar. Abajo de mi almohada estaba la navaja, abajo de mi litera había una maleta, no me puse a pensar en de quien era, discretamente la puse ahí y la empuje con mi mano.
Nos hicieron bajar a todos de nuestras literas y ponernos en el centro de la habitación mientras revisaban. No pasó mucho tiempo para que pasara lo inevitable...
-Vaya Vaya ¿Qué hay por aquí? una navaja nuestra, quiero saber quien es el dueño de esta maleta. Que tenga los huevos para pasar al frente y quizá no le vaya tan mal.-dijo Román.
-E...es...es mía señor.- me sorprendí al ver que esas palabras salieron de la boca de nada mas y nada menos que el que robó mis cosas horas atrás.
-Pero le juro que yo no tome nada.- Al instante de que dijo eso Román le soltó un golpe tan fuerte que le comenzó a salir sangre de la boca, imagino que le tiró un diente.
-No mientas pendejito, si no fuiste tu ¿Quién fue?
Se me erizó la piel cuando el me volteo a ver....
-¡Kevin! el fue el ultimo en entrar al dormitorio y venia corriendo de alguna parte.- Vaya, este tipo no deja de joderme. No me gustaría que le hicieran algo a pesar de todo, pero tampoco puedo permitir que me pase algo a mi.
-Eso es mentira, yo solo estaba en los lavaderos, y cuando llegue vi que el estaba escondiendo cosas en su maleta, inclusive robó mi playera.- No llevaba tanto tiempo ahí por lo cual mi opinión no importaba mucho pero tampoco era tan posible que fuera culpable mientras que aquel chico creo que ya se había metido en conflictos antes.
Me acerque a la maleta y saqué mi playera.
-Con eso fue suficiente, métanle una putiza a este pinche ladrón.- dijo Román.
-Eres un maldito Kevin, !Voy a hacer que te arrepientas de esto, te vas a acordar de mi!.- Dijo antes de que se lo llevaran los guardias de Román.
-A todo esto ¿Quién es ese?.- le pregunte al que estaba alado de mi.
-Se llama José....
Aquí regresamos al presente, el sabe lo que tramamos y no dudo que vaya a hacer algo en mi contra o aun peor, contra Edrik. Cuando no estaba Edrik, el me llamó y me dijo que me vería en una zona apartada de los dormitorios, si no todo empeoraría, así que fui.
-Veo que tuviste los huevos de venir.-Dijo José
-¿Qué es lo que quieres José?
-Quiero que me des el dinero que has sacado vendiendo la mercancía que no es tuya.
-Ni siquiera la puedes gastar, ¿De que te servirá?.- le conteste
-Simple, te joderé como tu me jodiste a mi, y si no accedes le diré a Román de todo lo que tramas.
-José eso pasó hace mucho, perdón pero no tenia otra opción, en estos momentos no pienses en que solo me perjudicaras a mi si no que será a todos, yo no tengo otra intención más que liberarnos a todos, ¿Qué tu no quieres salir?
-Hace mucho me olvide de mi libertad, y tu no vas a lograr nada mediocre, y aun que tu solo lograses salir de nada te serviría pinche huérfano. Y cumpliré mi promesa si no te mato a ti...Mataré a tu amigo.
Con todo eso que me dijo.. no pude más... mi sangre estaba hirviendo.. mi coraje me guío a darle un golpe en el estómago.
-¡El único que se va a morir aquí, vas a ser tu, pendejo!.- la rabia inundó mi cuerpo seguí dándole golpes en todo el cuerpo, a pesar de que el intentaba cubrirse y darme uno que otro golpe, yo no sentía nada, solo pensaba en acabar con ese imbécil.
Alguien me agarro por detrás, era el amigo de José.
-Te sentiste muy chingón ¿no? pero ahora es mi turno.- dijo José
No podía moverme y comenzó a golpearme. sentía como me salía sangre de muchas partes. y ahí fue cuando comencé a ver "mi vida en segundos" cuando José sacó una navaja...
Nota del autor:
Amig@s lectores, muchas gracias por estar apoyando este proyecto, sin su apoyo de recomendar, compartir y leer mi historia no estaríamos creciendo como lo hacemos ahora. Lamento haber estado ausente un tiempo (gracias a la escuela 7n7) pero espero haberlos compensado con un capítulo lleno de suspenso como lo fue este, espero les haya gustado y se que cuento con ustedes para que este proyecto continúe, cada vez que comparten la historia con sus amigos créanme que me ayudan mucho para que nuestra familia de lectores crezca.
-Los jama Roy.
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Regreso A Casa
Ficção Adolescente¿Te has preguntado realmente que se siente vivir un secuestro? Y aún peor, si un niño se ve envuelto en esta situación. Edrik es un niño que con tan solo 14 años experimentó el ser separado de su familia, siendo llevado a un lugar que desconoce y d...