POV Emy
- Así que...- Así que me olvide por completo de ese estúpido asunto, hasta que hoy en la mañana observé con más atención el calendario y lo recordé, mi madre y toda la familia espera conocer a mi novia para la próxima semana.
- Wow; sí que estas en un problema.
- Aún no puedo creer que piensen que soy...
- ¿Lesbiana?
- ¡Lucia!
-¡Hey!, sólo repito lo que les dijiste.
- Lo sé- Dije y sin poderlo evitar volví a llorar.
- Oye, no llores; sabes que cuentas conmigo, y que te voy a ayudar en lo que sea, menos en hacerme pasar por tu novia- Baje la cabeza derrotada; adiós a mi Plan ¿D?
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POV Astrid
No me gusto nada, nada de nada, esa mirada llena de lágrimas contenidas. Venía muy concentrada pensado en qué hacer para que Emy me digiera qué le pasaba, porque estaba cien por ciento segura de que tenía algo, volví con cuidado al departamento para que no me escuchara. Hice girar con delicadeza la llave, una vez introducida en la cerradura... Muy lentamente y con esa precaución que he desarrollado a lo largo de mis años de travesuras y escapadas nocturnas, me acerqué a su habitación sin ser vista y lo que escuche, me dejó en shock; ¿cómo que primero muerta antes de pedirnos ayuda a Karen o a mí?, ¿Con quien hablaba por teléfono en su habitación? Caminé en puntillas hasta la mía y con cuidado tomé el teléfono de mi línea, tratando de no respirar para que no se dieran cuenta de que su conversación estaba siendo escuchada por otra persona....
- El problema es el dinero- Escuche que Emy le decía a Lucia - No sé si cobran por día, por hora o por semana.
- Pues hay que rezar para que sea por semana, porque si es por hora...
- Lo sé, el dinero no va a ser suficiente- Le respondió la pelirroja con un gesto abatido.
- Mira- Le dijo la otra- ya te dije que te ayudaría, si lo que necesitas es dinero, pues yo tengo ahorrado un poco y si es necesario más, le pido a mi papá y ya.
-¿Crees que te lo daría?
- Claro.
-¿Cuánto dinero tienes?
- Unas doscientas libras.
- Bien- Le dijo mi amiga- yo tengo cien, lo que nos da un total de trescientas libras...- imaginé a mi amiga murmurando para sí sola y frunciendo el ceño, señales que indicaban que estaba pensando.
- No es suficiente- Dijo al fin y para sorpresa mía, me dolió, que si el problema fuera económico, no me lo pidiera a mí. Yo ni siquiera aceptaría que lo devolviera.
- Le pediré a mi padre unos... - ¿Cuatrocientos? Me empezaba a extrañar el comportamiento de Green, y me volví a impactar cuando escuchar la cifra estrambótica que dijo Lucia... ¿Acaso la pelirroja era adicta al juego y había quedado en bancarrota? ¿Tenía problemas con la mafia rusa, o que?
- Te prometo que te lo pagaré- fue la respuesta de mi amiga; bien, Así o más rara?, ¿Ese era el problema que tenía?, ¿Necesitaba dinero?, ¿Y yo qué?, yo no le hubiese dicho que no, además, tenía ese dinero, contaba con una "pequeña" fortuna que era más que suficientes para no tener que trabajar hasta el próximo siglo. Tan metida estaba sacando mis conclusiones que, cuando me dispuse a manifestar mis dudas, me di cuenta de que mi amiga no sabía que la estaba escuchando, esperaría un poco más para entender la situación. Sin embargo, conversaron sobre un sitio cuyo nombre jamás había escuchado y quedaron en que Lucia la visitaría a las cuatro de la tarde. Cada vez estaba más confundida...
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POV Emy
Juro que en mi vida pensé que yo iba a hacer algo como esto, pero como me dijo Lucia «Situaciones extremas requieren medidas extremas» a las cuatro de la tarde comencé a preparar café para compartir con mi amiga en cuanto llegara.
- ¿Qué haces? - Otra vez casi me infarto, gracias a Dios que no soy gato, porque si no estuviera pegada al techo por semejante brinco que pegué y me apresure a esconder mi el libro. Astrid, Astrid, Astrid... ¿Cuándo vas a aprender a no asustar a las personas?
- Me asustaste- Le reclame- Si quieres que siga con vida, no vuelvas a hacer eso- La rete con mi mejor tono de mandona.
- Lo siento- Se disculpo agachando la cabeza; simplemente gire mis ojos, hay veces en que puede llegar a ser tan linda. Negué rápidamente con la cabeza intentando alejar semejantes barbaridades.
- Disculpa aceptada- Respondí para después sonreirle.
- Bien - Me devolvió el gesto, ¿ya les dije que es linda? - ¿Qué haces?
- Nada- Conteste con la mejor cara inocente que pude poner.
- Siempre has sido un fiasco mintiendo Emy- Odio que me conozca tan bien.
- Sólo leo, eso es todo.
- ¿Por qué será que no me lo creo?
- Bien, porque eso no es lo que estoy haciendo y ...haga lo que haga no te interesa; ahora por favor puedes dejarme sola.
Vi como rodó los ojos - Déjate de juegos y dime que te pasa- Se cruzo de brazos y me miro fijamente- Y no me digas que nada, sé que algo te preocupa.
- ¿A mí?- Señalándome con el dedo, y fingiendo con tono de incredulidad.
- Sí, a ti- Señalándome y lanzando su mirada de "haber a qué horas"
- No me pasa...
-Ya basta- Dijo levantando la voz la voz y acercándose.- Estabas tensa y a punto de llorar cuando te vi antes, luego opté por no ir a la Universidad y te escuché decir que primero te mueres antes de pedirnos ayuda a mí o a Karen- No pude evitar abrir los ojos con sorpresa y luego cambiar mi mirada a una de enfado.
- ¿Me estabas espiando?- Pregunte indignada.
- No, bueno si... Yo pasaba por la puerta de tu cuarto y te escuche...
- ¿Pero me estabas espiando?
- No, sólo me preocupe; has estado actuando raro.
-¿Yo rara?
- ¿Cómo definirías tú a tu comportamiento en las ultimas horas? ¿Para qué quieres tanto dinero?, y no me digas que no es eso, ni nada parecido, porque las dos sabemos que no es así, ¿Qué no somos amigas? ó ¿Ya no confías en mí?
-No es eso- Respondí- Es sólo que...
- ¿Qué?
- Es vergonzoso.
- Deja que yo juzgue eso, ¿si?
- Bien- ¿Qué otra cosa puedo hacer? Ella me conoce desde los cinco y yo la conozco, por lo tanto sé que si no le digo, no va parar hasta descubrirlo por sí misma. Suspire fuertemente, y le conté lo mismo que le dije a Lucia por teléfono.
- Wow- Dijo por fin luego de que termine mi relato, y era inevitable no darme cuenta de que estaba aguantándose las ganas de reír.
- Anda, no te contengas- Sintiendo de nuevo ganas de llorar.
- ¿Lesbiana?- Mientras se le escapa la carcajada.- No me creo que en tu casa...- Y las lágrimas comenzaron a salir.
- Búrlate.- Sin hacerme caso sólo siguió riéndose y repitiendo la palabra "lesbiana", como si no fuese suficiente con el hecho de que no tengo novia para presentarles a mi familia; no sé cómo pude pensar que era linda, senti que la humillación y el coraje se apoderaban de mí y comencé a llorar más fuerte - Vete a la mierda Monroe- Dije casi con la voz quebrada antes de empezar a caminar a mi dormitorio, no tiene caso correr, la humillación no se va con la distancia.
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POV Astrid
- Espera- la detuve sujetándola de la manga, y así lentamente girarla hacia mi, al ver que sus ojos estaban bañados en lágrimas mi risa se apago automáticamente.- Lo siento- Dije al mismo tiempo en que la abrazaba, fue inevitable no sentir como ocultaba su cara en mi pecho y comenzaba a llorar más fuerte; me siento como una imbécil viéndola así, y más sabiendo que soy la causante de su estado. La abrace con mas fuerza, y le dije al oído quién sabe qué cosas para tranquilizarla. Al poco tiempo recobró la calma -Lo siento- Repetí mientras la alejaba un poco y con mis manos limpie las lagrimas que aún estaban en su rostro. - No era mi intención burlarme o hacer menos tus problemas, sólo me imaginé la reacción de tú madre cuando les dijiste semejante mentira, ¿Tú? ¿Les...
- No digas otra vez es palabra, Astrid - Amenazo después de haberme callado con sus dedos sobre mi boca.
- Lo siento- Esta fue la tercera vez en diez minutos, no sé por qué lo hago. La abrace de nuevo y así juntas nos sentamos en sillón- Entiendo que tu problema es encontrar una novia para la siguiente Navidad- Dije después de un pequeño silencio.
- ¿Qué piensas hacer? ¿Y para que quieres tanto dinero?-Recordando la cifra.
- Yo...- Note nerviosismo en su voz y aquel gesto de morderse el labio inferior.
- ¿Para qué necesitas el dinero?- insistí.
- Bueno...- Levantándose y caminando de un lado a otro indecisa frente a mí. Por fin dijo: - Como no tenía a nadie quien se hiciera pasar por mi novia, Lucia y yo decidimos que lo mejor sería contratar una...
- ¿Qué estas pensando hacer?- «Más le vale que no sea lo que estoy pensando...»
- Pues contratar una Gigoló- ¡Y me lo suelta como si fuera lo más obvio del mundo!
- ¡¿QUÉ?!
- Eso, contratar a alguien que finja ser mi novia; por eso necesitaba mucho dinero, no tengo idea de cuánto o cómo cobren.
¡Oh, no!, ¿es que acaso se había vuelto loca?, desde luego que no iba a permitir que una imbécil estuviera con ella, menos si fingiría ser su novia. Miles de imágenes se arremolinaron en mi cabeza de tipas besando, abrazando y manoseando a Emy...
- ¡No!
- ¿Qué?
- Que no vas a hacer eso- Le dije muy seria y cruzándome de brazos.
- ¡¿Qué?!
- Que no voy a permitir que una tipa X se te acerque y te manosee, ¿Acaso estás loca?
- Mira- Me dijo subiendo el tono de su voz- me pediste que te contara mi problema y eso hice, más nunca he pedido tu consejo; voy a contratar a una gigoló y...
- Bueno, qué no me escuchaste- levantado me y también también el tono de mi voz- Tú no vas a contratar a nadie, podemos encontrar...
- ¿A alguien que se haga pasar por mi novia? Es exactamente lo mismo, Astrid.
- No, no lo es, pues no sería una desconocida.
- Si a ti que eres mi amiga, te dio un ataque de risa, imagínate a los demás, ¿Por qué crees que no le pedí ayuda a Karen?, además necesito a alguien que sea lesbiana porque no sé como voy a hacer para fingir y...
- ¿Y qué hay de mí?- Pregunté furiosa, por qué no hubiese pensado en mí.- No soy un desconocida, además me gustan las chicas de verdad y no te cobraría- Enumerando con los dedos.
- ¿Tú?- Fue su turno de reírse, lo que hizo que me molestase más- por favor Astrid... - Dijo esto y se dispuso a ir hacia el living porque estaba sonando el timbre, no dio dos pasos cuando la volví a detener.
- Necesitas una novia, pues Emy, abre bien lo ojos, porque estás viendo a la tuya.
NOTA: La historia NO es mía
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Mamá, Papá... Soy Gay
Romance- ¡Mamá! No puedo presentarles a mi pareja. - ¿Por qué? - Mamá, papá... Soy gay. NOTA: La historia no es mía Todos los derechos al autor