capitulo 40 (selena)

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Después de dar más de cien vueltas por la cama sigo sin poder dormir, ni siquiera he visto el reloj por medio a que no hayan pasado más de diez minutos desde que me recosté en la cama, intentando superar en vano lo que paso el día de hoy, el día de ayer y los días desde el momento en que me fije en Justin. Siento la necesidad de salir corriendo de aquí lo más lejos posible, de olvidarme de todo lo demás y solo correr, correr y correr. Parece cómico, apenas hoy corrí por primera vez y ya lo veo como una salida. Y de pronto me acuerdo. Dante. Lo único bueno que me paso en el día. Me levanto y tomo el celular de mi tocador, marco su número. Contesta al segundo tono.

- ¿De qué tamaño quiere su pizza? -cuestiona a través del teléfono y puedo sentir su sonrisa. - ¿Estas invitándome a comer? -bromeo. - Qué bueno que lo captaste a la primera, hubiera sido lidioso tener que explicarlo -dice- ¿Cómo estás? - Agotada -confieso. - Ya lo creo, estoy seguro de que ni siquiera calentaste antes de empezar a correr. - Él experto eres tú -declaro- Pero no es por eso, simplemente no fue mi día. - Ni el mío -dice- conocí a alguien maravillosa y tuve que dejarla ir en un taxi sin más ni más -dice y no puedo evitar sonrojarme. ¿Qué cosas dice? - Por cierto, gracias por pagar el taxi, que no se repita -trato de sonar disgustada pero no lo logro. - No prometo nada. No quiero sonar grosero, no me mal interpretes pero ¿a qué se debe su llamada a esta hora? -pregunta y caigo en cuenta. ¡Ni siquiera sé qué hora es! - ¿Qué hora es? -estoy sonrojada, no puedo verme en la oscuridad frente a mi espejo pero siento el calor en mis mejillas. - Más de las dos de la mañana -dice. - ¡Oh, qué pena! -chilló. - Hey, no hay nada de qué avergonzarse. Me gusta que me hayas llamado -me derrito. - ¿No dormías? -pregunto tratando de cambiar el tema, no funciona, no se hacerlo. - No, estaba trabajando en algo de la universidad -confiesa. - Entonces te dejo, perdón por la interrupción... - ¡No! No te vayas, me gusta hablar contigo y hace unas horas no me lo permitiste. ¿Puedo preguntarte algo sin que te ofendas? -cuestiona. - Claro -digo recordando el azul de sus ojos profundos. - ¿Tienes novio?

M I E R D A.

- No -susurró. - Que suerte tengo -dice y casi chilló. - Por favor, es algo incómodo... - Claro, no te preocupes, solo quería estar seguro. No me hubiera gustado ser inoportuno.

Hablamos durante una hora más, va en la Universidad que está en el extremo norte de la ciudad, estudia para psicólogo y le encanta el helado de pistache como a mí. Tiene una beca para mejores universidades pero le gusta en la que esta, dice que toda su familia ha estudiado allí. Es corredor por gusto, sin embargo conoce a varios profesionales y por eso es que es muy disciplinado. Promete acompañarme en mis recorridos de ahora en adelante hasta que yo me sienta totalmente familiarizada. Lo que queda de la noche duermo, Dante me hizo recuperar la paz.

Me levanto con los golpes en mi puerta. - ¿Qué pasa? -pregunto medio dormida aun. - Kevin está aquí querida -dice mi mamá a través de la puerta y maldigo en voz baja. - Me duchare mamá, bajo en un momento -la tranquilizo. - De acuerdo, te esperamos -se marcha y yo me meto en el baño.

Al terminar me visto con ropa deportiva, Kevin tiene media hora para decir lo que tenga que decir. Dante me espera en la ruta 5, hoy será el primer día de preparación para mí. Con el cabello aun mojada bajo hacia la estancia, llevo una liga para cuando se seque poderlo atar.

- Buenos días Kevin -saludó como si nada. Tiene que quedarle claro que si quiere estar conmigo será como amigos, como siempre- ¿Ya desayunaste? -me dirijo a la cocina y él va tras de mí. - Tenesmos que hablar -dice. - Ya lo creo -me sirvo jugo de naranja y me siento en un taburete- habla. - Quiero que todo vuelva a ser como antes... - ¡Eso es lo que yo digo! Qué bueno que aceptes que entre nosotros solo puede haber amistad y... - No me refiero a eso, lo sabes. Quiero que seas mi novia de nuevo -implora.

Podría hacerlo. Podría darle una nueva oportunidad a Kevin, después de todo se la di a Justin cuando el solo me veía la cara. Kevin me mostro quien era en realidad quien era y yo lo había juzgado por ello, por ser honesto. ¿No era mejor ser honesto aunque doliera a que te mintieran en la cara y todo siguiera normal? Pero no lo haría. No es que no pensara en darles una oportunidad a ambos para aclarar las cosas, es solo que no pensaba darme una oportunidad de creer en ellos. No de nuevo.

- Te quiero, seamos honestos -digo y dejo mi vaso con jugo en la repisa- Esto no funciona para mí Kevin. Seamos amigos, como siempre. ¿Lo aceptas? -cuestiono y su rostro se tensa. - ___(tn)___, por favor déjame hablar, es injusto que esto termine por Jus... - ¡Basta! Ya lo pregunte y es la única opción que tienes.

Lo miro fijamente. No titubeare, nunca más.

- De acuerdo, amigos -escupe Kevin amargamente. - Ahora si me disculpas, tengo cosas que hacer -me despido de él y me levanto del banco. - Por favor, acepto que seamos amigos, no tienes que evitarme -dice herido. - No lo hago Kevin, de verdad tengo algo que hacer -lo miro de nuevo y le sonrío. Tregua. - ¿Ejercicio? -Pregunta sonriéndome de vuelta- ¿Puedo acompañarte? - No -digo rápidamente, tanto que suena grosero- Me refiero a que tal vez después, ahora tengo compañía -confieso y su rostro se tensa de nuevo. - ¿Compañía? -escupe y algo en el interior me dice que no acepto solo amistad. Espera algo más. - Kevin, hablamos luego -me despido y salgo.

Cuando llego a la ruta 5 Dante ya me está esperando. Le sonrío y me devuelve la sonrisa.

- ¿Lista? -pregunta entusiasta. -Lista -contesto emocionada.

Después de hacer calentamientos y recorrer tres kilómetros nos detenemos. Dios. Esto sí que es cansado.

- ¿Cómo se siente? -me cuestiona Dante. - Como el infierno, estoy sudando como puerco pero tú ni siquiera pareces inmutado -me quejo y él sonríe dándome una botella de agua. - Deberías estar orgullosa -dice- lo haces increíble. - Gracias, los halagos no funcionan conmigo. - ¿Ah no? -pregunta acercándose lentamente a mí y en mi cabeza pasa un flash. Justin acercándose a mí, acorralándome, haciéndome suya. Quiero vomitar. - Detente por favor -ruego. - Lo lamento -se disculpa y puedo ver en su rostro que realmente lo hace. - No eres tú, es solo que no me siento bien. Acabo de terminar algo y... - ¿Una relación? -cuestiona. - Algo así -murmuro y él asiente. - Lo entiendo, vamos tienes que recuperar las calorías perdidas -juega y nos dirigimos hacia un restaurant.

Cuando el taxi, de nuevo pagado por Dante, se detiene fuera de mi casa bajo a toda marcha. Necesito comenzar a hacer algo antes de pensar en Justin, en Kevin... ¡Maldita sea!

- Hola ___(tn)___ -susurra una voz melosa e irritante.

... en Selena. (el perro, ano:3)

You and meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora