Jurame que no tendré que arrepentirme de entregarte hasta el alma.

Fúnebres y no tanto.12

Salí de casa. Tome él primer colectivo que vi, fui vestida con un jean de mezclilla de 47street, mis vans de animal print y mi verde buzo de kevingston. Dejé mi cabello suelto, y fui naturalmente maquillada. Sabía que no tenia mucho tiempo, y que no podía atrasarme y bajarme paradas antes y caminar por no perderme. Le pregunte al colectivero donde me convenía bajarme, me dejó a una cuadra de la plaza independencia y a dos de la plazoleta de los fúnebres. Me bajé, apurada,ya era hora. Me dolía él estomago por los nervios, ese día casi no había almorzado, si, lo sé, tengo problemas de ansiedad y no puedo no mezclarlos con mi alimentación. Franco me había dicho que siga derecho unas cuadras por la Julia a roca( calle) y me daría cuenta al ver él cementerio y la plaza. Recibí una llamada de él preguntando donde estaba, le dije que estaba pasando él San jose, hasta que me di cuenta que no era él San jose sino él colegio Santo Tomas de Aquino. Me repitió que siguiera derecho un par de cuadras. Yo seguí caminando hasta que me encontré con la ruta y la autopista principal, claramente me había pasado y me había perdido, nuevamente me llama preguntándome donde estaba, le dije que estaba perdida, que me viniera a buscar o que me indicara donde era, no paraba de reírse de la situación. Volví a donde había comenzado, y me dirigió exactamente una cuadra después, ME HABÍA PASADO 10 CUADRAS, 10. Casi teniéndola al frente. Me dijo que lo espere en la esquina y mientras tanto seguíamos hablando por teléfono. Cuando me dijo que me quede ahí y que me de la vuelta. Lo vi de lejos, uniformado de su equipo favorito, River Plate, y vi como se daba la vuelta y se alejaba indicándome que lo siguiera. Hice caso omiso y lo seguí, hasta que se sentó en una de las tribunas de aquella plaza, me acerque y lo salude. Me retó un buen rato con que tenía que aprendérme las calles y que era una tonta. Y no parábamos de reírnos por absolutamente todo. Estuvimos dos horas juntos. No hubo silencios incómodos ni nos quedamos sin tema de conversación. Me miraba tan dulcemente, sus ojos brillaban, al igual que su deslumbrante sonrisa, mas de una vez lo detuve preguntándole porque me miraba así, esas miradas que reflejan amor y ternura. Y me contestó que nada, que solo me observaba. Me contó de su ex novia, de Agostina, victoria y sol. Había tanta confianza que pareciera que lo conociera de años. Me contó que él nunca estuvo en algo serio con Agostina, ni un te quiero le había dicho, absolutamente nada. Yo le reclamaba que porque las minas podían engancharse con esa clase de chicos, riéndose, me preguntó a que me refería con esa "clase" y a la que según yo, pertenecía él. Le respondí que es típico chico de 17 años que no quiere estar de novio con nadie, ni en algo serio. Quiere pasarla bien y boludear un rato. También me contó que le había aclarado a cada una su situación, que se podían juntar, todas las veces que quisieran, pero no pasaría mas de esto. Y eso les debe haber dolido, mucho. Mientras reíamos y lo escuchaba atentamente me dice "¿ y si vos te enganchas conmigo?" le dije que no, que no pasaría, y me dijo que si, que pasaría en él momento, le repetí que no, y no me contesto muy seguro. Habíamos acordado que no hablaríamos de mi ex, me pregunto cuales eran sus medidas, agache la cabeza avergonzada y le indique clara y objetivamente. Mientras me reía de esa pregunta y tenia la cabeza gacha, me abrazaba por atrás y me ponía bajo su pecho, algo que sinceramente disfrute. Me pregunto de mis deportes, le conté mi historia, me cargaba con que me iba a poner mas gordita. Y yo me hacia la enojada, que obviamente no me salía. Y le dije que estábamos todas en mi casa a dieta, me pregunto cuantas hermanas tenía, le hice la misma pregunta, ya sabiendo la respuesta, que era hijo único y consentido que vive con su madre. Me dijo que estaba re flaca y que igual tenia muchas tetas, que le gustaba así al igual que medidas de proporcionalidad. Mientras hablábamos, me dijo que yo era la piba que todo chico quería tener. Eso me llenó de emoción, al igual que me dijo que era madura. Ya que las ultimas veces me decía que era muy nena para él. Jugaba con su pierna en mi trasero, como midiéndolo. Me encantaba, no puedo explicar su expresión facial, es algo así cono que sentís que tu corazón esta a salvo. En paz y tranquilo. Donde debe estar. Para ser claros, hablamos desde las pequeñas flores hasta los grandes países. Me escuchaba atentamente, observandome, estudiandome. Lo que mas me atraía era su buen humor y su grande sonrisa. Más había sugerido que la primera vez que nos juntemos, sea en su casa pero como noto mi incomodidad al decirme esto, no insistió, con toda la confianza con que no pasaría nada. (La primera vez). Con él trato de que nadie se enteraría nada, de que era sumamente confidencial, sobre todo por mi y porque lo que podríamos llegar a ser, no me molestaría ser amantes. Ya le he dicho q estaría con él, dice que soy atractiva,buen cuerpo,flaca y que le intereso. Con eso me basta. Para que quiero un amor que me estruje y me rompa él corazón? Mejor es disfrutarlo, vivirlo, gemirlo y gozarlo. En un momento fuimos un poco mas lejos ,de modo que era mucho menos visible, se acerco una señora varias veces a ofrecernos unas estampitas, él le respondía amablemente,cuando lo que estaba deseando era que se alejara y no nos arruinara él momento. Me agarró de las manos, tirándolas hacia él, sentado y yo parada, a la misma altura. Me atrajo fuertemente hacia él y me robó un pequeño beso en mi boca. Luego, me atrajo mas firme sosteniéndome de atras y fue uno mas intenso, de esos con desenfreno, pero fue corto y lo tome de las manos y nos fuimos. No fue incomodo para nada, fue lo mas normal y en confianza del mundo. Me acompañó hasta la parada y espero unos minutos, se fue y llego él colectivo, llegue a casa felizmente perdida y completa. Hablamos un rato mas, no hace falta que diga que me puede que me diga "pendeja malcriada" o que me intente callar, o que me domine, y eso me hace estallar.
Me habló Pedro.