Capítulo 2 "Huracán Sandra"

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Necesitaba un cambio de ropa, la ducha que había tomado anteriormente en el hotel barato estaba bien, pero ahora tenía el mismo atuendo del día anterior y olía a jabón de segunda, mientras corría Alexis miro su reloj, las 8:30 a.m.

-Bien, a esta hora esa bruja de mi hermana ya ha de estar en el trabajo- pensó mientras apresuraba el paso.

Imaginó cómo debería preparar su omelette, tenía ganas de uno con muchas salchichas... ¿SALCHICHAS?, no, será de jamón, rectifico tomando su cara tratando de ocultar su sonrojo, no sería bueno que todos los que le temían en el vecindario lo vieran de forma tan embarazosa.

Por fin llego a su casa, trato de entrar, pero no tenía llaves, su hermana se las había quitado y siempre atrancaba las puertas para que no llegara a molestar estando él borracho, una vez, incluso intento entrar por la ventana.

Por eso, de forma secreta hizo una copia de la llave y la escondió bajo una maceta; la cual descubrió para poder entrar, se quitó las botas pesadas de punta de fierro negras que gustaba usar, y las aventó hacia la sala, se escuchó un ruido sordo al hacer eso, no le importo, tenía hambre, ganas de una ducha caliente y ropa limpia. Dio un brinco al refrigerador y saco los ingredientes, aunque no lo pareciera él era el que cocinaba en su casa, su hermana no sabía hacer nada más que prender en llamas cualquier alimento, hasta el cereal lo prendía fuego, un peligro inminente detrás de una estufa, por eso tuvo que aprender, era eso o desear la muerte por medio de su estómago, pero no era algo de lo que estuviese orgulloso, nadie debe saber que le gusta cocinar, no va con su imagen de chico malo, tanto que batallo para lograrla.

Justo estaba cortando el jamón cuando escucho que abrían la puerta a toda prisa.

-oh no, llego la tormenta- murmuro para sí mismo, justo cuando vio a su hermana pasar a la sala a toda velocidad, la ignoro hasta que esta volteo y lo miro atónita, levanto la mirada -¿Se te olvido algo?- le pregunto con toda la tranquilidad del mundo.

Otra cosa que no saben señoras y señores, es que este ser vivo con cara de pocos amigos, aparte de que adora la cocina, adora a su hermana, y aunque tienen sus peleas, no puede ser malo con ella, aun así ella se pone sus moños y trata de ponerle reglas, como sea la quiere y la cuida como ningún otro, es su única familia después de todo

-Amm, se me habían olvidado unos papeles, así que volví por ellos, son folletos para el nuevo producto- empezó a decir la recién llegada -pero más importante ¿qué haces tú aquí?, ¿por qué no llamaste que llegarías hasta el día siguiente?, todavía que te mande un ángel de la guarda ¿QUE LE HICISTE A ZANE? ¡LO MATASTE!- termino gritando Sandra

-Cálmate, número uno, si sabes que salí a beber, debes saber también que probablemente no regrese hasta el día siguiente, segundo, ¿por qué demonios enviaste a ese debilucho a traerme? Ni siquiera aguanta el alcohol- le contesto un ya alterado Alexis

-¿LO EMBORRACHASTE?- volvió a gritar su hermana, demonios esta mujer no hacía más que alterarlo

-te quiero hermana, pero eres desesperante- pensó en ese momento ya con la sangre más caliente, pero como toda persona con ese tipo de temperamento, era muy difícil que se calmara ahora y cuanto más oía las incesantes preguntas de Sandra más hervía su cabeza

-NO LO EMBORRACHE, MAS BIEN, PUEDE QUE ME HAYA ACOSTADO CON EL- termino gritando a todo pulmón Alexis, justo había cerrado su bocota cuando se arrepintió, todo el vecindario lo había escuchado, peor, Sandra lo hizo -Piensa rápido Alexis, piensa rápido- era lo que su mente le decía en ese momento - me largo - dijo mientras le daba la vuelta a al desayunador y subía las escaleras hasta su habitación, seguido por una hermana llena de curiosidad.

Cerró la puerta tras de sí y hecho la llave, escucho los golpes de Sandra en su espalda que estaba contra la puerta para evitar que entrara

-¿Tuviste sexo con mi mejor amigo?, ¿Cómo paso eso?, ¿Quien estuvo de dominante? No me digas que tú, no lo podría creer, aunque las apariencias engañan...-continuaba diciendo cosas sin sentido

-¿Qué era eso de dominante?- se preguntaba Alexis, quería que se fuera, quería su tranquila mañana antes de ir al trabajo, quería su omelette y su ducha caliente

-¿Que no ibas tarde al trabajo?- fue lo único que se escuchó responder desde dentro de la habitación

-CIERTO, VOY TARDE- grito Sandra mientras bajaba las escaleras de 2 en 2, cerrando la puerta fuertemente al salir. Alexis todavía con la espalda pegada su puerta, soltó un suspiro

-¿Qué demonios acabo de hacer?- dijo mientras se dejaba caer en su cama tapando sus ojos de la luz matutina

...Demonios voy a matar a Alexis, ¿Cómo demonios se le ocurre decirle a Sandra que quizá nos acostamos?

¡¿Sabe acaso lo loca y fanática que es?!

Pensó Zane mientras se escondía en los vestidores de hombres de la tienda, aun recordaba como la mujer lo tacleo en la mañana gritando a todo pulmón ¡Hermano!

¡Jesús! Jamás lo habían avergonzado tanto, estaba seguro que medio centro comercial había escuchado el grito... sin contar el "Tienes que contarme con lujo de detalle que paso, que Alexis no me dijo como rayos su roquero y nerd trasero consiguió el tuyo".

Escalofríos le recorrieron la espalda de solo pensar en que preguntas o peor aún que quisiera concretar una... cita con el bastardo ese... mmm si le quedaba ahora sería bastardo ese... no merece que le dijera por su nombre después de lanzarle al huracán Sandra en su contra.

Zane suspiro solo le quedaban 5 minutos de descanso y no podía esconderse por el resto de su vida laboral en los vestidores... quizá pida un cambio a Alaska, siempre funciona. ¡¿A quién engañaba?! Era más que seguro que su loca mejor amiga tomara un vuelo y rentara perros esquimales con tal de encontrarlo y sacarle cualquier información, así que, resignado, tomo iré y salió.

¡Crack!

Ahí iba la espalda de Zane y posiblemente sus pulmones, pues no podía respirar.

-Ahora no te escaparas - Los ojos frenticos de su amiga le dijeron que Alexis era el último de sus problemas

-Emmm Sandrita, podría ser después de.... no se... ¿el trabajo? - dio inseguro.

-¡Ni pienses en escaparte! - Apunto la mujer son su dedo después de ver como el supervisor se les quedaba viendo....pues a disfrutar sus 4 horas libres de acoso.

Sabía que de esa no se salvaba.

Después del trabajo y se vio arrastrado a casa de Sandra.

Con un punzante dolor en la espalda y otro en la cadera por culpa de los hermanos Nava, el pelirrojo se planteaba como decirle a la loca que no recordaba ni un comino de esa noche.

-Suelta la sopa - dijo la de ojos dorados con los brazos en jarra y bloqueando la única puerta, quizá podría saltar por la ventana.

-Emmmm... Pues verás... No me acuerdo mucho solo que me desperté con dolor en la cadera... y

-¡HAAAAAA! ¡No lo puedo creer! ¡Fuiste sumiso! Y eso que pensé que sería mi hermano aunque...- paro su avalancha de emoción para mirarlo de arriba hacia abajo - Tienes complexión de sumiso - la sonrisa del gato que se comió al canario se extendió por toda su cara - ¿Te gustan los chicos malos? No lo creí por lo que me contabas de tu tipo de hombre, imaginaba que te gustaban menos..... No se idiotas, ¡DIOS! ¡Qué bueno que mi mejor amigo es gay!-

-¿Eres gay? - Se escuchó desde la puerta y por ahí entraba Alexis con ropa muy diferente a la de anoche, cuello de tortuga gris, pantalón de vestir negro, una bata de laboratorio blanca, sin delineador y con los pressings ocultados por su espeso cabello. ¡Wow!

-¡Te acostaste con él y no lo sabías!- Chillo Sandra -¡Que arriesgado! Ay hermano, por lo menos mi cuñado es lindo-

-¿Cuñado?- Alexis topo sus ojos con los de Zane que parecía apunto del colapso

-Sí, porque... ¿No creerás que te dejare de solo una noche con mi mejor amigo o sí?- Ambos chicos tragaron grueso, nada de esto podía terminar bien.


Si tomas NO me besesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora