CAPITULO 12: ¡TOMA MIS MANOS Y SOSTENME MUY FUERTE!

83 3 0
                                    

Despertamos muy acurrucados el uno con el otro.

Bese su frente, ella abrió sus ojos y beso mis labios.

- Buenos días, hermosa.

- Buenos días, ¿Qué hora es?

- Las nueve de la mañana.

- Mm - hizo cara de disgusto – es muy temprano.

- No tanto.

- Buenos días – saludo una enfermera, que entraba con una bandeja en la mano.

- Buenos días – contestamos los dos.

- Tiene que comer, señorita, el doctor vendrá en un rato – le acerque la bandeja para que comiera.

- No tengo hambre – dijo.

- Tienes que comer, debes tener fuerza para cuando salgas.

- ¡Tu eres mi fuerza!

- Lastima que no soy comida – dije sonriendo.

- Chistoso.

- Anda come algo.

- De acuerdo – tomo la mitad de un sándwich y me tendió la otra mitad, yo fruncí el ceño – tienes que poner el ejemplo – dijo con una malévola sonrisa, tome la mitad del sándwich y le di una mordida sonriendo.

Comió lo demás de su bandeja y me sonrió.

Entro Sam y le sonrió a él también.

- ¿Cómo pasaron la noche? – pregunto Sam.

- De maravilla, me toco una almohada muy suave – dijo tocando mi pecho.

- Yo también dormí muy bien – dije.

- Me alegro – dijo Sam, en ese momento entro el doctor.

- ¿Cómo se siente, señorita?

- Muy bien doctor, ¿cree que ya pueda irme?

- Si, claro – dijo el doctor, se acerco a checar el pulso de Sloane, y luego añadió: - tendrá que ir con un terapeuta, sus piernas no responderán tan bien como usted, es posible que lleve algo de tiempo.

Sloane palideció un poco, le tome la mano en muestra de que estaré con ella ocurra lo que ocurra.

- Pero podre volver a caminar.

- Claro, no esta del todo invalida, como sus piernas estuvieron sin movimiento, se acostumbraron a no estarlo, eso es todo.

- Okey – contesto ella.

- Bien, iré a firmar, le recomendare al mejor terapeuta.

- Gracias- dijo Sam.

- ¿Ian?

- ¿Si?

- No me dejes nunca.

- Pues claro que no.

- ¿Ni aunque no pueda caminar?

- No, aun así seguiré a tu lado.

-No puede pasar eso.

- ¿Qué? – dijo Sloane.

- Que no puedas volver a caminar.

- Pero…

- Sloane, tienes que tener fe – dijo Sam.

En ese momento llego el doctor con dos enfermeros y una silla de ruedas.

- Aquí tienes tu receta y el nombre del mejor terapeuta, con esta silla podrás salir a pasear.

- Gracias, doctor – dijo Sam.

¡Te Sigo Amando!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora