CAPITULO 14: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI AMAR?

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Tenía dos horas que Ian se había ido, había extrañado tanto sus besos que no me negué, me dolió tanto dejarlo ir, y me dolía aún más saber que se iba a ir. Tome el celular y le mande un mensaje a Hansel: “Ey niño, ¿sabes a que hora sale el vuelo de Ian?”. Lo envié y espere respuesta.

“A las seis de la tarde, te extraño L”

“También yo” – le conteste.

Mañana tendría la última oportunidad con Ian.

Mi mente no razonada bien, amaba a Ian, pero no quería tenerlo atado a mi, no podía obligarlo a eso.

Esa noche estuve pensando mucho. Me levante a las 10 de la mañana, Sam fue a despertarme.

- ¿Sam?

- ¿Si?

- ¿Me llevarías al aeropuerto de los ángeles?

- ¿A qué?

- A detener a Ian.

- ¿Ya?

- No, a las tres de la tarde.

- Sí, claro.

Estaba desesperada porque llegaran las tres de la tarde, Sam y yo desayunamos, se fue a su trabajo, yo espere, deseaba llamar a Ian, decirle que no se fuera, pero mejor lo sorprendería. Llego Sam a las tres en punto, me subió al coche ymetió la silla, estaba muy nerviosa.

- ¡Písale! – dije.

- Tranquila, llegaremos a tiempo.

Esperaba llegar a tiempo como decía él. El tráfico a esa hora era terrible, hicimos una hora de más por los semáforos y el tráfico y uno que otro percance.

Llegamos a las seis en punto, Sam saco la silla y me senté en ella. Entramos al aeropuerto muy rápido.

- ¿A dónde viajara?

- A Nueva York – dije. Preguntamos a una señora por donde abordarían los pasajeros con destino a Nueva York, nos dirigimos hacia donde nos indicó y nos topamos con la que recoge los boletos.

- ¿Sus boletos? – dijo ella cuando nos acercamos.

Sam señalo un tablero, yo mire hacia donde me señalaba y decía Nueva York: Abordando. Aun podía detenerlo, la señorita no nos dejaría pasar, agache a Sam, le dije al oído que distrajera a la señorita.

- ¡Ian! – grite, aunque no tenía esperanzas de que me hubiera escuchado, tenía que hacer algo más.

Tome una gran bocanada de aire y necesite de todas mis fuerzas para hacer lo que tenía en mente. Vi al guardia que se acercaba hacia mí, me levante lentamente de la silla, mis piernas resistieron cuando los tenis tocaron en suelo.

Di un paso y luego otro, dejando atrás la silla de ruedas, logre dar unos pasos más. ¡Estaba caminando!

- ¡Alto! – dijo el guardia.

- Por favor – suplique mirándolo a los ojos, pero en ellos vi que un suplicando me dejaría pasar. Aparte la vista y me acerque lentamente a la chica que anunciaba el vuelo en su área.

Tome el micrófono que se encontraba frente a mí y hable: - Ian, soy Sloane, no te vayas… yo… te amo – mi voz se quebró y tuve que aclararme la garganta –, te amo Ian.

La señorita que estaba frente a mí me observo con tristeza – Ha despegado – dijo ella seriamente, mis ojos se llenaron de lágrimas, mis manos cayeron a mi costado, el guardia me quito el micrófono.

- Lo siento – dijo él.

Baje la mirada, ocultando mis lágrimas, se me escapo un suspiro y comprendí que lo había perdido, quizá para siempre, un dolor inundo mi pecho, un escalofrió recorrió mi cuerpo, me gire lentamente con la cabeza agachada, la levante lentamente y lo vi parado a poca distancia frente a mi, el corazón me latió fuertemente, lágrimas de emoción, felicidad, de amor corrían por mis mejillas.

¡Te Sigo Amando!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora