Piel canela y rojo

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Vivir rodeado de las mismas personas siempre, suelen fatigarte. Eso lo tenía claro, era por eso que, después de mi pelea con Dan y de que había dejado ir a Brendon, contacté de nuevo a Tom. Un viejo amigo que, en pocas palabras, involucraba una organización tipo secta. Cosas de las cuales no me apetecía hablar. Pero realmente me gustaba pasar tiempo junto a él. Es así, tratando de evitar a toda costa a Dan, comencé a visitarlo seguido y mantener un contacto constante.

Siendo hoy, un día como esos, un mensaje de texto llegó a mi celular. En él, me invitaba a que saliéramos con motivo de la llegada de una amiga suya; la cual aparentemente venía de Australia. Yo rodeé los ojos al pensar en que lo más probables es que aquella amiga tenía otra amiga, la cual no quería quedarse sola y a la que Tom había hablado maravillas de mí. 

Un tanto fatigado decidí prepararme para la ocasión; me rebajé la barba y recorté un poco el cabello. Finalmente miré mi reflejo y me mentalicé a salir de aquella atmósfera de asuntos casuales en los que creía que me encontraba con Dan y Brendon.

Cuando llegué a casa de Tom, éste me recibió con los brazos abiertos; efusivo y tal vez alcoholizado. Me invitó a pasar al jardín trasero, en donde se encontraban otras amistades del chico. Es así como saludo a todos en general, la verdad sólo mantenía conversaciones amenas con Tom y Kyle, el cual en esos momentos se encontraba hablando con su novia. Yo me quedé apartado con una cerveza que el anfitrión me había dado y mirando mi celular, como si se tratara de algo importante. Sin embargo, aquella soledad no duró mucho, pues el pelinegro se acercó a mí con una chica. Si pudiese describir lo que en ese instante sentí, creo que no podría; realmente había una emoción nueva en mi interior. Sus ojos eran huracanes llenos de secretos y la piel canela los realzaba aún más.

-Ryan. Te presento a Helena. Helena. Te presento a Ryan -y marchó sin decir nada, simplemente uniéndome por primera vez con aquella chica.

Yo en esos instantes estaba atónito, su sonrisa me resultaba tan dulce y relajado en comparación a su semblante que parecía enigmático. Sin embargo, no dudé en empezar una conversación en la que las risas y buenos momentos no faltaron. Realmente ese instante había sido especial y mágico, el cabello color chocolate le caía perfectamente sobre los hombros y jugaba con él cuando sentía que mi mirada se posaba sobre ella más del tiempo requerido; pero me era imposible separar mi vista de ella, toda su fisionomía tenía nuevas cosas por aportarme cada instante. Le conté las pecas de la cara, las pestañas rizadas y las veces que suspiraba al hablar de aquello que le gustaba.

Una simple conversación, que trascendió a todo el resto de la noche; en donde ambos estábamos lo suficientemente ebrios para exponernos con fragilidad. Terminando en un sillón, riendo mientras su cuerpo se balanceaba sobre mí para acercarse más. Finalmente nos besamos y podría jurar que sus labios habían sido mi morfina; me sentí, después de mucho tiempo, complementado por alguien. Realmente en ella había encontrado algo que creía que nadie más tendría y generaba en mí nuevas emociones. Tal vez la estaba idealizando, pero para mí era el ser más perfecto que podía haber conocido.

No podría describir si realmente me había enamorado de ella en ese instante, pero puedo asegurar que hubo fuegos artificiales cuando nuestras bocas se juntaron. Oh, Helena.

Todo aquello no había sido más que un incentivo para que la volviera a ver, y así fue.  Pasando días enteros con ella, tomándola de la cintura para besarla y llevando mechones de su cabello detrás de su oreja. Ella en cambio, me regalaba sonrisas y acariciaba mi mejilla, compartiendo aquella calidez indescriptible. Tanto me había decidido a compartir días con ella, que su visita fugaz se convirtió en una residencia en mi apartamento de tres meses más. Habiendo pasado el cuatro de julio juntos, compartiendo incontables salidas con Tom y subiendo fotos en donde claramente tenía que expresar que estaba con la mujer más maravillosa de este mundo.

Things Have Changed ; ryden [parte 1/2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora