Capitulo 10. Un Beso, O, ¿Un Error?

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La luna brillaba con un esplendor magnífico, lista para ser la confidente de los amantes y de aquellos románticos apasionados. Alejandro se sintió inspirado por tal atmósfera y fue a la oficina de Katerin para entregarle unos documentos.

— ¿Puedo pasar?
Preguntó tocando la puerta.
— Claro, Ale. Con confianza, pasa.
Respondió Katerin con una sonrisa.
— Le vengo a dejar estos documentos.
— Gracias, los puedes dejar en el escritorio.

Alejandro dejó los papeles en el escritorio y al ver a Katerin concentrada leyendo unos documentos, se acercó a ella.

— ¿Qué son esos documentos?
Preguntó con curiosidad.
— No son tan importantes, solo estoy comparando cuentas.
—Oh, está bien, ¿no necesitas nada?
Dijo mientras caminaba hacia la salida.
— No, por el momento no. ¿y tú?

En la mente de Alejandro miles de cosas pasaron, ésta había sido la oportunidad perfecta para pedirle que se fuera y le devolviera su puesto. Sin embargo, su interés había cambiado. Él ya no quería que ella se fuera, ahora la deseaba, sólo quería permanecer aún más a su lado.

Con su atención, sus miradas y sonrisas que ella le había dedicado consiguió lograr lo que antes parecía imposible: cautivar el corazón de Alejandro, quien ahora quería su amor.

— Sí, esto.
Respondió con determinación.

Fue hasta ella y la tomó de los hombros para besarla. Sus labios se acoplaron perfectamente, era como si hubieran estado destinados.
Katerin se sorprendió, pero, permitió que siguiera con aquel beso, pues ella lo había deseado tanto.

Desde la primera vez que lo vio en su clase, desde que le pidió prestado su lápiz, desde ese día, hubo una chispa en su corazón y lo deseaba. Había admirado su amabilidad, su rostro y la manera que le sonrió. La suavidad de sus manos. Su agradable perfume. Desde ese día, ella lo admiraba, fue su amor a primera vista, su amor platónico y cuando el padre de él la llamó fue algo asombroso.

~ Flashback ~

Se había presentado a la dirección después de ser llamada por el mismísimo director. Al llegar, el antes mencionado le ofreció que se sentara al lado de quien parecía ser su más grande admiracion.

— Señorita Gyuri Katerin Reynosa, mucho gusto.
La saludó un señor de apariencia noble que la miraba con admiración.
— Mu... Mucho gusto, señor.
Respondió Gyuri con la voz temblorosa y nerviosa, no podía creer que en verdad estuviera ante su presencia, mucho menos que le hablaba.

Dentro de su cabeza se cuestionaba la razón del por qué un hombre tan ocupado y solicitado como él estaba aquí con ella.

— Soy Ernesto Magno, padre de Alejandro.
Se presentó con una gran sonrisa. Gyuri quedó pasmada por un momento, incrédula quería verificar que no fuera un sueño.

Por su parte, Don Ernesto, se sentía afortunado. Al fin había logrado hablar una vez más con la chica que sería la esperanza de su empresa y la vida de su hijo. A quien le faltaba mucho por madurar.

— Mucho gusto señor.
Se apresuró a decir, luego de caer en la cuenta que era real.
— De nada, el gusto es mío. Hasta que por fin se me hizo conocerte, mi hijo habla mucho de ti.
Se atrevió a decir.

Él sabía el profundo amor que ella le tenía a su hijo, aquello sería una gran oportunidad para su plan.

— ¿En serio?
Preguntó entusiasmada.

Gyuri que no se imaginaba por todo el infierno que este amor le traería. La infelicidad la esperaba con seguridad a ella.

Si alguien le hubiera advertido, tal vez ella no habría apostado todo por algo que no valía la pena.

— Sí. Él habla mucho de ti, solo que es un poco tímido y teme que lo rechaces. Después de todo, eres una chica muy brillante y linda.
— ¿Yo? No, al contrario. Bueno, para ser sincera, su hijo me gusta bastante.
Contestó con una brillante sonrisa.
— ¿En serio? No me lo va a creer.
Dijo el señor Ernesto con una sonrisa de oreja a oreja.

En ese momento, había creído que una pequeña sonrisa no le haría daño a nadie. Pero, jamás imagino que esto le costaría la felicidad a una inocente alma.

— Oh no, no se lo diga.
Dijo Gyuri ruborizada.
— No te preocupes, no se lo diré, pero les ayudaré para que estén juntos.
— Gracias.
Respondió ella con una gran sonrisa.
— No hay de que, quiero que sean felices. Hacen una linda pareja. Bueno, fue un gusto hablar contigo. Nos vemos luego. Gracias, director August.
— No fue nada, señor Magno. Para mí es un gusto ayudarlo y tenerlo como invitado aquí. Gyuri, por favor acompañalo hasta la salida.
Dijo el director con ánimo.

Gyuri asintió con la cabeza, acompaño a Don Ernesto hasta la salida, donde lo despidió contenta.

— Cuídate, Gyuri. Pronto nos veremos, espera mi llamada.
— Sí, señor, adiós. Tenga un buen viaje.
Dijo Gyuri mientras miraba como aquel hombre se subía a su lujoso auto y desaparecía por la calle.

~ Fin del flashback ~

Después, apartó sus labios de los de ella, para tomar aire y volverla a besar, esa atmósfera era la que Katerin, alguna vez había soñado. Probar sus labios con tanta euforia, tanta pasión, probar sus labios en un apasionado beso y no en uno frío y seco beso que le dio en su boda.

Donde todos habían sido testigos de un amor que jamás existió, un hombre que jamás la amo. Toda esa tontería de su primer amor había quedado atrás, ahora lo que la avivaba era el deseo de tomar venganza.

~~~~ Flashback ~~~~~~~~~~~~~

Los invitados tenían sus ojos fijos en ellos dos, en la agraciada novia y en el novio serio. El ministro había pronunciado las palabras para que él hiciera la alianza de sus votos.

— Puedes besar a la novia, chico. Espero que sean felices.
Volvió a repetir el ministro con una sonrisa.
— Vamos, Alejandro.
Le susurro su padre con el gesto preocupado.

Mientras que todas las personas esperaban el tan esperado beso. Gyuri era un manojo de nervios, pensaba que todo esto era un sueño, el cual en cualquier momento se desmoronaría y la dejaria en lágrimas. Con un sabor agridulce.

Las dudas se disolvieron cuando sintió los fríos e indiferentes labios de él contra los suyos. Sin importar, estaba feliz. Al fin se había casado con el hombre de su vida.

Las personas a su alrededor gritaban y aplaudían de alegría, Gyuri sonreía y tomaba la mano de un esposo que parecía estar muerto en vida. Una persona que sólo hacía esto por el beneficio que en un futuro le traería.

~~~~~~ Fin del flashback ~~~~~~~~~~

Después, ella se aparto de él y lo miró.
Al fin había obtenido lo que buscaba. Los ojos de Alejandro la miraban con atención, algo que jamás había conseguido siendo Gyuri.

Ahora nada de eso valía la pena, ella ya no era esa tonta chica que había aguantado bastante y se esforzó por un amor, una relación y un matrimonio que no valía nada, algo que sólo la dejó llena de heridas, que quizás jamás sanarán.

— Lo siento, no pude evitarlo, es que me gustas tanto, que no me pude contenerme.
Se excuso al mirar la cara desconcertada de ella.

«Ahora sabrás lo que se siente amar sin ser amado, Alejandro» pensó mirándolo atentamente.

— No te preocupes, tú tambien me ...
Respondió con una seductora voz.

Si Tan Solo Me Hubieras Querido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora