Capítulo 4/Parte 1

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Sebastián

El jardín de la escuela era un buen lugar para escapar de la muchedumbre y del ruido de adentro, me senté en el borde de uno de los escalones, dándole pequeños sorbos al vaso que sostenía entre las manos.
Para mi todas las fiestas eran iguales, luces, baile y gritos, todas eran un maldito cliché.
-Parece que no soy la única que se aburre- susurro una voz sobresaltando me.
A mi lado había una chica, sentada en la oscuridad solo dejaba ver su traje de aviadora, con una chamarra de cuero marrón que hacia perfecto conjunto con casco de también de cuero que no dejaba distinguir sus rasgos.
-Tal vez ahora que somos dos pilotos puedas contarme tus aventuras- dije mientras señalaba mi traje. Ella río, y se sentó a mi lado.
-¿Cómo es que llego un piloto de Star Wars hasta aquí?
-Puede que mi nave se haya averiado- respondí, sacándole otra sonrisa. Nos quedamos en silencio un momento hasta que ella hablo:
-¿No crees que todas las fiestas son iguales?
-Lo sé, nunca nadie hace nada diferente- exclame emocionado de que alguien mas compartiera mi opinión.
-Exactamente, y eso es por que todos tienen miedo a los demás digan o piensen, pero entonces toda tu vida se vuelve monótona y aburrida, porque nunca que arriesgas.
Asentí sonriendo, y le di un liguero sorbo a mi bebida.
-¿Sabes que deberíamos hacer hoy?
-¿Qué? Sonaste exactamente como - preguntón confundida.
-Arriesgarnos, deberíamos hacer de esta noche una de esas historias que algún día contaras a tus amigos.
Asintió emocionada, y Después de discutir sobre qué haríamos, quedo decidido que yo iría al cuarto de lavado desconectaría la caja de fusibles, mientras ella iba por mi auto lo estacionaria justo enfrente, y después ambos sacábamos la base donde estaban todos los pasteles, los subíamos al auto, conducíamos frenéticamente, y después iríamos improvisando.
-Es un buen comienzo- le dije antes de entregarle las llaves del auto- pero antes tengo que saber con quien voy a hacer todo esto, ¿No crees?
-No tienes de que preocuparte no voy a robarme tu auto, ni soy una asesina a sueldo-comento riendo-y tampoco tienes que saber quien soy, así que ten por seguro que no voy subirme estas gafas de aviadora, ni tampoco te diré mi nombre, así no abra problemas después, ni ninguno de nosotros tendrá que comportarse a cierta altura por que no nos conocemos. ¿Trato ?
Extendió la mano, y tras bacilar un momento extendí la mía también para darle un leve apretón de manos, al final de cuentas íbamos en la misma escuela y algún día descubriría quien era.
-Trato- repetí, y salí a cumplir con mi parte.
Me dirigí a la parte trasera justo detrás de donde estaba el DJ, empujando a cualquiera que se interpusiera en mi camino, llegue a la toma de corriente antes del tiempo previsto, y como había decenas de cables todos de diferentes colores y tamaños opté por desconectar todos. La oscuridad y los gritos de sorpresa inundaron todo el salón, corrí con mi mano en la pared para no caerme, la mayoría habían encendido las pequeñas linternas de sus teléfonos, y las parejas... Bueno, digamos que aprovechaban al máximo la oscuridad.
La chica misteriosa ya había metido en el auto dos de los cinco pasteles, así que tome un par mientras ella corría por el ultimo, los metimos en el asiento trasero he inmediatamente acelero, dándome tiempo tan solo para cerrar la puerta del copiloto. Los gritos de protesta se oían en el exterior, y mi panza era un revoltijo de nervios y exitación.
-¿A dónde vamos?- dijo ella, tratando de mantener el volante.
-Al estacionamiento de la escuela- le respondí.
-¿El estacionamiento?- preguntó indignada- ¿Cuándo le cuentes esta historia a tus hijos dirás "Nos lo robamos y los comimos en el estacionamiento de la escuela" ? Pero que cutre suena eso.
Antes de que pudiera protestar, me di cuenta de que nos dirigíamos directamente a uno de los árboles que estaban a la salida de la escuela.
-¡FRENA!- le grite- !FRENA!
-¡NO PUEDO!
Estaba haciéndose un revoltijo con los pies, tratando de pisar todos los pedales al mismo tiempo. No se si fue la suerte o el destino, o como quieran llamarlo, pero justo antes de chocar contra el árbol el coche se apago, dejándonos a pocos centímetros de un completo desastre.
Ambos suspiramos aliviados, sin embargo la conmoción no duro mucho y fue entonces cuando explote:
-¿PERO QUÉ DEMONIOS FUE ESO?
¿QUÉ NO SABES CONDUCIR?
-Tome un par de clases- se escuso.
-¿UN PAR DE CALSES? ES EL AUTO DE MIS PADRES.
-¡Y QUE ESPERABAS TENGO 16 AÑOS!- exclamó gritando.
-¿Si no sabes conducir por que te ofreciste?- pregunte un poco más tranquilo.
-Porque siempre quise ser conductora de huida- respondió, y luego comenzó a reír dándose cuenta de lo absurdo que sonaba eso ahora.
-Pues te sugiero que vayas a tomar unas clases antes de audicionar para "Rápidos y Furiosos"

InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora