Capítulo 8: Una bella tarde.

258 31 8
                                    

Decir que la pasamos fenomenal es decir nada.

Pasaron tantas cosas que ni sé por donde empezar, por el principio, ¿no?

Al final nos pusimos en contacto por SMS para que él fuera a mi casa y me ayudara a estudiar, mis padres algo extrañados aceptaron que él me enseñara, aunque no negaré que les dio mal rollo saber que yo hable con alguien tan mayor (y ni tanto), pero vamos, que ese detalle lo olvidaron de inmediato una vez que, como siempre, se ponen a discutir hasta por el dinero ocupado para comprar el pan.

Mejor, supongo, así me ahorro regaños y que ellos se queden en su propio mundo peleando mientras yo paso un buen rato junto a la persona que me gusta, ¿no?

Entonces, a la semana siguiente en un día sábado nos juntamos en mi casa.

No negaré que de cierta forma mis padres lo miraron mal porque llevara el cabello largo y apenas "lo conozca", de todas formas se dieron el tiempo de saludarlo formalmente y dejar que pasara a mi habitación para estar solos de una vez y estudiar como corresponde.

Los dos nos sentamos frente a mi escritorio -y como se darán cuenta, hasta ese día ese mueble estaba de adorno porque al no ser yo una persona estudiosa, pues... con suerte dejaba ahí mis libros-, partimos con la asignatura en que más mal me iba que era biología. Saqué mi libro y él le echó varias ojeadas antes de comenzar a explicarme la materia.

No diré que no le estaba prestando atención, de hecho, la atención era demasiada. No sólo a su físico que era una auténtica belleza, sino, a las palabras que pronunciaba, no tanto el mensaje que si lo captaba, también era la manera de expresarse, aquel acento de Escandinavia, Dinamarca para especificar, era precioso. Quizás eso hacía más y más interesante el tema, porque cuando lo explicaron en clase, era algo demasiado aburrido, ahora que Lars me lo explicaba sonaba como una hermosa maravilla.

Él me hacía preguntas del tema para asegurarse de que estuviera aprendiendo y mi mente, como si se tratase de una máquina, daba con las respuestas de inmediato, sin ni un sólo error.

Hasta que hubo un pequeño silencio incómodo entre los dos que nos hizo entrar en alerta...

¿Es que éstos dos no pueden ponerse a discutir en un peor momento?

No, no sé de qué mierda discutían ahora pero parecía algo serio, los insultos denigrantes uno al otro, sacándole en cara cosas que hacían antes de que yo naciera siquiera, desde robar X cosa o haberse acostado con alguien más, incluso arrepentirse de mi nacimient...

¿Qué?

Mordí mi labio inferior mientras mi cuerpo entero temblaba, los gritos se oían por toda la casa. Apreté el puño y traté de verme fuerte, fallé miserablemente cuando una lágrima rodó por mi mejilla.

- Umm... Sophie, ¿quieres que nos vayamos de aquí, mejor? -sugirió y asentí- Ahm... Tranqui', no pasa nada, podemos estudiar otro día, mejor vamos a un lugar más... seguro -hizo una mueca, vaya, se le notaba tan nervioso como yo.

- Um, sí... -fue lo único que me atreví a pronunciar.

Como el asunto estaba muy grave, salimos por la ventana de mi habitación que conectaba con un pasillo que llevaba al patio delantero, sin hacer mucho ruido, salimos por la entrada principal y... él me tomó del brazo para correr a toda velocidad. Las lágrimas que estaban a punto de salir, acabaron disparándose por el aire, sin dejar rastro en mis mejillas sonrojadas, con mi mano libre refregué mis ojos y traté de seguir el paso porque corría muy rápido.

...hasta que nos cansamos.

Nuestras miradas conectaron y soltamos una risa incómoda.

- ¿Quieres pasear? -soltó mi brazo y ofreció su mano para que la sostuviera.

- Cl-claro... -balbuceé encantada.

Era una bella tarde templada en el centro de Florencia, ni muy calurosa ni muy fría, el clima era perfecto y se podía admirar un bello paisaje que era digno de plasmarlo en alguna pintur...ah. ¿Qué son éstas sensaciones que me vienen de repente? Digo, las tenía de antes porque estaba junto a Lars pero en ese instante cambiaron cuando me puse a admirar el paisaje de mi ciudad, y más cuando lo asimilaba a pinturas llenas de belleza... ¿sería que me daba miedo lo hermoso? No, que loco eso...

Tenía unos revoltijos en el estómago tremendos.

Al final pasamos a una cafetería para ordenar cappuccino con unos cupcakes muy bien decorados, yo me negaba en un principio porque no tenía dinero con qué pagar pero Lars insistía con que él pagaría todo... Desventaja de ser una vaga: no puedes pagar nada porque no tienes empleo. Vaya, vaya...

El lugar pareció agradable hasta que... muchas luces coloridas, similares a los de los antros, lámparas de lava estilo setentero y de fondo sonaba... ¿Elvis? Sí, creo que era Jailhouse Rock, no es que no me gustara, simplemente no era mi estilo.

Sin contar... la enorme colección de cuadros de animales colgados por todo el local que me dio mal rollo desde que los vi al entrar, mientras comía trataba de no prestarles mucha atención, pero si la persona que te gusta es un demente por el arte e insiste en hablar de tema, ¿qué más se puede hacer?

- S-sí, son lindos... -comenté- Eh... me recuerdan al estilo... ¿pop art?

- Sí, son de ese estilo -contestó con una enorme sonrisa.

- ¿De Andy Warhol? -asintió- Vaya, era un genio...

- ¿Ya ves? -arqueó una ceja- Esas copias del Portafolio de Especies pegan muy bien con la estética de este lugar, las lámparas...

- Y la música -agregué con timidez.

- Exacto -compartimos una bella sonrisa.

Aunque la mía fue nerviosa, era incómodo ver tanta pintura dispersa en el lugar de animales que pareciera que quieran violarte con la mirada... ¿En serio pensé esa chorrada? Bueno, así se sentía, no me culpen.

Al finalizar, consideramos que seguro en mi casa el asunto habría bajado las revoluciones, entonces, me fue a dejar a la esquina de mi casa y nos despedimos con un beso en la mejilla.

Sí, fue una tarde muy bella y... perturbadora de cierta forma, ¿qué más puedo decir?

When I learn to FLY (METALLICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora