Capítulo 6: Cita de dibujantes.

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Había cumplido muy bien su promesa, después de clases, salimos los dos a una plaza que estaba no muy lejos del colegio, en el camino fuimos charlando, bueno, yo me dejé seducir por su gran sabiduría, que no me mentía, era una persona muy culta pero a la vez muy sonriente, que siempre le busca el lado positivo a las cosas.

Esperen... ¿en serio dije la estúpida palabra "seducir"? Ojalá haya sido algún tipo de desagradable metáfora porque no puede ser que yo esté sintiendo cosas... cosas tontas por mi único amigo confiable.

Nos sentamos en las bancas y proseguimos charlando, vamos, que no iba a tratarse de una salida muy elaborada, no más estar en contacto con la naturaleza muy bella de Florencia, lo muy bonito que era el paisaje, tan... profundo.

No, ¡joder!

Esa estúpida sensación que tengo al ver arte, ¿acaso me pasa también con los paisajes bonitos...? ¡Eww! Parece que sí, recuerdo que al ver la postal que estaba sobre la mochila de Lars, hace varias semanas atrás, cuando llegó, me sentí muy nerviosa, igual que ahora... me limité a mirar sólo a Lars, pero no tan detalladamente porque incluso su belleza física me perturbaba de cierta forma, es muy humillante tener que admitir todo ésto, ¿saben?

Lo peor es tener que lidiarlo, ¿vale?

- ¿Quieres saber algo? -asentí- Nunca te he visto dibujando y haz estado escapando de mi todo el rato, eh -levantó la ceja y no pude evitar sonrojarme-. No has hecho el dibujo, ¿verdad? -hice una mueca- Oww -fingió hacer un puchero muy tierno-, ¿y por qué no?

- Ehhm... -traté de inventar alguna excusa y no podía, me dolía siquiera tener que mentir- Flojera...

- Ah... ¿en serio? -frunce el ceño- ¿Por eso mismo vas a reprobar el año? -asentí y rasqué mi nuca en nerviosismo- Oh, y yo que te imaginaba... -comenzó a hacer una voz demasiado fingida para demostrar dramatismo, exagerando todo- Como esta bella damisela -sacó de su bolso un cuaderno con la portada de una mujer dibujando-, trazando sobre la croquera una bella obra de arte...

No pude evitar reír por el falso drama que le metía, él hizo lo mismo.

- Bueno, en realidad no -admitió-. ¿Pero a que no está chula la portada de mi cuaderno?

- Umm, sí, es muy bonita, la verdad... parece, ahhh... de la onda romántica, o de ese tipo...

- De hecho es neoclasicista -corrigió.

- Ah...

- Pero estuviste cerca, es más o menos un período anterior al romanticismo y sí, tiene ese toque romántico de la época, no te lo niego.

Compartimos una bella sonrisa tras eso.

Nos mantuvimos en silencio tras eso, uno muy incómodo y mis ojos fueron a parar hacia la muchacha de la portada del cuaderno, joven y dotada de belleza, muy bien dibujada, una mirada penetrante acompañada de una expresión facial pura, de inocencia, estilo angelical, de bondad. Comencé a sentir el aura profundo de la obra, esos ojos me daban un mensaje que no lograba comprender. Mi estómago que de por si se estaba revolviendo de hace rato por estar cerca de Lars, ahora lo hacía con mucha más fuerza junto a una jaqueca que venía de antes, pero en ese momento se manifestó con mayor ímpetu.

- ¿Y... qué cuentas de bueno? -eso era lo que siempre preguntaba cuando ya no había tema de conversación, hundí los hombros- Vale, eres demasiado callada.

Reí con dulzura.

O eso quería aparentar yo porque mi risa de retrasada era evidente.

- ¿Quieres dibujar algo...?

- ¿En serio tengo que hacerlo? -alcé una ceja, sintiendo mis mejillas ruborizarse en vergüenza. Asintió.

- Por mi... please.

Rodé los ojos.

- Vale -acepté de mala gana, aunque no me mostraba del todo molesta porque me era imposible enojarme con él.

- Yaay -celebró de manera muy tierna alzando los brazos. Me entregó el cuaderno y un lápiz-. Tómate tu tiempo, tu dibujas, yo observo, tenemos tiempo -sonrió.

- Y... ¿qué puedo dibujar?

- A mi, déjame ser tu modelo, ¿sí? -puso carita de perro degollado y reí.

- Vale, vale...

Admiré a mayor detalle esos hermosos ojos verde claro, como una esmeralda digna de premiación. Su fina nariz, muy respingada. Esos labios finos también, su piel tan pálida... realmente era una persona increíble, fascinante, mientras más le miraba, más belleza yo hallaba, no era esa belleza que me perturbaba en el caso del arte, ahora... era algo diferente, si me sentía enferma, ahora era porque lo sentía bien, con el arte... era distinto, sentía que moría mientras que en este caso me sentía más viva que nunca.

Tampoco es que sea la mejor dibujante de todas pero recibí muy buena crítica.

Nos mantuvimos charlando lo que restaba de tarde hasta que nos despedimos y regresé a casa, todavía enferma por dentro, sin comprender qué me pasaba.

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Nota: Baia, baia, la Sophia se nos está enamorando ( ͡° ͜ʖ ͡°) y adoro poner notas también ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Ehh... la pintura se llama "La joven mujer pintando" de Marie-Denise Villers, lo sé, es muy bonita uwu

Eso, espero que les esté gustando la novela c:


When I learn to FLY (METALLICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora