Capitulo 2: Inocentes, inocentes y estupidos humanos.

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Hikari.

Me coloque las botas largas que me llegaban dos dedos debajo de las rodillas. Me observe en el espejo de la entrada.

Llevaba puesta una falda verde oscura y un saco de lana rosado.

Camine hacia la puerta y salí de la casa.

No había avisado que salía, pero en este momento eso no me preocupaba.

Comencé a saltar por la acera como si fuera una niña pequeña mientras tarareaba la melodía de una canción.

Muchas miradas eran dirigidas hacia mi, pero no me importaba.

Pare en seco inhale los aromas a mi alrededor.

Ninguno me gustaba lo suficiente.

Seguí mi camino de la misma manera que antes.

Cuando me di cuenta ya había llegado al centro de la ciudad.

Camine hasta una tienda donde seguramente habrían muchos adolescentes de mi edad y familias.

-Tararara...-Entre tarareando una melodía y tome asiento en una de las mesas.

Inhale y cerré los ojos.

-Valla, valla, parece ser que encontré a alguien interesante.- Dije con diversión colocando la cabeza entre mis manos con la mirada clavada en chico tal vez un año menor que yo.

Su cabello era rubio y estaba bastante revuelto, sus ojos eran azules. Estaba con lo que parecía ser su familia, su aroma era, delicioso.

Solté una risita.

Observe como se levantaba y logre escuchar como decía.

-Voy al baño.-

Sonreí de costado, me levante y camine detrás de el pegando uno que otro saltito.

Cerro la puerta frente a mi, y en segundo me tele transporte y aparecí en el baño, justo frente a el haciendo que el saltara asustado y me observara confundido.

-¿Que demonios?.- Dijo confundido.

Solté una carcajada.

En un rápido movimiento lo tome de los hombros y lo acorrale contra la pared.

El se quedo en un estado de shock y aproveche el momento para acercar mi boca a su cuello, lo acaricie con mi lengua y clave mis colmillos lentamente.

Su sangre era deliciosa, me gustaba.

Me separe lentamente cuando note que el había perdido la consciencia.

No lo había matado, el simplemente se había desmayado.

Lo solté sin delicadeza alguna y el cayo al suelo.

Lo observe fijamente y sonreí de costado al observar que en su rostro estaba dibujada una expresión de dolor.

Me arrodille frente a el.

-Eres muy lindo. Espero que nos volvamos a ver.- Dije antes de desaparecer.

(...)

Ryu.

De todos los aromas, ninguno llamaba mi atención. Me aleje de mi grupo de amigos, no quería terminar mordiendo a alguno.

Camine con lentitud entre las personas, con las manos dentro de mis bolsillos y la mirada seria.

Inhale.

Sonreí levemente.

Me acerque a uno de los puestos y divise a una chica, tal vez de mi edad o un año mas grande. Su cabello era castaño rojizo, sus ojos eras marrones y grandes adornados por unas pestañas largas.

La maldición Sakamaki./D.L/ pausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora