Capítulo 7

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Capítulo 7

Nos rociamos spray en el cabello y nos aseguramos de que nada nos falte antes de bajar. Para la mala suerte de Sid, él había llegado hacía algunos minutos y estaba sentado en la sala junto con mamá y papá, y mi padre no tuvo mejor idea que hacerle preguntas para incomodarlo.

— ¿Cuáles son tus intenciones con mi hija, jovencito? —indagó mi padre con la frase más cliché del mundo, mirándolo de reojo

— ¿Su hija es Jenna? —preguntó Sid.

—No.

—Entonces no tengo ninguna intención con su hija, señor —respondió él, sonriente.

— ¿Y qué intenciones tienes con la amiga de mi hija? —preguntó serio, y Sid tragó saliva.

—Papá, deja de hostigar a Sid —demandé a medida que bajaba las escaleras.

Los tres se pusieron de pie para recibirnos. Mamá ocultaba sus lágrimas detrás de un pañuelo y papá nos tomaba miles de fotos. Mis padres nos abrazaron a las dos y nos dijeron lo bonitas que estábamos. Sid también nos dijo lo mismo y le colocó el ramillete a Jenna. Mi padre intentó consolarme por el hecho de que no iría con nadie al baile, pero le dije que finalmente sí había conseguido pareja. Claro que no le pude revelar mucho sobre su identidad, sólo le pude decir que él ya lo conocía a juzgar por los álbumes que conservaba en su estudio. Le dije que nos encontraríamos en el baile, ya que acordé con los chicos que esperasen afuera del baile, en la parte trasera de la escuela, porque quería dedicarles mi entera atención cuando estuviese lista, y no tener que hacer como si no existieran frente a mis padres. Hablando de ellos, estaba acordando las pautas de esta noche junto a mis padres cuando ellos me llamaron con el celular que les había dado. Me disculpé y fui a atender a la cocina.

— ¿Qué sucede? —pregunté.

No, te dije que ese botón no era... —se oía del otro lado de la línea— ¡ya sé que no tiene botones de verdad, Ringo! ¿Pero cómo quieres que le diga?

— ¿Hola? ¿Chicos? ¿Están allí? —pregunté sin recibir respuesta. En vez de eso, hablaban sin saber que estaba al otro lado de la bocina.

Odio todas estas cosas... la vida era buena en los 60s, en los del siglo XX, sin celulares —decía uno de ellos, y sospechaba que era George— esperen... enciende una luz... ¿qué significaba eso?

— ¡CHICOS! —les grité para que sepan que el celular ya estaba llamando.

Oh, es ella, creo que está llamando... ¡lo hice! —Se felicitó George a sí mismo— ¿Cassie, estás allí?

—Sí, hace media hora —reí— ¿qué sucede, chicos?

¿Cassie? ¿Te falta mucho, Cassie? ¡No podemos esperar a verte! —dijo Ringo, quitándole el celular a George.

—No, falta poco, en un momento saldremos —lo tranquilicé— ¿qué hay de Paul? ¿Está listo? Es decir... mentalmente listo, porque siempre está de traje así que...

Macca está un poco nervioso —dijo John quitándole el celular a Ringo— No se aparece frente a tantas personas desde que, tú sabes, estaba vivo.

Pero no tan nervioso, sólo un poco —dijo Paul quitándole el celular a John— y mucho menos asustado, eso ni pensarlo. Los McCartneys jamás nos asustamos por nada.

—Es perfectamente entendible estar asustado, Paul —le dije. Se oyó un gran suspiro.

¡Qué bueno! Porque estoy más asustado que el demonio —confesó y reí.

She's a Woman (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora