Capítulo 13

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Me disculpo por la demora, estuve un poco ocupada.

¡Muchísimas gracias por los 2000 leídos! (que actualmente ya son más de 2100)

Esta historia no sería nada sin ustedes.

Las amo :'3

Con cariño,

Ella ♥

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Capítulo 13

Un día común como cualquier otro, salí a hacer las compras.

Cuando volví, mi padre estaba desmayado en el sofá.

Pero déjenme explicárselos mejor.

Los chicos bebían leche como si fueran niños en etapa de desarrollo, por lo cual siempre faltaba en la casa. Leche y galletas, más que nada por Ringo, quien adoraba remojar las galletas antes de comerlas. Jenna se había quedado jugando a los videojuegos con los Fab mientras yo estaba fuera. Ringo había decidido que era mejor acompañarme, porque si bien sabía qué galletas eran sus favoritas, él deseaba estar presente por si no tenían más de esas en el mercado y tenía que elegir otra opción. Llevaba puesto un sombrero de vaquero y unas gafas de sol con forma de estrellas que se le veían bastante ridículos, pero él se defendía diciendo que era "su disfraz". No me dio vergüenza salir a la calle con él, sólo me resultó muy gracioso. Para su buena suerte, sí tenían de las galletas que a él le gustaban. De esas y de muchas otras. Cuando volteé por un momento, el carrito se había llenado con galletas de distintas variedades. Ringo estaba observando a otro lugar, haciéndose el distraído.

—Ringo... ¿podrías explicarme qué es esto?

— ¿Qué es qué? —preguntó fingiendo no saber nada.

—Esto —repetí, sujetando una de las galletas que estaban en el carrito.

Él se encogió de hombros inocentemente, sin darme ninguna explicación.

—Ringo, no compraremos todas estas galletas —le informé, volviendo a colocar varias galletas en su lugar.

—Pero, Cassie... ¡las necesitamos! —exclamó desesperado.

—Claro que no —reí.

—Cassie —dijo quitándose las gafas para que viera sus enormes y suplicantes ojos azules— por favor. Por favor, necesitamos esas galletas.

Intenté apartar mi vista, pero sus ojos eran gigantes en verdad. Se veía tan tierno.

— ¡Está bien, está bien! Tú ganas —dije resignada, tapándome los ojos— pero aleja esos ojos de perrito de mí, no los soporto —exigí evitando el contacto visual, y él rio.

Continué comprando el resto de las cosas mientras Ringo colocaba más y más galletas al carrito. Cuando llegamos a la caja registradora, la cajera manifestó su interés por Ringo. Era rubia y mascaba goma de mascar mientras hablaba. Era una joven atractiva en verdad, y le coqueteaba a Richard de una manera no tan sutil. Sin embargo, este nunca se dio por aludido.

— ¿Qué fue eso? —pregunté cuando salimos del mercado.

— ¿Qué fue qué? —preguntó, distraído.

— ¡Le gustaste a esa chica! —Exclamé sonriente— ¿acaso no te diste cuenta?

—Ahh —rio él, pero no de manera presumida— sí, lo noté.

Yo lo observé.

— ¿Y por qué no hiciste nada? —pregunté sorprendida.

— ¿Hacer qué? —preguntó, colocándose de nuevo sus gafas estrelladas.

She's a Woman (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora