MICHAEL'S POV
Mierda, ¿se habían ido sin mi? Y no encuentro las llaves de la puta moto.
- Joder.- Escupí dándole una patada a un mueble del pasillo en el momento en el que cayeron las llaves al suelo.- Aleluya.
Me fui a girar cuando escuché un pequeño grito y noté un golpe en la cabeza.
- ¡Auch! ¿¡Qué cojones haces!?.- Grité girándome y viendo a Eff saliendo del baño.
- ¿Qué haces tu?.- Me dijo confusa.- pensé que habíais salido todos.- Añadió poniendo una cara que me resultó realmente graciosa.
- Pues pensaste mal.- Y la observé detenidamente, iba sólo en ropa interior, con dibujos de ovejas.- Ovejitas, eh.- Añadí sonriendo. La verdad es que no estaba nada mal.
Miró hacia abajo y cuando se dio cuenta de que estaba medio desnuda se tapó rápidamente y a mi me salió una carcajada.
- Tampoco es como si tuvieras algo que no hubiera visto antes.- Dije alzando las cejas y cruzándome de brazos.- La verdad es que sí que iba a salir pero me parece mejor idea acompañarte en ese baño que te vas a dar.- Miré hacia la bañera, donde el agua iba a rebosar y Eff fue corriendo a cerrar el grifo después de susurrar un 'mierda' que me hizo sonreír.
Se giró para mirarme.- No necesito compañía, y menos la tuya.
- Lo estás deseando.- Me acerqué a ella cuando me apartó con una mano.
- Lo único que estoy deseando es que me dejes tranquila para darme el baño, sola.- Entró en el baño e intentó cerrar la puerta, pero fui más rápido y la agarré antes de que lo lograra.
- Effy..- Susurré crispado. Nunca nadie se resiste a mi. ¿Por qué ella sí?
- Mira Michael, no soy una más, a mi no me va a utilizar ningún chico, así que si es lo que buscas, ya puedes ir buscándote a otra.- Le di una sonrisa y me di la vuelta.
Ella cerró la puerta y me quedé apoyado en la pared de enfrente mirando la puerta.
¡Qué cojones! Por mucho que se haga la dura, acabará cayendo.
Di dos golpes en la puerta y esperé a que contestara.
- Qué quieres.- Parecía molesta.
- Te dejaré en paz pero con una condición.- Esperé pero no dijo nada.- Salir conmigo, en una cita.- Sonreí imaginándome su cara.
Esperé unos largos segundos y no obtuve respuesta.
- ¿Effy?.- Pregunté un poco preocupado.
Escuché cómo se levantaba en la bañera y luego un golpe seguido de un quejido por su parte.
- ¡Effy!.- Grite abriendo la puerta.
- ¡Que estoy bien!.- Dijo tapándose con la cortina de la bañera.- ¡Sal de aqui!.- Gritó.
Me di la vuelta pero no salí.
- ¿Que has hecho?.- Dije.
- Nada, solo tropecé.- Dijo con tono de obviedad.- Ya puedes irte.