Las Crónicas del Ángel de la Muerte

HILO ROJO

Fabio

Encontramos a Vania, nuestra charla en stand by. Aero apresuró el tiempo en la esfera dimensional para que lográramos hacerle saber a Vania la situación. Antes de que Vania entrara al sitio del juicio y fuera enjuiciada injustamente. Rápidamente le ayudamos a Vania a introducirse en la dimensión de Aero, donde nos encontrábamos. La confusión en Vania era evidente. Y crecía más y más al escuchar lo que el mensajero celestial Erick, le decía.

Saya estaba junto a mí evitando mi mirada, de verdad pensaba que me odiaba y estaba repudiada por permanecer a mi lado, al menos eso era lo que me imaginaba.

De vez en cuando la miraba de reojo, esperando que nuestras miradas no se encontraran. Pero al verla sangrar... inconscientemente levante mi mano y limpié su herida. Hicimos contacto visual. La saliva se me atoró en la garganta.

Saya me habló, sacándome de mi diálogo interno. Mis oídos no lo creían, Saya pidiéndome perdón. Cuando encontré con su rostro y las perlas cristalinas rodaban por sus mejillas inmediatamente reaccioné, bajé a su altura y como en los viejos tiempos sequé sus lágrimas, una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de ambos.

Cometí el error de verla a los ojos, esos ojos color miel con detalles oliva que lograban extraviarme en otra dimensión. Contrastaban con el cielo

El cielo de ciudad blanca estaba decorado con un agujero enorme, el caos se desató y los ONIS entraron a ciudad blanca, devorando a ciertos ángeles, seguía escuchando a Saya pero no ponía el 100% de mi atención había una guerra pasando la barrera de la esfera dimensional...

Ella siempre decía que mis ojos eran rojos como el color de la sangre, llenos de vida. Pensé que bromeaba, mis ojos son color café.

Pero en ese momento me tomó el rostro y me inspeccionó cuidadosamente. "De verdad son cafés" dijo sorprendida. "Siempre los vi color rojo..." interrumpió su frase al escuchar que A.Darien seguía vivo.

Sus ojos perdieron su brillo, como si estuviera muerta y de la nada salió una criatura y la asesinó, la eliminó con todo y alma.

Un grito gutural salió de mi boca y emprendí el vuelo para realizar mi venganza. La irá me cegó y solo atacaba a esa criatura, a ese monstruo que mandó a lo incierto a Saya.

Mi guadaña se volvía más pesada pero eso solo me alentaba a acabar con el alma de esa híbrida. Era rápida y mi cuerpo se resentía con cada golpe y cortada que me ocasionaba Luxa.

En un filo de oportunidad logré cortarla, revelando a la verdadera amenaza. Seguía atacando pero ya no le causaba ningún daño. Tan inmutada y poderosa me veía con una sonrisa sarnosa. Se cruzó de brazos... como esperando a que algo pasara.

Los ONIS terminaron de masacrar a los ángeles blancos. Vania enfrentándose a Graí, la banshee. Caos por doquier.

La luz nos cubrió y la amenaza desapareció de mi vista. No la había eliminado, todo se derrumbaba a mi alrededor ya no habían muchos ángeles vivos.

El colapso de la dimensión se acercaba, todo era absorbido por el hoyo en el cielo.

Encontré a Graí o mejor dicho Graí me encontró a mí. No supe a donde me llevaba pero al poco tiempo Vania estaba curándome. No sabía lo que ocurría con trabajos me sostenía consciente.

Por un tiempo no percibía nada, así era como Saya se sentía cuando era mortal, eso pensaba, me sentía tan inútil. Mi guadaña destrozada, con qué ayudaría en esta batalla, ni mi cuerpo físico estaba en las condiciones.

Sentía mucha impotencia por no poder ayudar, por ser siempre un estorbo. No solo estaban luchando si no protegiéndome. Barreras protectoras alrededor de mi.

No sé bien lo que pasaba hasta que salí disparado. Vania seguía acelerando mi proceso de curación y llegamos a una dimensión que no conocía pero no tenía la sensación de ser parte de lo desconocido. La nube de arena cubría nuestro alrededor. Vania resplandecía al igual que Darien.

Vania se acercó a mí y me dijo en secreto que siempre encontraría el otro lado del hilo rojo. Solo recordaba esa última conversación al momento en que los vi desvanecerse.

Podía encontrar a Saya si buscaba más allá del infinito.

La arena se asentó y Aero tenía 2 pares de alas algo nunca antes visto, las alas difuminando el blanco cerca de sus omóplatos y el negro en la punta de sus alas pasando por tonos grisáceos tornasol, todo un espectáculo.

Veía a Vania y a Darien desvanecerse a una vida juntos. Las de cocodrilo salieron sin querer. Tomé una decisión, ir en búsqueda del alma de Saya, con mis fuerzas renovadas me levanté del suelo para pronto regresar algo me había caído.

La nube de arena se formó de nuevo pero esta vez aspiré una gran cantidad, la tos no se hizo esperar. Al asentarse Miku estaba llena de arena.

Apunto de reclamarle que se quitara de encima, recordé que podía encontrar a Saya más fácil, tenía un rastro de su sangre en mi guante. Miré mi guante y efectivamente ahí estaba la mancha.

Retiré el peso sobre de mí. Encontraría a Saya.