NUEVO COMIENZO

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Miku

Casi no la cuento, Gabriel me hirió de gravedad, si no fuera por la amabilidad del ángel de la muerte jamás habría concretado mi misión. Encerrar a Gabriel en la brújula esa. En realidad lo hizo Vania de la forma más cool, incrustándole el artefacto.

Abusé de su amabilidad.

La criatura de lo desconocido recuperó la daga con facilidad, al parecer le pertenecía. Pronto tendría que salir de la dimensión, ya Gabriel estaba aprisionado dentro de la brújula y ese era el fin del trato con el mensajero celestial.

Al terminar todo recogí el artefacto que contenía al Ángel Gabriel dentro. Mis alas se sentían sin energías y bajé el vuelo hasta llegar al techo del edificio.

Hurgué entre mis ropas de nuevo para ver si seguía en posesión del dispositivo que me sacaría de este caos. Al guardarlo de nuevo y levantar la vista. Vi como Vania se incrustó esa daga, que ahora ya no me daba escalofríos, y se aventó al vacío.

El ser de lo desconocido fue hacia donde se encontraba Fabio y lo cargó con facilidad y a mí me ofreció una mano para levantarme de donde estaba.

Ella nos sacaría de ahí a ambos. Abrió un túnel dimensional pero no me podía adentrar en él, algo me impedía la entrada. Los ángeles blancos no podían salir de la dimensión, había sido lanzada al limbo, a lo desconocido básicamente.

Solo esperaba que el mensajero celestial cumpliera su parte del trato. Con resignación esperé en la dimensión abandonada. Hasta que sin aviso alguno fui arrastrada como trapo hacia otro lugar. Algo amortiguó el golpe.

Sacudí mis ropajes de la cubierta de arena y puse voz a mis quejas. Pero al parecer llegaban a oídos sordos. Callé por dignidad, y pensaba reclamar al consejo, hasta que caí en cuenta que nada de lo que conocía se encontraba a mi alcance más.

Todo eso había sido abandonado, sepultado en el basto espacio en el Universo. Y lo único que quedaba era seguir adelante.

Era obvio que no iban a tenerme consideración y me reasignarían inmediatamente.

Así que con lo único que me respondió Dori fue que ahora sería asistente de guardián dimensional. Muy pronto empezaría otro capítulo en mi existencia y apenas estaba preparada.

No era la única que empezaría de nuevo, el no alado que conocí en esta parte final ahora poseía un cuarteto de alas que jamás había visto, no había parangón.

Fabio había renunciado a ser ángel de la muerte para ir en busca de su alma gemela. Lo que hacía a Aero el único Ángel de la Muerte.

No tuve tiempo de asimilar todo lo que estaba pasando. Dori me había abierto el portal dimensional a mi nuevo hogar. Sin vuelta a la hoja.

Al otro lado se encontraba la banshee.


Las Crónicas del Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora