Campo de habas-EDITADO

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Gabriel

-Al.Charyes cuantas veces debo de decirte que no me contactes directamente, podemos levantar sospechas y todo nuestro esfuerzo se vendrá abajo. Han pasado siglos desde que planeamos todo esto...

-Querrás decir planeaste todo esto, a mí solo me agradó la idea de poder saber más sobre lo desconocido y eso solo se puede obtener al tener un rango especial y ésta es la manera fácil.

-Nunca entenderé tu obsesión con lo desconocido Al.Charyes al igual que tú no entenderás mi obsesión con las Deidades, cuál es su origen o si podemos aspirar a ser alguna...

-Deja de balbucear Al.Gabriel, alguien podría escucharnos.

-Tienes razón Al.Charyes pero...¿ por qué te urgía verme?

-Cierto, cierto... el alma de Ágata no ha sido reciclada, y me temó que Vania tiene algo que ver con todo esto.

-Tranquilo Alado Charyes, ella no podrá imaginar que Ágata es un ángel artificial, aunque sospecho que el mensajero celestial haya descubierto que se trata de un títere.

-Eso también me tiene preocupado, es decir si descubren que una de nuestras compañeras aladas desapareció y que utilizamos su esencia para crear a Ágata...

-Las repercusiones ya las estuviéramos viviendo Al.Charyes. Los mensajeros celestiales son incorruptibles y casi omnipotentes... Debemos ser cautelosos con estos encuentros. Sigue en pie la misión de Ágata y tarde o temprano haremos contacto con ella.

..

Aero

Me había transportado a otro tiempo en la historia, lo más lejos del radar posible o eso creía.

Llegué a una zona muy peculiar, con el cielo sin estrellas visibles a primera vista pero cada cierto tiempo podía observar el cielo que se veía en ciudad blanca.

Nunca me atreví a salir de la dimensión donde me encontraba por temor a que me topara con algún ser alado.

Contemplé lo maravilloso del mundo mortal y lo especial que eran. Si me lo proponía podía ver cómo podían crear dimensiones sin ayuda de las semillas dimensionales o de la sustancia 38JAKU-86, era increíble la cantidad de dimensiones que creaban y no se daban cuenta.

En uno de mis recorridos cotidianos estaba un mortal trabajando en una casa de cristal inmensa, el chico estaba rodeado por plantas de habas, tenía un sombrero de paja que le quedaba grande y unas ropas desgastadas, era el primero en llegar a aquel lugar y el último en retirarse.

La curiosidad en mi me hizo seguirlo (ahora comprendo que eran mis instintos de ángel guardián), vivía con su abuela y ésta estaba enferma, al parecer sus padres habían sido los dueños del invernadero en donde lo encontré pero habían fallecido en un accidente de tráfico 2 años atrás.

Eran vacaciones de verano por lo que iba diario al invernadero, al caer el sol, regresaba con su abuela, le ayudaba tomar su medicina con la que podía dormir y apaciguar su dolor, corría con su vecina y compañera Saya y ella muy entusiasta jugaba y tocaba el piano para el chiquillo.

Pero un día mi adorada Ágata irrumpió en su hora de juegos. Fabio, así se llamaba el niño de cabellos dorados, se dio cuenta de la presencia de Ágata, veía a Ágata. Ella entró en pánico y con un par de sai de oro atravesó a Fabio.

No pensé que vería a Ágata tan pronto ni en tales condiciones. La escena traumó a la chiquilla.

Saya empezó a llorar por lo que le había sucedido a su amigo, ella no podía ver a Ágata, las lágrimas rodaban por sus mejillas, mirando a todas direcciones para encontrar al culpable, pero no lo encontró.

Ágata tocó la frente de Saya, en el acto eliminó los recuerdos de Fabio y puso en Saya una maldición, moriría a la edad de 19 años, y sería el contenedor que Charyes, el anciano consejero, buscaba. Saya se desmayó. Y Ágata desapareció de la escena.

Cuando pude moverme me materialicé en el mundo mortal, y vaya que era doloroso no lo volvería a hacer, y hui con el niño a un lugar desconocido.

Vania nos encontró y Fabio se convirtió en un ángel de la muerte que al parecer eso era Vania y Ágata por el color de sus alas. Me había perdido de mucho pero Vania me puso al corriente.

Las Crónicas del Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora