Me sentía tan a gusto, tan cómodo que podía quedarme aquí tumbado para siempre. Mis suaves sábanas me hacían sentir como si estuviera en una cómoda nube de algodón.
No podía evitar soltar un ronroneo.
...
Espera ¡¿Qué!?
¿¡Ronroneo!?
Con el corazón latiendo a mil por hora, observo todo asustado.
O una de dos o esto era un sueño o había encogido hasta tal punto que me parecía todo más grande y alto de lo normal.
O también me había drogado sonámbulo. Estoy seguro que no soy el único al que le pasa eso.
¿Cierto?
Con algo de temor, bajo mi cabeza para encontrarme con algo totalmente normal, dos cortas y peludas patas con un brillante pelaje negro.
Todo completamente normal.
Para comprobarlo las muevo con cuidado, como si fueran una mala imitación de papel maché que puede romperse con un soplo de viento.
Pero nada.
Nada de nada.
Con mis cuatro peludas patas, camino hacia mi baño que gracias a Dios siempre me quedo abierto, saltando agilmente en la taza del water que también está cerrado para saltar una vez más en el lavamanos.
Y lo que veo en el espejo me queda helado.
Un gato negro con unos ojos sorprendentemente hermosos me devuelve la mirada.
Unos brillantes ojos miel con el iris rasgado.
-¿¡Stiles!? ¿Dónde estás?- dando un pequeño salto giro mi cabeza de manera brusca para buscar con la mirada a mi padre, quien me mira fijamente sin saber que decir.
Un aterrador silencio se instala en el ambiente.
-Un gato- susurra como si no creyera lo que está viendo- Hay un gato en la habitación de mi hijo y mi hijo no está.
-Meow- intento hablar, soltando un maullido.
Me acabo de dar cuenta de que el karma me odia.
Seguramente fue por robarle a Scott el almuerzo.
Pero es que tenía demasiada hambre y se me había olvidado el mío.
-¡Fuera maldito gato!- chilla mi padre haciéndome saltar con un salto de esos en los que veía en internet y tanta gracia me hacía.
Ahora ya no es tan gracioso.
Con el corazón todavía a mil por hora del susto corro como alma que lleva el diablo, saltando ágilmente por la ventana y aterrizando en el tejado.
Soy todo un acróbata.
-¡Fuera! ¡Fuera!- sigue chillando mi padre sacando medio cuerpo por la ventana, agitando con gracia la escobilla del water.
Salto una vez más aterrizando en el césped de la entrada de mi casa para mirar por última vez a mi padre, caminando por mi calle pensando en qué hacer.
A ver Stiles, si fueras un gato -que lo eres- y no tienes un sitio a donde ir ya que tus amigos los hombres lobo están el instituto ¿Qué te queda?
Oh mierda ¿En serio? ¿Solo me queda Hale-voy-a-arrancarte-la-garganta-con-mis-dientes?
Genial, simplemente genial.
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Comenzamos con esto U.u Espero que os guste el comienzo.
Aviso que los capítulos no serán muy largos y que más o menos esto tendrá entre 15 o 20 capítulos.
Nos leemos pronto, familia.
Anónima.