[Capítulo 8] ~Otra vez Sean~

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(...)

¡6:30AM! Suena la alarma.

Esta vez me levanté un poco feliz, porque ya el instituto no sería tan aburrido. Desperté y no tenía sueño porque anoche cuando llegué me fui directo a la cama y caí como un aguacate.

Entré al baño y al salir me coloqué el crop top nuevo, el short nuevo y unos zapatitos cómodos. Me maquillé, tomé mi bolso, eché el celular y bajé a la cocina a desayunar.

Mi padre los lunes se iba más temprano al trabajo, por lo tanto, no lo vi.

Comí el desayuno que él me había preparado y revisé mi celular antes de salir. Tenía mensajes del grupo de WhatsApp y me limité a responder.

-Hablamos en el instituto, bye-.

Tomé el camino que me lleva hacia el instituto, al llegar por los pasillos murmuraban de las cosas que habían hecho en el fin de semana. El fin de semana de ellos sólo se resumió en "fiesta, fiesta y más fiestas".

-Adolescentes sin vida -murmuré con tono bajo.

Kleys y Nick aún no habían llegado, así que opté por esperarlos sentada en una banca que nadie ocupa.

Me perdía en mis pensamientos cuando una voz me sacó de ellos. ¡Odio que hagan eso! ¡Déjenme pensar! Fruncí el ceño y levanté mi vista hacia la persona que me hablaba.

-¡Hey! -dice Sean.

Tenía que ser el jodido grosero de Sean, ¿ahora qué quiere? Me da asco tan sólo verlo.

Con cara de poco interés lo miré y le respondí.

-¿Qué quieres? -dije con un poco de enojo.

-¡Eit, tranquila! Vengo en son de paz-.

-¿Y? ¿Acaso he pedido tu paz? ¿Qué quieres?-.

-¡Anda, qué ruda la nena! Baja la guardia. Sólo quería disculparme por haberte tratado mal el día que por accidente chocamos. Est...

-Ok, no necesito ni quiero tus explicaciones -lo interrumpí.

-Me gusta tu actitud -me guiñó un ojo y se retiró.

Como me cae de mal este tipo.

Justo él yéndose llegaron Nick y Kleys, me saludaron y a la misma vez me preguntaron que si Sean me estaba molestando.

-No, sólo quería "disculparse" -hacía comillas con mis dedos en esa palabra- por el accidente del otro día-. Ambos rieron, pero a mí no me causó gracia, ese tipo me pone de mal humor.

***RIIIN, RIIIN*** TOCAN PARA QUE CADA UNO SE DIRIJA A SU CLASE.

Kleys y yo nos despedimos de Nick para ir a nuestro salón. Entramos a este y nos dirigimos hacia nuestros asientos. Había que hacer silencio ya que el profesor había llegado.

Por si no sabían mi horario, está repartido así:

Lunes, martes (historia es reemplazada por Orientación) y miércoles:
Matemática 8:30
Matemática 9:30
Física 10:30
R E C E S O 11:30
R E C E S O 12:30
Física 13:30
Historia 14:30
Biología 15:30

Jueves y viernes:
Historia
Literatura
Literatura
R E C E S O
R E C E S O
Literatura
Electricidad
Matemáticas

Es un horario de mierda, lo sé.

Me sumí en mis pensamientos y estaba "reflexionando" sobre las respuestas que le había dado a Sean, sé que la grosera esta vez fui yo, pero se lo merecía. ¿O quizás excedí un poco?

-No sé ni me importa -susurré en voz baja y Kleys me miró con cara de "¿khé?". Me limité a sonreír.

Hace unos minutos he notado que Sean me ha estado mirando, ¿acaso tengo mierda en la cara? ¡Oh, ya sé! ¡Mi espinilla! Me toqué el lugar donde mi espinilla estaba, pero no, ya no estaba, había desaparecido. Así que opté por creer que tenía mierda en la cara. Reí un poco alto por mis pensamientos locos.

-Srta Smith, ¿podría compartir conmigo y sus compañeros lo que le ha causado tanta gracia? Es para reírnos también -dice la profesora de matemática.

¡NOOOO, OTRA VEZ NO! PROBLEMAS Y MÁS PROBLEMAS CON PROFESORES DIFERENTES. ¡Qué asco! Son una bola de estrictos amargados. Me limito a responderle.

-Profesora, ya que usted insiste pues mire, pensé que tenía mierda en la cara y por eso se me salió la risa inconscientemente-. ¡¿QUÉEE?! ¿Yo había dicho eso? La sinceridad me ganó.

Todos mis compañeros se comenzaron a reír a carcajadas y mi amiga Kleys me miraba con cara de "Buena esa, buena".

Veía como el rostro de la profesora había cambiado totalmente de expresión, ¡se veía muy enojada! Seguro que ya me saca como el otro inútil.

-¡SILENCIO, TODOS! -gritó la profesora.

Todos se callaron y pues yo, yo me preparaba para mi sermón.

-Srta Smith, otro chistesito como ese y nos veremos en directiva. Le dejaré pasar por alto esta falta, pero que no se le haga costumbre-.

Sólo asentí e imaginé mil formas de asesinatos para descuartizar a Sean. ¡Estúpido, Sean! Todo por su jodida culpa.

*~Sean~*

Mi nombre es Sean Martínez, tengo 17 años. Soy de cabello castaño oscuro, ojos azules, delgado y mido 1.75m.

Fiestero y mujeriego (aunque Laura sea mi novia tampoco es que la tome muy en serio, créanme que ella hace lo mismo conmigo). Reprobé un año y por eso estoy en 2do.

Tengo una relación pésima con mi padre, pero mi madre me apoya en todo. Tengo un hermano llamado Paulo, asiste al mismo instituto y tiene 18 años, mi relación con él no es ni buena que digamos.

No puedo dejar de mirar a Addy, me gusta mucho su actitud de "malota" y lo graciosa que suele ser. Me gustan las chicas rudas, pero eso no quiere decir que me guste ella, sólo que sería interesante ser su amigo.

Me ha hecho reír bastante cuando dijo eso a la profesora, en verdad que sabe hacer reír.

El día que tuvimos el accidente le había respondido groseramente porque había discutido con mi novia Laura y salí echo furia. Me ha quedado claro que Addy me odia por eso y ha de pensar lo peor de mí. Quise aclarar las cosas y ella se mostró muy cortante y la grosera esta vez fue ella, pero no la culpo.

Trataré de acercarme a ella, ¿cómo? no sé, pero sería divertido ser su amigo, después de todo ella es muy linda y diferente, y por lo visto bastante graciosa y ruda, lo que significa que será difícil acercarme a ella, pero me gusta lo difícil y lo cumpliré.

Miro a Addy y veo que su cara se voltea a verme, le guiño un ojo y ella me fulmina con la mirada.

-¡Uh! La tendré bien difícil -digo en voz baja para que nadie me escuche.

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Otro problema más por Sean, ya se la ha hecho costumbre. Descubre qué pasó en el próximo capítulo. ❤

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