[Capítulo 14]

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(...)

Estoy en mi cama acostada y me pierdo en mis pensamientos. Me pongo a pensar inconscientemente en Paul; físicamente es guapísimo y es simpático. -Sonrío mientras lo recuerdo-.

Antes de dormir reviso mi celular y veo que mis amigos están conectados en WhatsApp. Hago un pequeño resumen de todo lo que me pasó cuando ellos no estuvieron y le doy al botón de enviar. √√ mensaje enviado.

-Queremos conocer a Paul -dice Kleys.

-Le gustas a Sean -dice Nick.

-Él tiene razón -dice Kleys.

Creo que debería ser menos dura con Sean para saber qué mierda quiere.

(...)

Estamos en clases de Historia, y ya se pueden acordar de lo que pasó aquella vez.

Odio al estúpido profesor y estoy pensando seriamente en preguntarle a Sean qué es lo que tanto me mira, ¿acaso tengo algo en la cara? Sacudo la cabeza tratando de salir de ese pensamiento inútil.

-Claro que no le hablaré a ese pendejo, sólo lo ignoraré -pienso en mis adentros.

En el año pasado para él era invisible, ¿por qué ahora me observa tanto? ¿Acaso cree que caeré en su juego? ¡Maldigo el día en que accidentalmente nuestros cuerpos se chocaron!

-Esta clase no puede ser más aburrida -pienso para mis adentros. El profesor sólo habla, habla y habla. Historia me da por dormir, pero imagínense si me duermo qué pasaría, si ya me sacó una vez de clases por no prestar atención supongo que me manda a detención mínimo un año por dormir, jajajaja.

-¿Entendieron el tema de hoy? -pregunta el profesor.

-Entendido -decimos todos al unísono-. En verdad no había entendido ni un carajo de todo lo que dijo, parecía prestar atención pero en realidad estaba sumergida en mis pensares.

***RIIIIN, RIIIN*** Avisa el timbre el cambio de hora.

-¡Al fin! -se me escapan estas palabras de mi boca.

-¿Tiene alguna incomodidad, Srta Smith? -pregunta el repugnante profesor.

-Ninguna, profesor. Pase un buen día -digo con una sonrisa hipócrita.

-Hasta la próxima clases. Pasen un buen resto del día -dice el profesor despidiéndose y a la vez saliendo del salón. Una vez saliendo el de Física, entra la de Biología.

-¡Que al menos nos deje respirar! -digo a Kleys en una voz apenas audible.

-Sólo una hora más -me guiña un ojo. Amo la paciencia de esta chica, la palabra "sólo" no estaba en mi vocabulario, es ahora o nunca.

La profesora de biología no es tan rígida y pesada que dígamos, mayormente nos deja hablar en su hora de clase, a diferencia de que en las demás apenas respirar podemos y hasta eso les molesta.

Giro mi cabeza disimuladamente hacia donde se encuentra Sean, ya no me seguía mirando hace un buen rato, se veía más bien en su mundo de estúpido, bien metido allí, el lugar perfecto para él.

****RIIIN, RIIN****

-Nos vemos -se despide la profesora.

(...)

-No quiero llegar a casa, no quiero llegar a casa -me repito una y otra vez durante todo el camino. Se me ha ocurrido una idea, iré a mi lugar favorito. Sí, por si no lo sabían tengo un lugar favorito y más que todo secreto, allí nadie me molesta ni me hiere con sus palabras tampoco me tratan con indiferencia. Desvío mi camino hacia el lugar el cual queda en una playa, allí hay una casa abandonada desde la cual puedo observar la cálida agua, en la cual puedo respirar aire fresco y puedo jugar con la arena en la playa, como una niña pequeña.

-Mi ausencia en la casa ni siquiera se va a notar, así que puedo durar todo el tiempo que quiera -me digo a mí misma. Aquí podía hablar sin temor a que se me escape y escuchen mis pensamientos.

Comienzo a caminar descalza en la arena, me posiciono en la orilla de la playa y me pongo a pensar en mi vida, ¿acaso tengo una vida? Porque a esto no le llamo vida.

Este es el lugar que me da la paz que necesito así sea solamente unas horas.

Horas después...

Ya he pasado 3 horas aquí y la noche ya está cerca, el sol ya se había ocultado y la luna estaba esperando su momento para salir, en pocos minutos estará alumbrando cada rincón de este lugar.

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Adolescente problemática.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora