Sean estaba tirado en el suelo tratando de ponerse de pie, pero lo frené.
-Discúlpame, Sean. Es mi culpa -lo miro cabizbaja.
-Es culpa de ese imbécil, no tuya -me dice con voz poco audible.
Le enlazo mis manos para levantarlo, él accede.
-Déjame curarte esas heridas -digo. Él asiente.
Miro al chico desconocido y hago un gesto de que me esperara unos minutos. Él asiente.
Apoyo a Sean de mi hombro para llevarlo afuera. Nick y Kleys me siguen.
-Siéntate ahí, buscaré algodón y alcohol -le digo a Sean.
Nick se queda con Sean y Kleys me acompaña a buscar mi bolso. Sonará raro pero siempre llevo algodón y alcohol en mi bolso.
-Tranquila, Addy. Él estará bien -dice Kleys dándome una pequeña sonrisa.
-Son unos animales -le respondo. Bufo y luego le regalo una sonrisa forzada a Kleys.
Agarro mi bolso y regresamos con Sean y Nick.
Cuando llegamos veo que ambos sonríen. Al parecer hablaban de algo, "cosas de hombres" esa fue sus expresiones.
Saco el alcohol y el algodón. Remojo el algodón con un poco de alcohol y lo paso suavemente en la nariz de Sean, luego en sus labios y en cada herida en su cuerpo. Sus labios son perfectos.
-¿De qué te ríes? -pregunta Sean. Me hace salir de mi trance.
No me había dado cuenta de que una sonrisa se dibujaba en mi rostro.
-No me estoy riendo -le digo. -Listo, creo que así está bien -añadí.
-Gracias, Addy -me agradece Sean con una sonrisa.
-Hey, guapa! Te falta cumplir tu parte del trato -me grita el chico desconocido mientras se va acercando a nosotros.
-¡Maldita sea! Este chico no olvida -pienso en mis adentros.
En lo que él se iba acercando veo que mis amigos me miran con cara de "de qué habla". Suspiro y procedo a contarles rápidamente.
-Sentía mucha impotencia porque nadie hacía nada por Sean, entonces le propuse al chico que si dejaban de golpearlo, yo accedería a lo que él quisiera-. Las caras de mis amigos y de Sean cambiaron radicalmente. Se veían enojados.
-¿Nos vamos? -me pregunta el chico.
-Sí -digo un poco asustada. Me levanto para seguirle el paso.
-Ella no irá a ningún lado contigo, imbécil -dice Sean.
-Déjala en paz, psicópata -habla ahora Kleys.
-Ni te atrevas a tocarla -finaliza Nick.
Mis amigos estaban muy furiosos, pero debía cumplir el trato. Sean intentaba levantarse para golpear nuevamente al chico, pero no tenía fuerzas para tal cosa. Kleys calmaba a Nick porque el chico no andaba solo y lo dejarían igual o peor que a Sean.
Estaba pérdida, no sabía qué pediría ese inútil y no tenía salida.
-No tendré sexo con ella si eso es lo que tanto les preocupa, a menos que ella quiera -dice burlón.
-Cállate, imbécil, y vámonos -le digo enojada.
Mientras caminábamos para entrar a la fiesta, Nick, Kleys y Sean le gritaban mil y un insultos al chico, y él sólo sonreía victorioso.
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Adolescente problemática.
Teen FictionPrólogo Mi nombre es Addison Smith Taylor, pero llamenme Addy. Tengo 16 años. Soy de cabello largo, castaño y ondulado. Soy delgada y de piel blanca, tengo ojos marrones oscuros y mido 1.64m.