Capítulo 18

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Me quedé quieta, vibrando de placer mientras intentaba coger aire. En completa oscuridad con mi mejilla en el edredón podía sentir mi cuerpo yendo a otro mundo. Los momentos post-coitales siempre me llevaban al punto se estar completamente relajada y con la mente en blanco.

"No te muevas." Habló Harry a través de respiraciones entrecortadas.

La cama se hundió bajo mis pies y luego Harry movió una suave tela por mi espalda; limpiándome de él. Cuidadosamente, empezó a pasarla entre mis piernas. Mi cuerpo se debilitó con la sensualidad y la intimidad de su toque; tranquilizándome y limpiándome de mi propio orgasmo. Una vez que Harry acabó, su cuerpo se puso encima del mío y quitó la venda de mis ojos.

"Mantén los ojos cerrados un momento." Susurró.

Mantuve los ojos cerrados mientras me quitaba la venda. Lentamente los abrí y, aunque la luz era tenue, me tomó un tiempo ajustarme. Harry descansó a mi lado; su cuerpo estaba caliente y sudado. Su polla todavía estaba dura, aunque estaba empezando a relajarse lentamente. Nuestras narices se rozaron y nos besamos; todavía temblando. Cuando me relajé en nuestro beso, giré mi cuerpo para mirarle, así que estábamos pecho con pecho, los dos respirando pesadamente; y su brazo vino alrededor de mi cintura y me acercó a él. El área entre mis piernas estaba caliente y dolorida y sabía que me sentiría así al día siguiente.

Cuando sus labios se alejaron de los míos, respiró una suave risa y no pude hacer otra cosa que lo mismo. Habíamos pasado de reír como locos por una serie de comedia a follar dura y desinibidamente en el espacio de una hora. Me encantaba lo cómodos que estábamos el uno con el otro y cómo nunca me sentía rara con Harry- incluso minutos después de haberle suplicado que me follara duro e hiciera que me corriese.

Besé la parte izquierda de su boca, justo encima de su pequeño lunar. "Me gusta este."

Harry se separó un poco y me miró con ojos curiosos. "¿Te gusta el qué?"

Moví mi mano de entre nosotros y pasé un dedo encima del lunar. "Esto."

Una sonrisa llegó a sus labios y elevó sus cejas. "¿Por qué?"

No estaba segura de por qué. Su cara era casi perfectamente simétrica y esto lo estropeaba un poco. Pero no como una imperfección. Como algo natural y hermoso. Cuando más pensaba en ello, más me daba cuenta de que era muy guapo. Sus ojos verdes eran grandes y cálidos; recubiertos de espesas pestañas. Su nariz no era ni muy grande ni pequeña; ni muy ancha o estrecha. Sus labios eran muy rellenos y rosas y quería besarlos cada vez que los veía. Se sentían incluso mejor de lo que parecían. Su piel era tanto suave como dura; suaves músculos con una fina barbita en su labio superior y su mandíbula. Y estaba bendecido con una de las más increíbles mandíbulas que nunca he visto. Fuerte y angulosa. Tenía una estructura ósea y la simetría que podía abrirle las puertas a una carrera como modelo.

Me encogí de hombros. "Sólo me gusta."

La diversión llegó a sus ojos y presionó sus labios con los míos. "Sabes..," empezó, "que tú también tienes uno..."

Sus dedos se movieron por mi cintura y pasaron mi cadera, hasta que acariciaron el pliegue de mi muslo derecho.

"Justo aquí." Susurró sin tan siquiera mirar abajo.

Mientras los dedos de Harry seguían acariciando mi piel, elevé mi pierna un poco y bajé mi mirada entre nosotros. Nunca me había dado cuenta del lunar que estaba ahí. Era pequeño y marrón y estaba justo en el pliegue de mi muslo. No pude evitar sonrojarme por su atención. Estaba empezando a conocer mi cuerpo mejor que yo.

Pasé mi mano desde su pelo a la parte de atrás de su cabeza y empecé a mover mis dedos por su cuero cabelludo. Sus ojos se cerraron e, instintivamente presionó su cabeza contra mis dedos.

The Primrose Thrills (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora