Capítulo 37

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Nuestro intento de evitar el tráfico del viernes en la M1 fue en vano por el hecho de que todo el mundo parecía haber tenido la misma idea. Tras un viaje de cuatro horas, llegamos a la casa de Harry en Holmes Chapel justo después de media noche y yo me desperté por el toque de sus dedos en mi pelo y los grititos agudos de lo que parecían gatos callejeros, aunque cuando abrí mis ojos, me di cuenta de que era solo un grupo de chicas jóvenes con los ojos brillantes de pie en el camino afuera de su casa. Harry suspiró y pasó sus dedos por su pelo. Estaba cansado, lo podía ver en sus ojos y sentir en su toque; pero eso no lo detuvo de ir a hablar con las excitadas chicas y hacerse fotos. Me asombraba cómo habían averiguado que iba a ir a casa. No era el tipo de cosa que sabían los reporteros y, hasta donde yo sabía, ningún paparazzi nos pilló yéndonos en su coche ni nos siguió a través de Londres o de las carreteras principales. Pero de cualquier manera, se habían enterado y ahí estaban. Me preguntaba cuándo tiempo llevaban esperando en el frío; era algo de lo que dudaba tener la fuerza de voluntad para hacer pero de nuevo, no las culpaba por querer conocerle. Con Harry, lo que veías era lo que obtenías (aparte de las cosas obvias que se mantenían a puerta cerrada). Él es realmente tan auténtico y educado como parece en las entrevistas, e incluso más atractivo en persona.

Sonreí desde el interior del coche cuando le vi alegrarles el día (y probablemente el año) antes de ponerme los zapatos y salir al aire helado de la noche, tan frío que podía ver mi respiración flotando delante de mi cara. Me sentía intranquila cuando los ojos siguieron mis movimientos; estaba poco familiarizada, no estaba muy segura si caminar hacia Harry o caminar hacia la casa en la que nunca he estado antes. Con la luz de la calle, podía ver que su casa era bastante grande y moderna, la mitad con ladrillos rojos y la mitad blancos, con tres escalones que guiaban a un pequeño camino. Saqué mi bolsa del asiento de atrás, quedándome de pie con una sudadera de Harry, unos vaqueros, el pelo hecho un desastre y ojeras bajo mis ojos por haber dormido la última hora del viaje. Vi a las chicas gritar y reírse excitadas, mirándome ocasionalmente. Dos de las chicas caminaron hacia mi, tímidas y reservadas, antes de decir hola. Les devolví la sonrisa y me reí cuando me preguntaron cosas sobre Harry- preguntas tontas como cuál era su comida favorita, su canción favorita y qué le gusta hacer en su tiempo libre- las preguntas que yo estaba ansiosa por saber la primera vez que le conocí, lo que era agradable; creo. Eran el tipo de preguntas que podrían parecer triviales, pero te permitían conocer a alguien un poco mejor, supongo que les hacía sentirse más cercanas a él sin estarlo. Bueno, hasta que una de ellas se envalentonó y preguntó si ya habíamos tenido sexo, ambas riéndose incómodamente y agradecí que Harry viniera a salvarme de hacer una broma completamente inapropiada (o no tan broma) sobre azotes.

"Supongo que te pasa mucho." Me reí cuando entramos finalmente en su casa.

"Probablemente vuelvan mañana. He conocido a algunas de ellas antes."

"¿Ellas solo... te esperan?" Se rió.

"Básicamente."

No pude evitar darme cuenta de que su casa olía como Harry- fresca y cálida con toques a ropa limpia. Él encendió la luz de la cocina, sacando a la casa de la oscuridad. La cocina encajaba con el moderno exterior de la casa; repisas grandes de granito y suelo de baldosas, armarios de haya y taburetes a juego alrededor de la mesa. Era un contraste completo de la oscura caoba y la piedra de su propia casa. "Parece que te has hecho algunas fans," sonrió mientras echaba agua en dos vasos y se subía a uno de los taburetes.

"Solo querían hablar sobre ti," sonreí, caminando hacia él y cocándome entre sus piernas. "¿Cómo lo haces?" Pregunté mientras pasé una mano por su pecho, la otra a través de su pelo. "¿No te cansas?" Sus ojos se cerraron un segundo mientras movía su cabeza contra mi toque, murmurando profundamente cuando exhaló.

The Primrose Thrills (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora