Capitulo 27

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El dolor era desconcertante.
No lo podía entender, no le encontraba sentido a lo que estaba ocurriendo.
Mi cuerpo intentaba rechazar el suplicio, y me absorbía una y otra vez una oscuridad que evitaba  segundos incluso minutos enteros de agonía,  haciendo que fuera más difícil mantenerse en contacto con la realidad.
La realidad era sentir que mi cuerpo se retorcía y enloquecía aunque yo no podía moverme, posiblemente debido al mismo dolor.
Suplique que me mataran antes de vivir mi un segundo más con aquel dolor, pero no podía mover los labio porque el Peso estaba aún allí, aplastandome.
¿porque no me podía mover ?¿porqué no podía ni gritar?
Mi mente estaba insoportablemente lúcida, recordando cuantos maltratos recibí de parte de Lilit en esos últimos meses.
Seguí luchando contra la oscuridad aunque era ya un acto reflejo.
Ya no intentaba apartarla sino, simplemente aguantarla, para no dejar que me aplastara por completo. 
Esto me aterraba y me pregunte si no sería ya demasiado tarde.
Un calor increíblemente sofocante se apoderó de mi.
Parecía tan real que resultaba difícil creer que se trataba sólo de mi imaginación.
Ahora me sentía incómoda a causa del calor excesivo.
La sensación de quemazón aumentó,  se intensifico, asta sobrepasar cuanto había sentido alguna vez en mi vida.
Según iba pasando tiempo cual no se sí eran segundos, horas o días , incluso años.
El tiempo volvió adquirir significado de nuevo.
Ocurrieron dos cosas a la vez, que surgieron de tal modo que no sabría decir cual ocurrió a la vez. 
Primero el tiempo reprendió su marcha y segundo me sentía más fuerte.
Podía sentir como mi cuerpo recuperaba el control de mi cuerpo poco a poco, y esos pequeños logros fueron mis primeros indicadores del paso del tiempo .
Aunque el calor dentro de mi no disminuyo ni un solo grado.
Se inicio una batalla en mi interior: mi corazón que se aceleraba junto al fuego que lo atacaba y ambos iban perdiendo.
El fuego fue domado, habiendo consumido ya todo lo que era combustible y mi corazón galopaba hacia su último latido.
Durante un momento lo único que pude comprender fue la ausencia del dolor.
Entonces abrí los ojos y mire maravillada hacia arriba.

Amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora