Capítulo III

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-¡Caliandra!- ven aquí a limpiar la cocina- se nos han caido todas las patatas del carro- me gritó una de las horribles y voluminosas cocineras.

Dejo de fregar el pasillo e inmediatamente voy hacia la cocina, mejor no darle razones a Lisabett para que se enfade. Voy corriendo lo más rápido que puedo. Según llego escucho a Lisabett hablando con otra cocinera:

-¿Le has visto?- preguntó la cocinera.

-¡Siii! Como puede ser tan guapo... - respondió la mujer.

Todo el mundo hablando del principe, lo que me faltaba. Yo ya paso de los chicos son una perdida de tiempo. La única vez que estube enamorada fue hace un par de años, el trabajaba en el castillo y nos enamoramos... Todo muy bonito hasta que casí diez meses después me enteré de que me engañaba, me era infiel con otra doncella. Desde ese día me prometí a mi misma no volverme ha enamorar nunca más.

Entro en la cocina y me pongo a limpiar ese desastre, mejor ponerse a hacer algo y dejar de pensar en esas estupideces.

Acabo de limpiar y recoger y salgo de la cocina, estoy harta de escucharlas.

Me distraigo pensando en todas las tareas que voy a hacer. Voy corriendo a por los productos de limpieza, tengo que limpiar las escaleras.

De repente siento un fuerte golpe y me encuentro tirada en el suelo. Levanto la cabeza y me encuentro con la mirada de un chico y una chica, no mucho mayores que yo, incluso de mi misma edad. El chico es alto de cabello oscuro y ojos marrones, con la tez bastante paliducha. La chica en cambio lleva se cabello castaño recogido en una trenzado a un lado, es de estatura media, tal vez hasta un poco bajita, y me mira con sus ojos marrones, no espera marrones no, grises. Sin duda muy atractiva.

El chico me mira como si se acabara de topar con una babosa aplastada y biscosa, un bicho muy asqueroso.

-No la ayudes que ya lo hago yo- dijo la chica al ver que el chico no se volveria ni a mirarme, me ayudo a ponerme en pie.

-Gracias- dije yo con una sonrisa- ha sido muy amable.

-De nada- dijo devolviendome la sonrisa.-¿Como te llamas?- me preguntó.

-Me llamo Caliandra, encantada.

- Yo soy Rosaura y ese que se aleja por allí es el tonto de Max, dejalo llevo ya un par de años quizás más con él y todavia no lo aguanto.

-Nunca os he visto en palacio ¿de donde habeis salido?-dije yo tal vez demasiado curiosa.

-Trabajamos en los establos, somos mozos de cuadras- me respondió la chica.

Así pasamos un rato más, hablando de diferentes cosas. Desde ese día ya no estaría sola, tenía una amiga.



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Esperamos que os haya gustado,nos a costado un poco publicar por toooooodooooos los exámenes que hemos tenido, pero al fin lo hemos conseguido.

Si teneis algo para aconsejarnos decirnos, no os corteis, darle a la estrellita★ si os ha gustado, pero como ya hemos dicho antes nadie esta obligado ^_^. Hasta otra.

~Se despiden las doncellas literarias~

Trenzando mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora