Dos semanas después ya recuperada del todo empecé a trabajar de nuevo. Había cosas que todavía no podía hacer, como agacharme del todo ya que me daban punzadas en el hombro.
En cambio Rosaura seguía recuperandose más lentamente. En la enfermería estan ella y un caballero llamado Eric, que fue atentado por los mismos vandidos.
Toqué a la gran puerta y de detrás de ella brotó la voz melodiosa de una joven, pertenecía a la princesa.
-Adelante.
Mi compañera Belicia había enfermado y lamentablemente era muy probable que no la volvieramos a ver por el castillo, había contraido la peste.
Entré a la habitación timidamente e hice una reverencia.
-Buenos días princesa, mi nombre es Caliandra y estoy a sus servicios. De hoy en adelante cumpliré todas sus ordenes.
-Buenos días Caliandra, yo soy Triana y me gustaría, si no fuera molestia, que de hoy en adelante me trataras más como una amiga. Belicia así lo hacía.
No sabía que contestar, nunca pensé que la conversación tomaría ese rumbo.
-Vale alteza -dije yo por inercia.
-Triana.
-Lo siento, vale Triana- contesté y me dedicó una triste sonrisa -lamento lo de Belicia, me imagino que la tenía muchísimo cariño. La acompaño en el sentimiento, mi padre murió por la misma enfermedad.
-Gracias, siento lo de tu padre, debió ser muy duro para ti.
-Murió cuando era muy pequeña, apenas le recuerdo. -Intenté restarle importancia pero sabía que si seguíamos hablando de eso acabarían saltandome las lágrimas.
Triana pareció darse cuenta de que no quería seguir hablando de eso ya que no insistió más.
-¿Te apetece dar un paseo? Iba a salir a dar una vuelta por el jardín -me ofreció.
Si no es molestia majestad.-Llamame Triana, y claro que no es molestia, me harías mucha compañia. Y la verdad, me vendría bien.
Salimos del castillo y nos dirigimos hacía los jardines de atrás. La princesa sugirió salir por las cocinas, si su madre descubría que salía la obligaría a volver dentro.
Hablamos durante horas, que me parecieron unos minutos ya que me encantaba hablar con Triana, me trataba como a una amiga en vez de como a la sirviente que soy, como hacían casi todos los demás.
-Si me lo permite, me gustaría ir a la enfermería para ver como se encuentra mi amiga.
-¿A la enfermería? ¿Tu amiga es la enfermera? -me preguntó.
-No, es que hace poco más de una semana unos bárbaros nos atacaron en el bosque y salimos heridas. Yo ya estoy casi recuperada pero ella sigue un poco dolorida.
-¿Quieres que te acompañe? -se ofreció.
-No, no hace falta mi majestad, prefiero ir sola, muchas gracias.
-Bueno, vale, pero luego me pasaré entonces a ver como se encuentra.
-Muchas gracias -agradecí.
-No te preocupes, para eso estan las amigas -repuso.
Con esto terminó la larga conversación que habíamos mantenido.
Abrí la puerta que daba a la cocina, lugar al que deseaba no volver en la vida. Salí de allí y subí las escaleras que conducían hasta la enfermería. Toqué en la puerta y pasé.
En su interior no encontré a quien venía a ver, solo se encontraba Eric. Al notar mi presencia abrió los ojos.
-Rosaura a salido a dar un paseo con Will, volverá más tarde. Por cierto tenía que contarte una cosa.
Me senté a los pies de su cama y el empezó a contarme los hechos. A medida que pasaba el tiempo me iba quedando muda y alguna lágrima saltaba de mis ojos. Solo pensaba en lo mal que lo pasaría mi amiga cuando se enterara.
-Muchas gracias por contarmelo, cuando ella se entere espero estar a su lado.
Me despedí de él y salí corriendo de la habitación en busca de quién había ido a buscar. Encontré a Rosaura y a Will alimentando a los caballos, para variar, lo primero que había hecho la muchacha al recuperarse fue ir a ver a los corceles.
-Hola -saludé.
-Hola -me respondieron al unísono.
-¿Alguna vez has dado de comer a los caballos? -me preguntó Will.
Yo negué con la cabeza.
-Pues va siendo hora de que aprendas -dijo la voz cantarina de Ro.
Probé a darle de comer como ellos me habían enseñado. Primero llenando los grandes comederos pero luego me convencieron de que le diera alguno de la mano. Así lo hice, al más pequeño, a un potrillo que no tendría más de dos semanas.
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Feliz noche de reyes.
Espero que una vez más os haya gustado el capítulo.
Votad y comentad.
~Se despiden las doncellas literarias.~
PD: Si hay algún semidiós entre los lectores les recordamos que tenemos otra historia que os podría gustar.
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Trenzando mi destino
Adventure"Todo se puede cambiar, solo hace falta un espíritu valiente..." Una princesa que quiere ser libre y dejar de recibir ordenes de como debe comportarse, lo que debe hacer... Una aldeana que se gana la vida trabajando en el castillo y cree que los chi...