Capitulo 4. People

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Hoy es lunes, día de estudiar. Aburrido lunes, lista de pies a cabeza salgo por la puerta de mi casa, miro a la derecha y me encuentro con mi vecino. Por favor, a Dios no le basto con dejármelo en la secundaria sino que lo tengo como vecino, me saluda. Trato de sonreír pero nada sale, así que sigo mi camino.

- Oye - me llama. Detengo el paso y se me acerca.

- ¿sí? -

- Me preguntaba si no te molesta si nos vamos juntos - sus manos están en sus bolsillos. ¿Está nervioso por preguntarme? Babosadas. ¿Qué si me molesta? Sí, mucho. Pero, como soy educada le diré todo lo contrario.

 - No hay problema, la acera es grande y donde cabe una, cabemos dos - sonrío falsamente. ¿Así no era su novia? ¿Así no es que le gusta? Falsas hasta la médula.

- mi amigo hablo conmigo. Y me dijo que eras algo callada y que si quería tratarte yo era el que debía hablarte, ¿es cierto? Es que Ryan suele ser bromista y pesado a veces... - ¡Ryan! Tuviste que abrir tu gran boca.

- se perfecta como es él. También es mi amigo - suelto las palabra bruscamente y me doy cuenta que se tensa. - lo siento, no era mi intención. Si es cierto. - ese hombre me conoce mejor que yo misma, sabe cuándo estoy de humor, cuando no quiero algo pero por obligación o educación digo si, sabe mis colores favoritos, mis dulces favoritos, ídolo, ¡todo! Y tengo que compartir a mi rubio amigo con este.

- Esta pensativa - ¿en que lo notaste? - ¿tienes novio? - alzo una ceja y rió un poco.

- No - niego con la cabeza. - ¿y tú? - trago saliva. Sé cuál es la respuesta. ¿Por qué tuve que preguntar eso? Idiota y mil veces idiota.

- No, estoy soltero y sin compromiso - sonríe ampliamente, ¿orgulloso porque puedes gozarte a la que sea? Al fin tú.

- Mm, que bien - algo en mí se activa pero es mejor no ilusionarse.

- tengo una pregunta para ti. ¿No te molesta? - preguntas, preguntas. ¿No tienes otra cosa que decir?

- ya la hiciste. Fin - lo corto de una. No es que me moleste su atención, solo que soy así. Este es mi escudo y siempre lo será, nadie podrá con esto. Me pone nerviosa y no lo puedo dejar que vea eso.

- Que cortante eres, no dudo porque no tienes novio - alzo una ceja.

- ¿Disculpa? - mi voz se le eleva una octava. - no eres nadie para juzgarme, ¿sabías? - frunzo el ceño. Niñato. Vamos hacer que esto termine de una vez. - hazme la pregunta. - trato de relajarme, él asiente.

- mm, veras. Tú hace un año te me declaraste, me acuerdo de eso solo que no le había dado tanta importancia ya que bueno, ya sabes. - lo interrumpo.

- no, no sé. Has la pregunta y déjate de rodeos - lanzo las palabras secamente. Asiente.

- bueno, ¿yo te sigo gustando? - un poco más y me atoro con mi propia saliva. ¿Qué mierda es esta?

- pues no, no. ¿Por qué la pregunta? - mi respiración está fallando. Creo que me desmayare aquí, alguien que llame a la ambulancia.

- es que bueno, ya que somos vecinos y tenemos un amigo en común, me imagino que seremos como amigos y no quiero malos entendidos - es ahí donde me destruyen por completo, yo nunca le guste, nunca le gustare. No soy de su tipo, no soy el tipo de chica para nadie.

- oh, no tranquilo. Eso no pasara, no soy de esas chicas. Tu tranquilo - sonrío forzadamente.

- bien. Te dejo, yo estudio en otra universidad. Ryan me dice que estudian juntos. Adiós - claro, Ryan.

- Adiós - y mi mundo es un agujero negro, otra vez. La misma historia se repite pero con intensidad.

Llego a la universidad, entro al salón y mi amigo se encuentra con su teléfono s4.

- Hola - me mira y sonríe. Guarda su celular y me abraza.

- ¿Cómo has estado? ¿Por qué tardaste tanto? - me besa la sien y se separa de mí. Alzo una ceja.

- Tu amigo, que se empeñó en acompañarme - ruedo los ojos.

- después me cuentas que paso, antes quiero explicarte algo. Pero esperemos que llegue alguien para explicarte - entre cierro los ojos. ¿Qué se trae?

- Bien - me siento al frente de él.

Y desde este momento los minutos pasan y los estudiantes llegan, algunos nos saludan y se instalan por rato hablar y después se van. Hasta que Ryan me jala y me acerca él.

- ¿Qué pasa? - pregunto.

- Ahí está - estoy pensando que mi amigo se está volviendo loco.

- ¿Quién? -

- Ella - me señala una chica un poco más alta que yo. Tez blanca, cabello castaño oscuro y largo. Rostro bonito, unos ojos color café oscuro, nariz pequeña y labios rosados. Muy bonita.

Miro a mi amigo y sonrío.

- ¿te gusta? - le pregunto con emoción, no he visto a mi amigo enamorado o que le guste a alguien desde hace tres años.

- no. Yo no, si no que ella es perfecta para Justin. A Justin le gustan las chicas así, color de cabello así y los ojos así, como ella los tiene. Una sonrisa bonita, ella es hermosa. ¿A qué no? - eso fue como un balde agua fría para mí. Sé que mi amigo es insensible la mayoría del tiempo. Hace dos día que le conté sobre Justin y el me sale con la chica perfecta para Justin. - no me la entiendas, pero Justin nunca se va a fijar en ti, más bien te va a ver como una confidente, una hermana a que proteger. No eres su tipo y tienes que superar lo de Justin. ¿Entendido? - miro a mi amigo y quiero matarlo. Las ganas de llorar me invaden. No soy de llorar mucho pero en estos momentos deseo estar sola y si es posible, para siempre. Asiento con la cabeza.

- Te lo prometo - miro a la chica, si, es muy hermosa. Suspiro pesadamente. Mi corazón se estruje y se siente feo.

- Se la voy a presentar y vas a ver que en una semana será su novia - me siento en mi pupitre. Esto es demasiado. Mucho diría yo.

La gente puede llegar a lastimar, como una novela que leí hace tiempo. No es necesario que se vea la sangre para estar herido, estas son heridas sin sangre. Me destrozaron en solo una hora.




Cuento De HadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora