Hoy es lunes, día de estudiar. Aburrido lunes, lista de pies a cabeza salgo por la puerta de mi casa, miro a la derecha y me encuentro con mi vecino. Por favor, a Dios no le basto con dejármelo en la secundaria sino que lo tengo como vecino, me saluda. Trato de sonreír pero nada sale, así que sigo mi camino.
- Oye - me llama. Detengo el paso y se me acerca.
- ¿sí? -
- Me preguntaba si no te molesta si nos vamos juntos - sus manos están en sus bolsillos. ¿Está nervioso por preguntarme? Babosadas. ¿Qué si me molesta? Sí, mucho. Pero, como soy educada le diré todo lo contrario.
- No hay problema, la acera es grande y donde cabe una, cabemos dos - sonrío falsamente. ¿Así no era su novia? ¿Así no es que le gusta? Falsas hasta la médula.
- mi amigo hablo conmigo. Y me dijo que eras algo callada y que si quería tratarte yo era el que debía hablarte, ¿es cierto? Es que Ryan suele ser bromista y pesado a veces... - ¡Ryan! Tuviste que abrir tu gran boca.
- se perfecta como es él. También es mi amigo - suelto las palabra bruscamente y me doy cuenta que se tensa. - lo siento, no era mi intención. Si es cierto. - ese hombre me conoce mejor que yo misma, sabe cuándo estoy de humor, cuando no quiero algo pero por obligación o educación digo si, sabe mis colores favoritos, mis dulces favoritos, ídolo, ¡todo! Y tengo que compartir a mi rubio amigo con este.
- Esta pensativa - ¿en que lo notaste? - ¿tienes novio? - alzo una ceja y rió un poco.
- No - niego con la cabeza. - ¿y tú? - trago saliva. Sé cuál es la respuesta. ¿Por qué tuve que preguntar eso? Idiota y mil veces idiota.
- No, estoy soltero y sin compromiso - sonríe ampliamente, ¿orgulloso porque puedes gozarte a la que sea? Al fin tú.
- Mm, que bien - algo en mí se activa pero es mejor no ilusionarse.
- tengo una pregunta para ti. ¿No te molesta? - preguntas, preguntas. ¿No tienes otra cosa que decir?
- ya la hiciste. Fin - lo corto de una. No es que me moleste su atención, solo que soy así. Este es mi escudo y siempre lo será, nadie podrá con esto. Me pone nerviosa y no lo puedo dejar que vea eso.
- Que cortante eres, no dudo porque no tienes novio - alzo una ceja.
- ¿Disculpa? - mi voz se le eleva una octava. - no eres nadie para juzgarme, ¿sabías? - frunzo el ceño. Niñato. Vamos hacer que esto termine de una vez. - hazme la pregunta. - trato de relajarme, él asiente.
- mm, veras. Tú hace un año te me declaraste, me acuerdo de eso solo que no le había dado tanta importancia ya que bueno, ya sabes. - lo interrumpo.
- no, no sé. Has la pregunta y déjate de rodeos - lanzo las palabras secamente. Asiente.
- bueno, ¿yo te sigo gustando? - un poco más y me atoro con mi propia saliva. ¿Qué mierda es esta?
- pues no, no. ¿Por qué la pregunta? - mi respiración está fallando. Creo que me desmayare aquí, alguien que llame a la ambulancia.
- es que bueno, ya que somos vecinos y tenemos un amigo en común, me imagino que seremos como amigos y no quiero malos entendidos - es ahí donde me destruyen por completo, yo nunca le guste, nunca le gustare. No soy de su tipo, no soy el tipo de chica para nadie.
- oh, no tranquilo. Eso no pasara, no soy de esas chicas. Tu tranquilo - sonrío forzadamente.
- bien. Te dejo, yo estudio en otra universidad. Ryan me dice que estudian juntos. Adiós - claro, Ryan.
- Adiós - y mi mundo es un agujero negro, otra vez. La misma historia se repite pero con intensidad.
Llego a la universidad, entro al salón y mi amigo se encuentra con su teléfono s4.
- Hola - me mira y sonríe. Guarda su celular y me abraza.
- ¿Cómo has estado? ¿Por qué tardaste tanto? - me besa la sien y se separa de mí. Alzo una ceja.
- Tu amigo, que se empeñó en acompañarme - ruedo los ojos.
- después me cuentas que paso, antes quiero explicarte algo. Pero esperemos que llegue alguien para explicarte - entre cierro los ojos. ¿Qué se trae?
- Bien - me siento al frente de él.
Y desde este momento los minutos pasan y los estudiantes llegan, algunos nos saludan y se instalan por rato hablar y después se van. Hasta que Ryan me jala y me acerca él.
- ¿Qué pasa? - pregunto.
- Ahí está - estoy pensando que mi amigo se está volviendo loco.
- ¿Quién? -
- Ella - me señala una chica un poco más alta que yo. Tez blanca, cabello castaño oscuro y largo. Rostro bonito, unos ojos color café oscuro, nariz pequeña y labios rosados. Muy bonita.
Miro a mi amigo y sonrío.
- ¿te gusta? - le pregunto con emoción, no he visto a mi amigo enamorado o que le guste a alguien desde hace tres años.
- no. Yo no, si no que ella es perfecta para Justin. A Justin le gustan las chicas así, color de cabello así y los ojos así, como ella los tiene. Una sonrisa bonita, ella es hermosa. ¿A qué no? - eso fue como un balde agua fría para mí. Sé que mi amigo es insensible la mayoría del tiempo. Hace dos día que le conté sobre Justin y el me sale con la chica perfecta para Justin. - no me la entiendas, pero Justin nunca se va a fijar en ti, más bien te va a ver como una confidente, una hermana a que proteger. No eres su tipo y tienes que superar lo de Justin. ¿Entendido? - miro a mi amigo y quiero matarlo. Las ganas de llorar me invaden. No soy de llorar mucho pero en estos momentos deseo estar sola y si es posible, para siempre. Asiento con la cabeza.
- Te lo prometo - miro a la chica, si, es muy hermosa. Suspiro pesadamente. Mi corazón se estruje y se siente feo.
- Se la voy a presentar y vas a ver que en una semana será su novia - me siento en mi pupitre. Esto es demasiado. Mucho diría yo.
La gente puede llegar a lastimar, como una novela que leí hace tiempo. No es necesario que se vea la sangre para estar herido, estas son heridas sin sangre. Me destrozaron en solo una hora.
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Cuento De Hada
RomanceA veces pienso: si todo lo que deseamos está en unas letras que fueron combinadas para formar unas palabras, que construyen una historia perfecta o ¿es lo que sacan de la vida real y lo plasman en esas historias que tanto leemos las chicas? Como yo...