Capitulo 5. How Do you Do It

2 1 0
                                    


Una semana después.

Lo que dijo Ryan fue verdad, Justin quedo enganchado con la chica. Por cierto se llama Samanta, lindo nombre. Y que creen los tórtolos se van a ver hoy, Justin ha decidido buscarla todos los días a la universidad y formar un espectáculo de amor delante de todo el mundo, frente de mí. Estoy escondida viendo cómo se besan ¿y qué crees? duele como si te golpearan mil veces. Hace tres días que evito a Ryan y más a Justin. He tomado la excusa de estar enferma o que tengo cosas que hacer, quieren presentarme a toda costa a Samanta. No sé cómo manejar esto.

Cierro los ojos, no puedo ver más esto. Una pequeña lagrima cristalina baja lentamente por mi mejilla y esa es una señal de que debo irme o si no moriré lentamente en este escondite. Me muevo rápido a la salida de atrás de la universidad pero mi mala suerte me acompaña a todas partes, está cerrada.

– ¡diablo! – ahora tengo que pasar al frente de ellos. Camino rápido para que no me vean, miro al piso para no hacer contacto visual. Pero mi intento por ser invisible por unos minutos fallo y Ryan empieza a llamarme. Tanto así que tropiezo con alguien, ese alguien me sostiene y lo miro.

Lo que ven mis ojos es increíble, sus ojos son claros y brillan pero es un brillo especial. El color de sus ojos es verde claro o ¿son azules? Lo único que sé es que son hermosos, él es hermoso. Cabello amarillo con un corte hermoso, corto atrás y un pequeño copete adelante. Sus labios son finos y algo rosados y su nariz perfilada, blanco. ¿Qué tengo con los rubios? ¿Me persiguen o yo los persiguen a ellos? Pero lo que sé es que este chico frente a mí es un dios griego. Trago fuerte, estoy algo nerviosa, no sé qué hacer. Ryan, Justin, la novia de Justin y él.

– Julieth, ¿estás bien? – llega Ryan a mí y puedo visualizar a Justin y a su nueva novia. Miro al chico y Ryan. El chico me mira y sonríe pícaramente, ahora me desmaye aquí.

– ¿vamos? – me dice el chico con voz ronca. ¿Qué?

– ¿lo conoces? – pregunta Ryan.

– ¿eh? – es lo único que logro de decir. Muerdo mi labio y lo único que hago es asistir con la cabeza. – Si – digo nerviosa.

– ¿entonces vamos Julieth? – pregunta otra vez el chico. ¿Cómo sabe mi nombre?

– eh sí. Vamos – el chico me toma de la mano y veo que mi mano queda pequeña al lado de la de él. Me guía hasta una moto, me entrega un casco negro y hasta ahora me doy cuenta que el chico tiene aspecto de chico malo, ¿Qué diablo hice? Con razón Ryan me pregunto si lo conocía. Miro la moto y el casco, después lo miro a él. Alzo una ceja y miro Ryan. No conozco a este chico y prefiero mil veces hundirme viendo como el amor existe entre Justin y Samanta.

– no iré. Toma – le regreso el casco. El joven me mira divertido.

– vamos, no seas aguafiestas y móntate o ¿le tienes miedo a las motos? – dice burlón.

– no le tengo miedo a las motos, no te conozco y no iré en una moto con un extraño, eso es todo. – estiro el casco para que lo tome y me deje en paz.

– muñeca no como, no muerdo ni tengo intenciones de hacerte daño, solo te estoy salvando de aquellos que por lo que veo, estas huyendo, ¿no es así? – se cruza de brazos con aire de superioridad.

– si pero puedo arreglármelas sola, no necesito tu apoyo – sigo estirando el brazo con el casco para que lo tome.

– si no te montas en esta moto quedaras en ridículos frente de tu amigo y que explicación le vas a dar, ¿eh? – miro a los chicos y tiene razón que excusa les voy a dar, si lo he estado evitando hace tres días prácticamente. Suspiro pesadamente, esto es una locura que voy hacer pero no tengo escapatoria. Me pongo el casco y miro al joven.

Cuento De HadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora