10. Un buen recuerdo antes de volver a casa

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POV Laura:

Me había quedado muda. Miles de preguntas abordaron mi mente, pero de mi boca, ninguna palabra salía.
Estaba segura de una cosa: Ross Lynch era un completo enigma. 
Él no había dicho nada durante el viaje, y eso me tenía frustrada.
Me encontré girando la sortija en mi dedo, nerviosa. 
—Tenemos que hablar—dije finalmente.
—Sí que tenemos—me respondió—. Sin embargo, ahora quiero disfrutar del viaje.
Sus ojos nunca dejaron la carretera. Quería respuestas completas.

El hecho de que sacara un anillo en el momento más inoportuno me dejó sin aliento. Quizá el plan de fingir que estábamos casados empezaba a dejar de ser creíble. Tal vez necesitaba que Caroline se lo creyera por completo. Pero, ¿un anillo? ¿Por qué?

Nunca había pensado que alguien me pondría un anillo en mi dedo, una simple pieza de joyería pero que significaba un compromiso. Yo no estaba comprometida con Ross. Él solo era un objetivo.

Un nudo se formó en mi estómago y se apretaba más.

Necesitaba irme. Volver a mi vida cotidiana. Debería olvidar el proyecto Lynch. Sí, eso haría.

Dejé de jugar con la sortija y me limité a mirar el paisaje de edificios altos por la ventanilla. El motor del auto se fue apagando hasta que Ross frenó por completo.

Estábamos frente a un campo de globos aerostáticos.

— ¿Qué es todo esto?—pregunté.

Ross se encogió de hombros—. Se llaman globos...

—Ya sé lo que son—interrumpí—. Quise decir, ¿por qué estamos aquí?

—Es casi hora de que la reunión de la empresa Lynch acabe, y me di cuenta que no hemos recorrido muchos lugares.

Mi corazón hizo algo loco dentro de mí. Y el nudo de antes en mi estómago había desaparecido.

Ross sonrió y posteriormente se quitó el cinturón de seguridad. Mientras rodeaba el auto yo me quité mi cinturón y abrí la puerta. El clima era bueno. Cálido.

—Vamos—dijo Ross.

Caminamos uno junto al otro. Varias personas subían a los globos. Veía sonrisas en los rostros de aquellas familias. 

—Espera aquí un momento—me dijo.

Asentí y él se fue a hablar con un hombre alto y un poco robusto de cuerpo. Él señor sonería mientras asentía.

Ross volvió a acercarse a mí, me tomó de la mano y nos dirigió a la entrada del campo donde se encontraban todos los globos.

El señor con el que habló Ross segundos antes—Stan era su nombre había dicho Ross—nos platicaba sobre qué no hacer cuando el globo está en el aire.

Una ola de nerviosísimo recorrió mi cuerpo en el momento en que ponía un pie dentro de la canasta. Nunca me gustaron las alturas. No obstante, de alguna manera, sentir a Ross, su mano entrelazada con la mía, me aliviaba un poco.

El globo fue desatado. El fuego que lo eleva empezó a hacer su trabajo. Empezábamos a levantarnos del suelo.

Cerré los ojos. Imaginando que yo no estaba por los aires.

Entonces un brazo rodeó lo cintura, haciéndome que mis ojos se abrieran.

— ¿Te asustan las alturas?—me preguntó.

—La caída sin duda sería terrible—contesté. Levanté la mirada y vi como una de las comisuras de Ross se elevaba en una pequeña sonrisa.

—Estás segura, no te preocupes—dijo, intentando tranquilizarme—. Disfruta de la vista.

Y eso hice.

Dejé que su mano se apretara en mi cintura, y mi cabeza reposó sobre su hombro derecho.

Era realmente una vista maravillosa. Por eso los pilotos amaban lo que hacían. Ellos disfrutaban siempre de esto.

Todo parecía pequeño desde arriba.

— ¿Puedo preguntar algo?

—Creo que ya preguntaste algo—me respondió sonriendo.

Fruncí los labios. Él rió. Algo pasó dentro de mí al escuchar aquel sonido. Parecía como si corazón me hubiera dado una patada en el pecho.

—Haz la pregunta—me dijo.

— ¿Por qué?

— ¿Qué?—su ceja se levantó. Era una bonita ceja.

— ¿Por qué estamos aquí?—pregunté.

—Porque pagué por un globo—respondió, burlón.

Puse los ojos en blanco, luego lo volví a mirar.

—Vale—dijo—. Simplemente quería un buen recuerdo antes de volver a casa.

Sus ojos viajaron de mí a la panorámica frente a nosotros. Y de nuevo a mí.

Quería un recuerdo. Un buen recuerdo. Yo formaría parte de eso. ¿O sólo se refería a disfrutar un rato sin tener que preocuparse con encontrarse a Caroline?

—Será un lindo recuerdo.

No sabía por qué eso había salido de mi boca ni mucho menos por qué lo había pensado.

El brazo de Ross soltó mi cintura y giró mi cuerpo para quedar frente a frente. Ladeó su cabeza y juntó nuestros labios.

No era un beso como el que nos dimos cuando nos acostamos. No era salvaje. Era dulce, delicado.

Subí mis manos sobre sus bíceps. Su lengua acariciaba la mía, mi vientre se tensó.

Tenía que parar eso.

—Sí. Definitivamente será un buen recuerdo—dijo contra mis labios.

No estaba segura de a qué se refería. Si hablaba sobre el beso, sobre el vuelo juntos en globo o cualquier otro acontecimiento, pero quería disfrutar de aquel gesto antes de volver a la realidad. Mi cruda realidad.







Hola!! ¿Cómo los recibió el año nuevo? Espero que de muy buena forma. :)

Hace mucho que no actualizaba esta historia. No la tenía olvidada, claro que no...pero cuando iba a escribir este capítulo, tenía la idea. Surgieron varios imprevistos y la tuve que dejar a media, y cuando lo retomé la idea no era la misma, es por ello que el capítulo no es tan largo. Aun así, espero que les guste. 

Besos n.n





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